Con jolgorio ha recibido la izquierda la derrota de Federico Morán en las elecciones al rectorado de la Complutense. La primera universidad madrileña, de la que no hay rastro en el ranking de las primeras 200 mejores del mundo, seguirá sesteando en la sombra, ajena al drama de un país que vive inmerso en una crisis política de caballo y que apenas vislumbra la salida de la mayor crisis económica de su historia.