Rolex y el mar, un vínculo consolidado con el paso del tiempo

La relación de Rolex con el deporte es tan longeva casi como su presencia en el mercado relojero. Uno de ellos es la vela, actividad a la que está vinculada de distintas formas desde hace más de 60 años; de hecho, comenzó en 1958 cuando la empresa relojera estableció una alianza con el New York Yacht Club, una de las instituciones fundadoras de la Copa América. A partir de ahí, se estableció un vínculo duradero con el deporte de la vela y sus reglas. De hecho, la marca está asociada a alrededor de 15 competiciones y regatas, por supuesto entre las más destacadas del panorama competitivo. Como ocurre con el SailGP Global Championship, al que la marca está asociada con esta competición desde su temporada inaugural en 2019 o con el Rolex TP52 World Championship (con el apoyo de la firma relojera desde 2017).

El primero de ellos se ha convertido en plataforma para la innovación tecnológica y la superación humana, valores que se hallan en esa búsqueda de la excelencia que caracteriza secularmente a Rolex. En el SailGP participan deportistas del máximo nivel apoyados en la más avanzada tecnología de navegación. Ocho equipos en representación de Australia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón y Nueva Zelanda se enfrentan en ocho pruebas celebradas en otros tantos países a lo largo de 11 meses. La segunda, el Rolex TP52 World Championship es otro de los eventos de élite de la temporada de vela donde Rolex ha inscrito su nombre y su apoyo. Reúne a los mejores navegantes del mundo y las normas establecen que las embarcaciones tengan las mismas características, lo que permite que sea la destreza de las tripulaciones lo que marque la diferencia. La última prueba se disputó el pasado fin de semana (4 al 6 de noviembre) en el Real Club Náutico de Palma de Mallorca.

Dos competiciones marcadas por el espectáculo, pero no las únicas. Porque Rolex está también de las dos carreras más populares que se disputan en alta marca: la Rolex Sydney Hobart Yacht Race (Australia), que se celebra cada año a finales de diciembre, y donde Rolex está presente desde 2002; y la Rolex Fastnet Race (Reino Unido), que se disputa cada dos años en el mes de agosto (Rolex participa desde 2001). Tampoco hay que olvidar competiciones inspiradas en el legado de la vela, como la Maxi Yacht Rolex Cup (con la firma relojera presente desde 1985) la Rolex Swan Cup (1984) o la Rolex Giraglia (1998).

Si estas competiciones –no son las únicas en las que Rolex tiene presencia– reflejan el espíritu de superación y de reto que se halla en la navegación, hay una segunda línea de actuación y apoyo por parte de Rolex en el universo náutico: el de los clubes. Además del New York Yacht Club, mantiene desde los años 80 una relación intensa y especial con otros dos emblemáticos clubes: el Royal Yacht Squadron (Cowes, Reino Unido) y el Yacht Club Costa Smeralda (Porto Cervo, Italia), y tiene distintos acuerdos y participación en otros cinco repartidos por todo el mundo.

La tercera línea presencial de Rolex en la náutica tiene que ver con los protagonistas que proporcionan el espectáculo: los regatistas. La firma relojera está asociada con Sir Ben Ainslie, el regatista olímpico con más éxitos de todos los tiempos; Paul Cayard, considerado uno de los navegantes más versátiles y de más talento; y Robert Scheidt, regatista que tiene en su palmarés varios campeonatos del mundo y medallas olímpicas.

Un último dato: la actitud activa de Rolex en la náutica también queda patente con su apoyo a la World Sailing, órgano rector de la náutica, y al Rolex World Sailor of the Year Awards, premio otorgado al mejor navegante –masculino y femenina– del año.