Desde que el rey Juan Carlos abdicó por sorpresa, hemos visto a un monarca más "campechano" y relajado que antes, centrado en las aficiones que más le gustan como el mundo del toro, la gastronomía y los deportes, concretamente las regatas. Un deporte que le ha dado la vida y le ha permitido formar una nueva pandilla de amigos entre los que hay regatistas profesionales, empresarios y banqueros.