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Gastro y Gourmet

Hevia, el estilo perdura

Hevia, el estilo perdura

Hablar de Hevia en Madrid es hablar de algo más que un clásico. Son décadas las que lleva dando de comer y de beber tanto en su barra, como en su pequeño comedor como -desde hace unos años- en su impresionante terraza de la calle Serrano. Por ello a la hora de escribir de Hevia es necesario hablar más que de un restaurante de un pedazo de la historia de Madrid.

HEVIA.

Y lo es así porque por sus mesas han pasado políticos, actores, cantantes y lo más granado de la sociedad madrileña de las últimas décadas. Llegar a la tercera generación en un negocio de restauración no es fácil evidentemente, pero llegar en la plenitud de forma que lo hace Hevia es sin duda mucho más complicado.

Fue en la década de los 60 cuando Pepe Hevia abrió este pequeño local ubicado entonces fuera del epicentro gastronómico del Madrid de la época. Sería posteriormente el novio (después marido) de la hija de Pepe Hevia, Ismael quién tomase las riendas del negocio aprendiendo con avidez la profesión. Actualmente son los tres hijos de Ismael quienes se ocupan de Hevia con el mismo esmero y diligencia que la de sus predecesores.

ENSALADILLA CON VENTRESCA.

En su propuesta gastronómica muchos de los clásicos que hicieron famosa esta casa. Míticos sus pinchos de ensaladilla de ahumados y rusa, de jamón ibérico, ostras gallegas, tigres, tortillita de patata con o sin cebolla, flamenquines, sus sobresalientes callos y las tablas de quesos internacionales.

CALLOS.

Adentrándonos más en cocina el producto es capital en la oferta de Hevia. Extraordinarias sus verduras (en esta época los guisantes lágrima o los espárragos naturales son un verdadero manjar) y seleccionadísimos sus carnes y pescados, lo mejor es ponerse en manos de Miguel, Ismael o Fernando y disfrutar de lo que en cada momento ofrecen sabiendo a ciencia cierta que la calidad está siempre asegurada.

SALMÓN MARINADO.

No es posible terminar sin hacer alusión a su magnífica bodega y a su reconocida coctelería. Saborear un Dry Martini o un Manhattan en su acogedora terraza es un plan perfecto para cualquier día de primavera. Obligatorio.

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