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Gastrópoli

¡Una de croquetas!: tres obradores te las mandan a casa ya hechas (sólo hay que freírlas)

Llegan congeladas, están bien elaboradas y te las envían a domicilio… ¿qué más se puede pedir?

¡Una de croquetas!: tres obradores te las mandan a casa ya hechas (sólo hay que freírlas)
¡Una de croquetas!: tres obradores te las ponen en casa ya hechas (sólo hay que freírlas). Víctor Conus.

Todos estamos de acuerdo en que las croquetas son una cosa muy seria. Y lo son porque es difícil encontrar el perfecto punto de la bechamel para que no quede demasiado densa ni demasiado líquida, darle la cocción perfecta para que no sepa a harina, evitar que tenga grumos…  saber freírlas bien tampoco es ninguna tontería. Las soluciones industriales tampoco ayudan.

Por otra parte, son muy pesadas de hacer: inevitable elaborar la bechamel un día y dejar enfriar en la nevera para montarlas al día siguiente, una empresa bastante laboriosa en sí. En fin, que no son fáciles y uno de los mejores bocados de nuestra cocina puede terminar en fiasco.

"Bocatto di cardinale"

Como ya contamos en Vozpópuli, hay recetas fidedignas y acertadas que, seguidas al pie de la letra, nos darán el triunfo. Pero, además de la mejor o peor pericia del cocinero, actualmente el problema principal también radica en conseguir el tiempo necesario para hacerlas.

Lograr esas croquetas cremosas, suaves y de empanado crujiente que son realmente bocatto di cardinale no es fácil. Y, aunque sean de origen francés, actualmente ya se inscriben entre los platos más importantes y refinados de nuestro recetario.

Origen de la bechamel

La  bechamel es una de las grandes salsas blancas de la historia y su creación se atribuye al cocinero de Luis de Bèchamel, marqués de Nointel, financiero que ostentó el cargo de maestresala de Luis XIV. De esta salsa derivan otras variantes propias de la alta cocina como la Soubise, Mornay ó Aurora.

En cuanto al origen de las croquetas, parece ser que las primeras las elaboró Antonin Carême (1784-1832), uno de los más grandes cocineros en el Imperio Francés y la Restauración. Ésta es la teoría más fiable, aunque otras voces afirman que la croqueta es una creación española.

Para todas aquellas personas que no tengan demasiado tiempo, los poco avezados en cocina o, simplemente, los perezosos que no quieran renunciar al placer de tomar croquetas estilo casero, hemos seleccionado tres empresas que lo hacen (y bien) por ti. Todas con delivery para que te lleguen a tu casa y sólo haya que freírlas en aceite nuevo o limpio. El último toque lo has de poner tú.

Croquetas con “estrella”

La desmedida afición por las croquetas de José Camacho y el recuerdo de lo bien que las hacía su abuela, le dieron la idea de montar Pepe&Cro, una firma que se ha labrado su buena fama a golpe de calidad. Con una filosofía clara: buena materia prima y un producto 100% natural. Los ingredientes se pican a cuchillo o tijera, no llevan aditivos y van con las instrucciones pertinentes para lograr unas croquetas en su punto.

Su última novedad han sido las croquetas de cocido madrileño con una fórmula ideada a la par entre Camacho y el chef Iván Muñoz del restaurante Chirón (Valdemoro), con una estrella Michelin. Las croquetas más castizas (24 unidades, 29.95 euros) junto a otros 23 sabores más entre los que elegir, desde la clásica de jamón ibérico, de puerro confitado o tan originales como las de bacalao& verdejo o carabineros con jengibre y lima.

Muy destacable el gran elenco de las elaboradas con quesos: Gamoneu, Gongonzola con cebolla caramelizada y un largo etcétera. Las de brie trufado se pueden encontrar también en la quesería L’Amelie (Madrid). Cada envase de 6 unidades tienen precios entre los 4,80 euros y 7,50 euros, según la clase; los gastos de envío son de 9,95 euros (gratuitos a partir de una compra de 48 euros).

La “yaya” tuvo que ver

El cocinero Víctor Conus tiene su restaurante en Vigo pero las croquetas de su yaya las envía a cualquier punto de la península. El chef se ha dejado guiar por la receta de su abuela y, siempre, es un plato fijo en su carta. A la bechamel, hecha a mano (nos dicen que 45 minutos removiendo), se suma el jamón ibérico de bellota Doña Lola, de una empresa familiar.

Un cúmulo de garantías que dan lugar a unas croquetas sabrosas y crocantes. Están disponibles en su restaurante para take away y, por supuesto, también tienen delivery para toda la península. Conus las vende congeladas y por kilos: 20 euros, unas 22 piezas. Están en la web www.jamonesdonalola.com o puedes llamar al teléfono 698174873. Los gastos de envío son gratuitos cuando se superan los dos kilos de peso.

Croquetas Ricas

Es el nombre de la empresa que las elabora, presumen de que son artesanales y 100% naturales, sin conservantes ni aditivos. Para la bechamel utilizan leche entera, mantequilla asturiana y el toque especial: harina de trigo belga (más fina, hace menos grumos). Se montan a mano y, ya en casa, se conservan en el congelador un año sin deteriorarse.

Las hay de jamón ibérico, de boletus (sorianos), de queso azul, bacalao y puerro confitado con dátil y zanahoria. Cada ración incluye 20 croquetas por 9,95 euros. Croquetas Ricas tiene su obrador en Madrid y se encargan a través de su web www.croquetasricas.com o en los telefónos 910842887 y 650295649.

Tres empresas que se acercan el máximo posible a las croquetas caseras y tienen la gran ventaja de que sólo con una llamada telefónica (o en su web) puedes darte el gran banquete.

Nota: Ninguno de los artículos mencionados han sido propuestos por las empresas, ni se trata de algo comercial, su elección es una decisión únicamente periodística.

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