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España

La goleada comunicativa de Ferrovial y el fantasma del 1-O: así eligió Sánchez la vía dura contra Del Pino

Calviño es la gran derrotada de la operación Ferrovial. El Gobierno lamenta la "traición" de la compañía y recuerda que Sánchez convirtió la Fundación Rafael Del Pino en el gran foro del empresariado progresista

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en el Congreso EP

Ferrovial es probablemente la mayor derrota económica del Gobierno de Pedro Sánchez. La fuga de la multinacional española a Países Bajos no sólo es un revés de primer orden en año electoral, sino que además ha puesto al descubierto las debilidades de un Ejecutivo roto y sin capacidad de reacción.

La virulencia de los ataques contra la compañía y su presidente, Rafael del Pino, han sido la respuesta a un temor muy extendido en La Moncloa, según explican varias fuentes a Vozpópuli. El fantasma del referéndum del 1 de octubre (1-O) en Cataluña con la huida masiva de empresas de esta comunidad durante el procés ha sido el principal motivo que llevó al Gobierno a sobreactuar en sus críticas. En especial, la inesperada carta advirtiendo a los accionistas de las posibles consecuencias de sus actos. Fuentes de la Presidencia afirman a este diario que "no" temen que Ferrovial sea la punta del iceberg. Y descartan una cascada de deslocalizaciones empresariales.

"El 1-O estaba muy presente en la Oficina Económica de la Moncloa", explican estas fuentes. "Tres, cuatro empresas salían de Cataluña cada día. Había temor a un efecto cascada similar. A que Repsol, por ejemplo, dijera al día siguiente que se iba también. Por eso han querido dejar claro que esto no iba a salir gratis, que la empresa no podía irse de España sin más, que pagaría el peaje".

Ferrovial no se lo haría a Francia

Muchos altos cargos de la Administración no han entendido esta política de "palo" de Sánchez con Ferrovial. Creen que se podía haber abordado la crisis de otra manera. Consideran que el argumento original de Ferrovial de la "inseguridad jurídica" en España fue un error de base que no se supo reconducir. Y que debería haberse habilitado una línea discreta para evitar el fiasco. "No hay empresa que se atreva a hacerle esto a Francia o Alemania", lamentan. No ha sido así. "Se ha gestionado de pena", añade otro ex dirigente del PSOE. "Ha faltado mucha comunicación con los ministros de Hacienda, Industria o Economía. El contrataque ha sido básicamente 'que te mando la Guardia Civil' (Hacienda)".

La respuesta del Gobierno ha Ferrovial ha sido del todo menos fría, según estas fuentes. Y ha estado marcada por el temor a ese efecto contagio y, sobre todo, por la "traición" de Rafael del Pino. La línea de mensaje que desde el primer momento marcó la ministra de Economía, Nadia Calviño, es el de las licitaciones que recibe Ferrovial por parte del Estado, muy por encima de cualquier otro argumento sobre la seguridad jurídica del país o la fiscalidad.

Y nadie se ha bajado de ese burro. Calviño cifró en 1.000 millones el dinero ganado por Ferrovial en esta legislatura. La llegada de fondos europeos ha regado de millones en forma de proyectos a esta compañía y otras muchas. Y el Gobierno no entiende cómo puede dar ahora la espantada.

"Se ha explotado esa línea y no ha funcionado", dicen estas fuentes. "Después llegó la carta que es una cosa como alucinante".

Junta de Accionistas de Ferrovial, en el auditorio de la ONCE de Madrid.EP

Calviño, tocada

Aquí, explican a este diario, es donde se produce la "gran derrota comunicativa de Calviño y La Moncloa". Ese intento por hacer ver que llevarse Ferrovial a Países Bajos se volvió en su contra. "La mano larga del Gobierno no puede llegar hasta la Junta General de Accionistas de una empresa, ni se puede amenazar con mandar a Hacienda", explica una persona que ha vivido la crisis en primera persona.

"La victoria de Ferrovial ha sido total. El apoyo masivo de la Junta, los aplausos a Del Pino y los cortes para televisión elegidos por la compañía en los que se ve a pequeños accionistas defendiendo la propuesta y no a grandes fondos han sido una goleada comunicativa de la empresa. El Gobierno se ha dedicado a cuestionar el dinero que recibe una empresa para hacer obras que benefician a los españoles y ha trasladado una imagen ante la sociedad de ente antipático que amenaza accionistas, en lugar de incidir en los argumentos dudosos de Ferrovial para marcharse", añade.

Calviño ha salido muy tocada del envite, según coinciden diversas fuentes. Ella es la máxima responsable de la política económica del Gobierno. Y esto es una malísima noticia. Recuerdan algunos veteranos de los Ministerios un episodio que sucedió en el 2014, en plena mayoría absoluta del PP de Mariano Rajoy. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, criticó la política energética del Gobierno popular en una reunión con inversores británicos. "Somos más británicos o mexicanos", dijo tras anunciar que iba a congelar sus inversiones en España.

"El lío fue de una magnitud descomunal. Los ministros se movieron y Sánchez Galán tuvo que salir casi que a pedir perdón y a declararse orgulloso de ser español", recuerdan. "Calviño ha sufrido un duro revés con esto. Hace ya tiempo que ha perdido su perfil tecnócrata y solo cultiva el político confrontando todo el día con la vicepresidenta Yolanda Diaz".

La Fundación Rafael Del Pino

El tercer gran lamento de Moncloa por lo ocurrido está en la Fundación Rafael del Pino. El Gobierno se queja amargamente del tiempo y la dedicación que ha puesto en convertir este foro en la "referencia del empresariado progresista" de España. Tampoco eso ha servido para retener a Ferrovial dentro de nuestras fronteras.

"Es verdad que Sánchez y sus ministros se han volcado con la Fundación Del Pino", dicen estas fuentes. "El Gobierno ha estado presente en todos los eventos, lo que supone un apoyo muy grande que no ha sido correspondido por la compañía con esta decisión".

Y la peor noticia para Sánchez no es sólo el ver marchar una multinacional de esta manera, sino también el momento en el que se ha producido. A poco más de un mes de las elecciones del 28-M y con un PSOE renqueante en las encuestas para las generales de final de año.

"Todo lo que afecta a la economía es siempre un problema electoral para el PSOE, porque la gestión siempre ha sido uno de sus puntos débiles", dicen estas fuentes. "Sánchez y Moncloa dedican un gran esfuerzo en vender los buenos datos de empleo, el crecimiento de la economía y que la inflación está más o menos controlada en comparación con otros países europeos. El episodio Ferrovial cuestiona todo lo demás. Y son malas noticias para el PSOE".

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