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Política

Iglesias blinda la investidura de un PSOE en shock tras la sentencia de los ERE

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tras firmar su preacuerdo de Gobierno.

El PSOE en su conjunto, y Pedro Sánchez en particular, recibieron este martes un durísimo mazazo con la sentencia de los EREs andaluces porque supone la condena a dos expresidentes del partido y expresidentes de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán -entrará en prisión- y Manuel Chaves, además de otros ex consejeros.

Un fallo que, si bien no compromete la investidura del presidente del Gobierno en funciones, porque su socio preferente, Pablo Iglesias, ya se ha encargado de situar los hechos en "otra época" (la del "bipartidismo" PSOE/PP), sí ha causado una honda conmoción tanto en la sede nacional de Ferraz, donde Griñán y Chaves ocuparon despacho durante muchos años, como en la sede de los socialistas andaluces.

De momento, ninguno de los dos líderes afectados, ni Sánchez ni la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, han hecho comentario alguno. Han sido sus respectivos 'número tres', José Luís Ábalos, y 'número dos' andaluz, Juan Cornejo, quienes han dado la cara para señalar que las responsabilidades políticas ya se depuraron hace tiempo, cuando abandonaron el partido los dos ex presidentes del partido, así como los exdiputados y ex altos cargos Gaspar Zarrias y José Antonio Viera, y la exministra Magdalena Álvarez.

El PSOE intenta diferenciarse del PP asegurando que esto "no es" financiación ilegal, sino irregularidades en la Junta de Andalucía; el PP y Ciudadanos, en tromba para 'tumbar' la investidura de Sánchez

Ábalos ha intentado echar balones fuera argumentando que "no es un caso del PSOE", pero la virulencia de los partidos de la oposición, en particular la de un PP empeñado en cobrar su venganza por la moción de censura con la que Sánchez desalojó a Mariano Rajoy hace ahora año y medio, ha dejado poco margen de maniobra.

El PP: "Sánchez está inhabilitado" 

Según el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, que compareció al filo de las 14.15 horas del martes, hora y media después de conocerse el fallo judicial, "si no asume responsabilidades políticas hoy, Sánchez está inhabilitado para seguir de presidente en funciones".

Egea no llegó a pedir su dimisión, ya que el PP -y Pablo Casado en particular- están buscando que los socialistas se cuezan en su salsa con Podemos y en la ingobernabilidad que ven con los independentistas de ERC. El que sí habló es el reaparecido exlíder de Ciudadanos, Albert Rivera, que este martes se cobró su particular vendetta con el líder socialista vía Twitter:

Lo cierto es que la sentencia ha caído como una losa en medio de las negociaciones entre el inquilino de La Moncloa e Iglesias para conformar el Ejecutivo de coalición que ambos pretenden a partir de la investidura del primero como presidente en diciembre.

Iglesias evita atacar a Sánchez

Iglesias, que en el caso de la Gürtel (que involucró al extesorero del PP) sostuvo que la “democracia no puede soportar a delincuentes”, con los EREs de Andalucía ha preferido mantener un perfil bajo. El secretario general y otros dirigentes se han limitado a hablar de los efectos del "bipartidismo", pero no han señalado a Sánchez ni a sus ministras Carmen Calvo y María Jesús Montero, que tuvieron cargos relevantes en los ejecutivos del PSOE andaluz.

Según algunos dirigentes morados, hablar de "bipartidismo" significa incluir al PSOE como responsable de una actitud execrable. Pero la falta de menciones a Sánchez refleja una clara intención política.

Entre los socios de los morados, Izquierda Unida ha empleado términos más duros. Alberto Garzón ha afirmado que “algunos dirigentes del PSOE-A utilizaron dinero público en Andalucía para sostener una red mafiosa que compraba la paz social y alimentaba la corrupción”. Y Teresa Rodríguez, la todopoderosa lideresa de los anticapitalistas de Andalucía, compartió en redes una imagen que reza: “PSOE: ahora devolved lo que habéis robado”.

Matices aparte, es evidente que Iglesias no ha buscado la polémica para salvar a Sánchez. Desde el pasado 10 de noviembre, con un Podemos que ha perdido siete escaños y se ha quedado en su mínimo histórico de 35 diputados, Iglesias se agarra al cogobierno con Sánchez como un clavo ardiendo. Si fracasa la investidura, tendrá una cola de dirigentes morados dispuestos a pedir su cabeza. Entre su supervivencia y la condena del PSOE, parece evidente por lo que se ha decantado el líder de Podemos.

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