El PNV busca la 'autodeterminación' del vino vasco dentro de la denominación Rioja

El Congreso de los Diputados debatirá la próxima semana una propuesta del PNV para crear una denominación vasca dentro de la Denominación de Origen Rioja. Una suerte de autodeterminación interna que disgusta en el Consejo Regulador riojano. Esta propuesta tiene más de un año pero cobra especial relevancia porque llega al Parlamento justo cuando el Gobierno y el PNV negocian sobre los Presupuestos Generales del Estado.

Lo que ahora se debatirá en el Congreso llegó allí en septiembre de 2020. Entonces el PNV presentó su proposición no de ley de reforma de la Ley 6/2015, de 12 de mayo, de Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas de ámbito territorial supraautonómico. La idea es básicamente crear una nueva denominación de origen de los vinos de Rioja Alavesa pero sin dejar el paraguas de Rioja. Y que la gestión de esa hipotética marca nueva dependa de un consejo regulador propio que se crearía en el País Vasco.

Dicho en otras palabras, el PNV propone que el País Vasco se haga con el control de una parte del suculento negocio del vino alavés. Algo que viene coleando desde hace años porque los partidos nacionalistas quieren ese cambio. Para justificar el cambio en Euskadi se argumenta que el 20% de los vinos con el marchamo riojano se elabora en tierras vascas.

La propuesta, al detalle

La literalidad de la propuesta no deja dudas. Tal y como consta en el preámbulo, el PNV aboga por "la creación de una entidad de gestión de la denominación de dicha zona sin provocar ninguna ruptura con la DOP bajo la que se ampara y a la que seguirá unida ni con el consejo regulador de la misma". Asimismo, apuesta por "la modificación del marco de ejercicio de las facultades de control y gestión de las DOP de ámbito territorial supraautonómico relativo a terrenos e instalaciones situados en el territorio de cada Comunidad Autónoma"

Más en concreto, la propuesta plantea que en un plazo de seis meses "el Estado modifique la normativa correspondiente para que cuando estén afectados los territorios de varias comunidades autónomas, éstas puedan actuar ejerciendo las facultades de control, inspección y sanción sobre las actuaciones de los órganos, entidades de gestión y operadores de la denominación relativas a locales, instalaciones y explotaciones relacionados con el producto amparado por la figura de DOP".

Todo ello, argumentan, porque "la modificación del marco legal de la zona geográfica de producción, crianza y envejecimiento desarrolla las posibilidades que el derecho de la Unión Europea ofrece, tal y como se aprecia en otros países de nuestro entorno de honda raigambre vitivinícola".

Reacción del Consejo Regulador de Rioja

En el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOC), con sede en Logroño, no están nada contentos con la propuesta del PNV que se debatirá en el Congreso. Tanto es así que este organismo convocaba este martes un Pleno Extraordinario monográfico sobre este asunto para el próximo lunes, justo antes del debate en el Congreso. A su juicio, lo sucedido es "una amenaza".

Frente a ese movimiento, enfado en los jeltzales. Así, el diputado general de Álava, Ramiro González, afirmaba que la propuesta de su partido de crear "una denominación Rioja Alavesa bajo el paraguas de Rioja es un ejemplo de éxito que existe en otros países". Aludía así a lo que pasa en Francia con la marca Burdeos. "Es un modelo de éxito que les ha llevado a tener un gran prestigio. Y también se puede establecer en Rioja porque no rompe nada".

En este tema llueve sobre mojado. Porque a este intento del PNV por crear una nueva denominación alavesa dentro de Rioja hay que añadir otra tentativa similar que ocurrió en 2020. Entonces el Gobierno vasco tramitó  la solicitud para la creación de la Denominación de Origen 'Arabako Mahastiak/Viñedos de Álava'. Ese sería el nombre que sustituiría al tradicional de "Rioja Alavesa", que es propiedad de la DO Rioja.

En todo caso, como en su día contó Vozópuli, el intento tiene que ser aprobado por otras dos instituciones: el Ministerio de Agricultura, en primer lugar, y la Unión Europea, que tiene la última palabra sobre las denominaciones de origen.