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España

Un juzgado abrió diligencias tras recibir el parte policial de la falsa agresión homófoba

Tras recabar el último atestado que incluye la confesión del joven, el titular del Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid puede pedir informe a la Fiscalía o archivar el asunto

Imagen de un agente de la Policía Nacional.
Imagen de archivo de un agente de la Policía Nacional.

La falsa agresión que denunció haber sufrido un joven en el madrileño barrio de Malasaña ya está en los tribunales. El Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid abrió diligencias a comienzos de semana tras recibir el parte policial relativo a las lesiones que entonces había denunciado el joven y que este jueves confesó que fueron consentidas. De este modo, y según informan fuentes jurídicas a Vozpópuli, el juzgado tiene abiertas unas diligencias que han dado un vuelco radical tras incorporar la declaración prestada por el joven.

Al tratarse de una confesión que revoca el parte de lesiones denunciado y que incluso abre la puerta a la comisión de simulación de delito, el magistrado titular del Juzgado, David Suárez, puede ahora dirigirse a la Fiscalía para recabar su criterio de los hechos dando pie a una investigación, o bien archivar la causa. El magistrado actuará tras incorporar la ampliación del atestado policial que se ha enviado a los juzgados con el cambio de relato del joven.

Su confesión en sede policial propició un giro de guion en los hechos que hasta el momento se investigaban como una presunta agresión homófoba. Así lo confirmaron este miércoles fuentes del Ministerio del Interior aclarando que el joven se había retractado de la denuncia presentada el domingo dejando claro que no fue atacado por ocho individuos, como había apuntando inicialmente. De este modo el panorama cambia también en el terreno judicial ya que con la denuncia falsa se abre ahora la puerta a que se le investigue por simulación de delito.

Su declaración se produjo a petición de los agentes de la comisaría del distrito centro ya que sospechaban de la veracidad de su denuncia. Fuentes policiales consultadas por este diario explican que ningún testigo corroboró el testimonio acerca de que fue agredido por ocho encapuchados con sudaderas llegándole a marcar con una navaja. Las cámaras de seguridad de la zona tampoco aportaron pistas al respecto, por lo que la Policía acabó citándole y, tras una declaración larga, éste confesó que los hechos fueron consentidos y que mintió para conservar a su pareja.

La trascendencia mediática y la presión social llevaron a la Policía Judicial a recurrir a los grupos especializados de la Policía en el marco de un operativo en el que no lograron recabar prueba alguna de los hechos denunciados. El asunto incluso trascendió a la esfera política y provocó la convocatoria de urgencia para este viernes de la comisión contra los delitos de odio, que presidirá Pedro Sánchez y que no se ha suspendido pese al giro radical de los acontecimientos.

Interior, por su parte, ya dejó claro que las pesquisas siguen abiertas tanto en la esfera policial como judicial, donde la causa podría arrancar por simulación de delito en caso de que Fiscalía actúe en contra del joven, o bien de que se persona alguna acusación popular en su contra. Este tipo se recoge en el artículo 457 del Código Penal y determina que el que simule ser responsable o víctima de una infracción penal o denuncie una inexistente provocando actuaciones procesales, puede ser castigado con multa de seis a doce meses.

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