España

ERC y Junts pugnan por controlar las ‘embajadas’ catalanas: no creen en la Mesa de Diálogo

En las negociaciones para la conformación de un nuevo Ejecutivo catalán están en juego las delegaciones catalanas en el exterior. ERC no quiere que lo capitalice Puigdemont

Borràs sigue sin convencer a ERC y CUP para blindar su escaño antes del juicio en el TSJC
El presdiente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a Laura Borràs y Quim Torra Europa Press

El alejamiento de ERC del Gobierno de coalición, acentuado tras la marcha de Pablo Iglesias del Ejecutivo, tiene un impacto directo sobre la Mesa de Diálogo entre gobiernos. Los republicanos ya asumen que la Mesa no se volverá a reunir hasta, al menos, después de las elecciones en Madrid, el próximo 4 de mayo, y ven que eso afecta al relato del procés en el exterior. Por esta razón, uno de los puntos críticos en las negociaciones de ERC y Junts para la conformación del Govern es la Consejería de Acción Exterior, de quien dependen las delegaciones ('embajadas') de la Generalitat en el exterior y que han funcionado como un puntal para 'internacionalizar' el plan rupturista.

En el anterior Ejecutivo, ERC tenía en sus manos este Departamento. Pero la reciente inhabilitación de su responsable, Bernat Solé, condenado por su implicación en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, ha dejado un vacío en esta consejería. Según explican fuentes de Junts a Vozpópuli, ahora pujan por controlar esta cartera. No tendrán la presidencia ni la consejería de Interior -que suele depender de quien ostenta la presidencia- y como avanzó este medio quieren recuperar Educación o Sanidad, pero sin renunciar al departamento clave para explicar el procés en el mundo.

Las negociaciones para compartir, de nuevo, Ejecutivo están yendo más lentas de lo que pretendía ERC y las fuentes consultadas creen que podría alargarse más allá del 26 de marzo, fecha en la que se debe celebrar el primer pleno de investidura. Desde Junts, como ya hicieron para la elección de Laura Borràs como presidenta del Parlament, marcan sus ritmos y prefieren que sea "un buen acuerdo" que un acuerdo rápido.

En ERC, por su parte, ya han renunciado a la "vía amplía" -no sumarán a En Comú Podem en los equilibrios de gobierno-, pero no le gusta la posición que están adoptando sus principales socios. El discurso de investidura de Borràs, renegando de Roger Torrent, expresidente de la Cámara catalana y dirigente de ERC, fue muy criticado dentro del partido. Aunque todas las fuentes no dudan de que habrá un Ejecutivo independentista, los republicanos esperaban mayor celeridad para sellar el pacto.

El impacto de Madrid

Pero a las complicaciones de las negociaciones, por las malas relaciones que arrastran ERC y Junts desde la pasada legislatura, se le suma ahora la tormenta política que ha desatado el anuncio de Pablo Iglesias de ser el candidato de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid.

ERC ve en este movimiento su pérdida de influencia en el Ejecutivo de coalición, como principal socio externo. La celebración de estas reuniones bilaterales fue una de las 'victorias' de ERC sobre Junts, al lograr arrancar al Gobierno de Pedro Sánchez el compromiso de resolver el "conflicto político".

Esta Mesa les servía para proyectar ante la comunidad internacional la idea de que había un "conflicto" entre dos partes, y que se debía resolver "políticamente", sin "judicialización". Ahora, con los indultos sin resolver y debido el cambio de paradigma que ha supuesto la irrupción de la pandemia, poniendo al centro de la política la cuestión de los fondos europeos, no deja mucho margen para dar una salida al conflicto territorial en Cataluña.

El papel de las 'embajadas'

Ante este escenario, se han revalorizado las delegaciones catalanas en el exterior. Para los líderes independentistas, la batalla internacional es clave para lograr que los tribunales europeos les den la razón en lo que respecta a los políticos condenados por sedición y para los fugados de la justicia española.

También para la reciente admisión a trámite por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de un posible delito de desobediencia de la Mesa del Parlament de la pasada legislatura. Torrent y el resto de miembros del órgano rector han criticado ante instancias europeas "las injerencias del Tribunal Constitucional" en la política catalana.

Sin embargo, la discrepancia de estrategias entre ERC y Junts respecto a cómo avanzar en el procés también tiene efectos en este ámbito. Mientras los de Carles Puigdemont mantienen una posición de máximos, haciendo una enmienda a la totalidad al Estado español, el posibilismo de Oriol Junqueras se ha traducido, por ejemplo, en la reciente vuelta de la fugada Meritxell Serret, de ERC, compareciendo ante el Tribunal Supremo.

En este sentido, controlar la Consejería de Acción Exterior es controlar el "relato" que el separatismo vende a la comunidad internacional. Pero el relato de ERC y Junts tampoco coincide en este ámbito y, de momento, ninguna de las dos formaciones está dispuesta a renunciar a ella.

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