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España

Interior desplaza 250 policías de urgencia a Barcelona para dar seguridad al Rey

Felipe VI y Pedro Sánchez en la última conferencia de presidentes autonómicos en La Rioja.

La visita de Felipe VI de este viernes a Cataluña está marcada por la tensión política y el llamamiento de grupos radicales a boicotear el acto. Se trata del primer viaje del monarca a Cataluña tras suspenderse su presencia en la entrega de despachos a los nuevos jueces y la Delegación del Gobierno, con apoyo del Ministerio del Interior, ha definido un dispositivo para evitar incidentes en torno a la figura del monarca. Fernando Grande-Marlaska ha enviado a 250 policías antidisturbios, que se unirán a otros 80 que ya están en la ciudad. Junto al Rey se encontrará Pedro Sánchez, que ha mantenido su visita a Barcelona pese al Consejo de Ministros extraordinario en el que se decidirán las nuevas medidas de restricción en Madrid.

Los grupos independentistas llaman a recibir al Rey y a Sánchez "como se merecen". Esos son los términos que emplean los Comités de Defensa de la República (CDR) en su convocatoria a las movilizaciones. "Ni Rey ni Corona: Independencia", añaden desde la Assemblea Nacional Catalana. "Tumbemos la Corona y el régimen del 78", afirma Arran. Mensajes, todos ellos, que incluyen los lugares y las horas en las que se reunirán sus seguidores para protestar contra Felipe VI.

El punto marcado en rojo por las autoridades es la Estación de Francia, escenario donde se desarrollará el acto de la la Barcelona New Economy Week al que asiste el Rey. El dispositivo de seguridad en torno a este espacio estará compuesto por tres anillos, con presencia de mossos d'Esquadra, policías nacionales, guardia urbana y la propia seguridad personal de Felipe VI.

Varios anillos de seguridad

Para cubrir todo este espacio, el Ministerio del Interior ha enviado a Barcelona 250 miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, también conocidos como antidisturbios. Fuentes policiales consultadas por Vozpópuli detallan que este contingente se unirá a los dos grupos de esta unidad que ya están en Barcelona, cada uno de ellos con algo más de 40 efectivos.

El grueso del despliegue, no obstante, lo constituyen los Mossos d'Esquadra. Cerca de 750 efectivos que se desplegarán en los diferentes anillos de seguridad en torno a la Estación de Francia, así como en algunos de los puntos más importantes de acceso a esta ubicación. También habrá presencia de la Guardia Urbana.

Las mismas fuentes consideran que las protestas no finalizarán al término del acto en el que participa Felipe VI. Al ser viernes, se cuenta con la posibilidad de que la tensión en las calles aumente a medida que transcurra la jornada. En los últimos días se han repetido los gestos contra las instituciones del Estado, desde guillotinas simuladas hasta el lanzamiento de cabezas de cerdo.

El dispositivo, en cuanto a su estructura, no difiere mucho del que se montó cuando Pedro Sánchez celebró su Consejo de Ministros en la Llotja de Mar: anillos concéntricos de seguridad, refuerzo en los principales puntos de acceso y agentes de paisano asegurando el perímetro. La diferencia respecto a aquel despliegue es el número de efectivos, sustancialmente menor que en aquella ocasión. Entonces aún coleaban los ecos del referéndum ilegal del 1-O y ahora hay una pandemia que desinfla cualquier acto convocado en las calles.

Felipe VI en Barcelona

La visita de Felipe VI a Barcelona está marcada en rojo para los representantes de la Delegación del Gobierno en Cataluña. Cabe recordar que es la primera vez que el monarca visitará Cataluña tras la polémica por su ausencia en la entrega de despachos a los nuevos jueves. El Gobierno admitió que aquella decisión correspondía a motivos de "convivencia", teniendo en cuenta que la resolución judicial que inhabilitara a Quim Torra era inminente.

Felipe VI mantuvo una conversación con Carlos Lesmes, presidente del CGPJ, en la que lamentaba no participar en el acto. El Gobierno, a través de Margarita Robles, cargó contra Lesmes y le acusó de querer "enfrentar" a Moncloa y Casa Real tras filtrarse el contenido de la conversación.

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