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Las 10 veces que Pablo Iglesias no dijo la verdad porque era "político"

El pasado sábado el fundador de UP aseguró que ahora puede decir la verdad porque ya no es político. Las redes se llenaron de críticas a sus palabras y recordaron momentos en los que Iglesias no cumplió con sus palabras

Pablo Iglesias aseguró el pasado sábado que "ahora que no es político" puede "decir la verdad". Y, como era de esperar, la polémica estaba, desde ese momento, servida en bandeja. Cientos de comentarios criticándole inundaron las redes: "Es decir, que cuando era político no dijo una maldita verdad" o "Un saludo a todos los que confiaron en Pablo Iglesias y le dieron su voto" son algunos de los muchos ejemplos que se podían leer en Twitter.

Unas palabras poco afortunadas que dijo durante su intervención en el debate "Bulos: la mentira como estrategia de las derechas", celebrado en el marco de la precampaña electoral de Castilla y León, en el que estaba acompañado del candidato de UP, Pablo Fernández, y por la número dos del partido morado por Valladolid, María Sánchez.

Sus declaraciones en este encuentro han sido motivo para que muchos críticos de la izquierda aprovecharan para recordar aquellas ocasiones en las que, por diversos motivos, el que fuera líder de Unidas Podemos no cumplió con sus palabras. Aquí, una recopilación de diez de ellas.

Quedarse como diputado regional

Una de las últimas promesas incumplidas de Pablo Iglesias, antes de desaparecer del mapa político durante un tiempo, fue que, pasase lo que pasase en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid del 4M, iba a quedarse como diputado regional porque iba a estar "donde le colocasen los ciudadanos" y que aceptaría lo que dijeran las urnas. Así lo dijo el 28 de abril de 2021 en el programa 'Al Rojo Vivo', de La Sexta. A la pregunta de Ferreras sobre si se iba a quedar en la Asamblea, Iglesias respondió que "clarísimamente".

Lo mismo aseguró en la cadena SER en una entrevista con Angels Barceló. "He sido oposición en el Congreso de los Diputados, he sido vicepresidente del Gobierno, salimos a ganar, pero uno en política tiene que aceptar el veredicto de las urnas". Y también lo dijo en RNE y OndaMadrid, “Ya he dicho que estaré allí donde me coloquen los ciudadanos y, si es en un escaño de [la] oposición, pues allí es donde me tocará estar trabajando”.

Sin embargo, después de las elecciones en Madrid, cuando Isabel Díaz Ayuso alcanzó la mayoría y tras los malos resultados para Unidas Podemos, Iglesias se retiró de la política y no cumplió su promesa de quedarse en la Asamblea fuese cual fuese el resultado. El mismo día de los comicios, el 4 de mayo, anunció que abandonaba todos sus cargos porque su papel ya no era "útil" para su partido, y porque se había convertido en un "chivo expiatorio" para el crecimiento de la "extrema derecha".

Abandonar la presencia pública

Siguiendo con las consecuencias de las elecciones en la Comunidad, cabe destacar otra de las veces en las que Iglesias no ha cumplido con su palabra. En octubre de 2015, Iglesias fue el invitado estrella de Risto Mejide en su programa de entrevista 'Al Rincón'. Allí dijo textualmente que "González y Aznar son como drogadictos que necesitan tener esa presencia pública. Y no quiero tener que ver con nada de eso".

Sin embargo, tras un tiempo de desaparición, Iglesias volvió a la exposición pública. Y no solo con debates en los que él es el protagonista, como el de la semana pasada en Castilla y León. Aparte de ser profesor e investigador en la Universidad Oberta de Catalunya, Iglesias es colaborador en varios medios de comunicación: es columnista en Gara y Ctxt, tertuliano en Cadena Ser, y de ahora en adelante, será presentador del podcast 'La Base'.

El chalet de Galapagar y dejar el barrio

Una de las grandes promesas de Pablo Iglesias cuando irrumpió en el panorama político era que nunca se iba a convertir en lo que él consideraba la "casta", ese "rollo de los políticos que viven en Somosaguas, que viven en chalés" y se aíslan del mundo real, como dijo en una entrevista con Ana Rosa en el año 2015. Además, en reiteradas ocasiones ha dicho que si pudiera elegir, elegiría quedarse en su barrio y que, por lo menos, volvería a su origen cuando dejara la política.

Pero al poco tiempo de que se produjera esta conversación entre la periodista y el fundador de Unidas Podemos, se hacía pública la compra del chalet en Galapagar. De esta manera, se incumplieron tres cosas: perder el contacto con el mundo real, vivir donde y como la casta y no volver al barrio de origen, porque por ahora, Vallecas no le ha vuelto a ver. Aunque es cierto que en repetidas ocasiones ha justificado que su vida ha cambiado mucho y que al formar una familia quiso llevar una vida distinta, la compra del chalet fue considerada por muchos como una incoherencia a sus palabras.

Subirse el sueldo

Y en línea con no ser casta, Iglesias siempre ha criticado los altos salarios de los políticos. "El salario de un político no puede ser un insulto para la mayor parte de ciudadanos que tienen estrecheces", dijo en octubre de 2015 tras su primera visita a la Moncloa, en el contexto de su primera campaña electoral.

Pese a ello, su sueldo desde su entrada en política ha sido bastante superior al del ciudadano español. En su último puesto como vicepresidente llegó a cobrar 80.463,96 euros, después de dos subidas salariales en el año 2020: una en enero del 2% y otra en octubre de 0,9%.

En el año 2012, el exlíder de Podemos publicó en Twitter un mensaje en el que criticaba el patrimonio de 1,7 millones de Arias Cañete. En 2021 el patrimonio conjunto de Pablo Iglesias e Irene Montero era de 1,1 millones.

Además, también rompió el código ético de Podemos al cobrar una indemnización como vicepresidente. Como informó este diario, el reglamento del partido aprobado en Vistalegre II declara "la obligación de no percibir ninguna remuneración ni cesantías de ningún tipo una vez finalizada su designación en el cargo". Sin embargo, Iglesias solicitó una indemnización de 5.300 euros al mes cuando dejó la vicepresidencia del gobierno.

Feminismo de Iglesias

Unidas Podemos, como su propio nombre indica, es el partido abanderado del feminismo. Sin embargo, hay ciertas acciones que han sido consideradas como una contradicción a uno de los pilares fundamentales del partido morado. El caso Dina, en el que Iglesias se quedó la tarjeta de móvil de Dina Bousselham para evitar daños mayores es uno de los ejemplos que perjudican a los idearios feministas de los morados. O también cuando dijo a través un canal privado de Telegram que azotaría a Mariló Montero hasta hacerla sangrar.

Uno de los ejemplos más polémicos tiene que ver con las elecciones de Madrid. En principio la candidata de UP para los comicios era Isa Serra. Sin embargo, en un momento dado Iglesias prefirió presentarse él mismo como candidato. Esta decisión se criticó mucho en redes ya que consideraron que su actitud era la de "un macho alfa" que acude al rescate de la izquierda.

De hecho, Mónica García, candidata de Más Madrid a las elecciones, le criticó públicamente (aunque sin decir explícitamente su nombre). “Las mujeres estamos ya cansadas de hacer el trabajo sucio para tener que apartarnos en los momentos históricos. Hemos demostrado con creces que sabemos frenar a la ultraderecha sin necesidad de que nos tutelen”, aseguró en un publicado en redes sociales.

Su relación con Venezuela

Una de las grandes polémicas que han rodeado a Iglesias casi desde el principio es la de su relación con Venezuela y la financiación del partido. Y aquí, más que mentir o hacer lo contrario a lo que dijo anteriormente, lo que ha hecho es, sencillamente, ocultar la verdad. Aunque todavía no se puede confirmar con total seguridad que Unidas Podemos como formación política haya recibido dinero de Venezuela, la financiación del partido sigue siendo un quebradero de cabeza para muchos.

En una entrevista con Susana Grisso en el año 2016, la periodista le dijo: "Se dice que algunos de vosotros recibisteis a título personal dinero del gobierno chavista". Iglesias respondió entonces que era "completamente falso". Sin embargo, el Caso Neurona, el que investiga la presunta financiación ilegal de Podemos, sigue activo y a día de hoy se siguen vinculando nombres del partido morado con diversas irregularidades.

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