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España

Celos de Montero y Belarra por el papel de Díaz en la moción: "No sabemos si hablarán"

Las líderes moradas han pedido al presidente del Gobierno que todas las ministras den réplica al candidato de Vox en el debate para "confrontar con el machismo" y así poder ganar foco

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz (i), y la ministra de Igualdad, Irene Montero (d), en el Congreso, en una imagen de archivo.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz y la ministra de Igualdad, Irene Montero EUROPA PRESS / Ricardo Rubio.

La moción de censura de Vox, que se celebrará en el Congreso el próximo martes, va camino de armar un belén dentro de Unidas Podemos. El presidente del Gobierno, como adelanta este diario, dará cancha a la vicepresidenta segunda para que replique al candidato, el economista y exdirigente del PCE Ramón Tamames. El núcleo duro de Moncloa quiere mandar el mensaje de que el Ejecutivo está unido tras la bomba atómica del 'sí es sí'.

Y, por eso, Pedro Sánchez se dedicará a confrontar con Santiago Abascal, mientras que Yolanda Díaz se centrará más en Tamames. La situación ha provocado un ataque de 'celos' en Irene Montero e Ione Belarra. Las dos líderes de Podemos no quieren que sea Díaz quien acapare el foco. Y, por eso, según las fuentes consultadas, han pedido al presidente que "todas" las ministras intervengan en la moción "para confrontar con el machismo de Vox". Pero, al cierre de esta información, el PSOE no les había dado respuesta.

Fuentes parlamentarias de Unidas Podemos confirman que aún se está debatiendo dentro del grupo con qué voces se replicará a Tamames. Y pese a que estas mismas fuentes ven poco probable que en caso de que ni Montero ni Belarra puedan confrontar con Tamames, ambas se valgan de su grupo y usen el cupo de los portavoces oficiales, lo cierto es que no saben si terminarán hablando o no. Eso sería una afrenta no solo al presidente Sánchez, sino a la propia Yolanda Díaz. Moncloa se parapetó tras el hermetismo habitual este jueves, en el Consejo de Ministros, cuando se preguntó por el asunto de marras.

Una candidatura a punto

La vicepresidenta segunda está a punto de anunciar a bombo y platillo su intención de presentarse a las elecciones generales y, por eso, extrema el cuidado. Quienes la conocen saben que no tomará partido en ningún aspecto polémico que pueda resultarle contraproducente. Pero la moción es una oportunidad para ella y para exponer su "proyecto de país". En el PSOE, además, están exasperados con sus tiempos. En Ferraz quieren ya a Yolanda Díaz centrada en Sumar, la muleta en la que Pedro Sánchez deberá apoyarse obligatoriamente para seguir en Moncloa en caso de que las urnas escupan la posibilidad de que la coalición pueda repetir.

Y el propio presidente volvió a presionar a su número dos este miércoles Lanzarote. El PSOE, según Sánchez, aspira "no solo a revalidar la mayoría, sino incluso a ampliarla, para poder consolidar las políticas progresistas". El presidente fue más allá y soltó la bomba: "Y cuando digo consolidar esa mayoría parlamentaria, lo digo con nuestro socio de Gobierno, aquí representado en Yolanda Díaz".

En verdad, en el PSOE llevan varios días decepcionados con Yolanda Díaz, porque creen que tiene un problema serio de liderazgo entre los suyos y porque Podemos le está ganando todos los pulsos que le está echando. En verdad, al presidente le hubiera gustado más mano dura de Díaz. Pero no puede si no quiere destapar abrir la caja de pandora. Y ese es el motivo por el que en Moncloa quieren darle voz. Así, Sánchez aparecerá como 'el culpable' de que sea Yolanda quien reste protagonismo a las ministras de Podemos. En cierta manera, el lío del 'sí es sí' volvió a situar a la ministra de Igualdad como la gran referente del espacio morado.

Pelea de focos

Los enganchones con el PSOE quitaron protagonismo a la vicepresidenta segunda. Cabe recordar que la posición de Yolanda Díaz es muy difícil, porque no tiene capacidad para imponerse dentro de Podemos, donde manda un núcleo reducido del que forman parte, además de Montero, Ione Belarra, Pablo Echenique y Lilith Verstrynge, bajo la supervisión del exjefe Pablo Iglesias.

En el equipo electoral de Sumar molesta mucho la influencia de Pablo Iglesias, porque le consideran un estorbo para la reconfiguración de la izquierda a la izquierda del PSOE. El razonamiento que hacen es que si ahora el exlíder morado vive de análisis políticos en medios y en su pódcast, que se dedique a ellos y a no a la política pura y dura en actos de partido que, además, cierra como si aún fuera el máximo dirigente. Es más, le llegan a desafiar: "Si se dedica a la política, que vuelva".

Sánchez parece noqueado. El presidente no es capaz de rentabilizar haber sido capaz de suavizar los pésimos augurios económicos que se cernieron sobre España hace un año, cuando estalló la guerra de Ucrania y toda Europa cruzó el umbral de una espiral inflacionista y una crisis energética que ha dejado los bolsillos de las familias congelados. Quién le iba a decir que la mayor crisis de credibilidad de su Ejecutivo iba a ser una ley cocinada por el Ministerio de Igualdad. El 'sí es sí' es un agujero por el que se escapan las opciones de Sánchez de continuar en Moncloa. Y el pasado 8-M fue el termómetro. Aunque la moción, un regalo que beneficia al Ejecutivo según Moncloa y los partidos que apoyan al Gobierno, es el chute de electoralismo que Sánchez necesita para creer de nuevo que volverá a ser presidente.

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  • P
    Pontevedresa

    La ignoranda es muy atrevida, y que estas ignorantes venidas a más quieran confrontar con una persona llena de sabiduría y de experiencia demuestra su osadía, su descaro y su atrevimiento. Cada vez se presenta más interesante la Moción de Censura pero no por ellas, sino por los que la proponen Abascal y el Profesor Tamames.