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España

'Plomo' en los buzones: los políticos que vivieron bajo la amenaza de ETA

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tienen una extensa experiencia en el análisis de amenazas contra figuras públicas. Fuentes policiales detallan las diferencias entre las de entonces y las de ahora

Bala depositada en el buzón de Gregorio Ordóñez
Bala depositada en el buzón de Gregorio Ordóñez

Una bala encima de la mesa.

- ¿Usted recibía amenazas?

- Sí, bueno… creo que como todos.

Hubo un tiempo en que el mero hecho de ir en las listas de un determinado partido político suponía que te dibujaran una diana en la espalda. La amenaza era máxima. Como un resorte, el mismo nombre que aparecía en la lista electoral se duplicaba en las listas de objetivos que esbozaban los comandos de ETA.

Ese “como todos” que musita un concejal del PSE-EE de un municipio vizcaíno resume el sentir de tantos ediles y políticos que en las últimas décadas se han desempeñado en País Vasco y Navarra. La historiadora Sara Hidalgo García de Orellan da cuenta de esas presiones y amenazas constantes en Los resistentes: relato socialista sobre la violencia de ETA [ediciones Catarata], una recopilación de testimonios de representantes socialistas que estuvieron bajo el yugo del chantaje terrorista.

Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Vozpópuli descartan que se puedan comparar la batería de amenazas que en las últimas semanas han recibido diferentes representantes públicos con las que se vivían en los años más duros de ETA. Sin embargo, sí que existe una extensa trayectoria entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el análisis de este tipo de contenido: los servicios de Información de la Policía Nacional y de la Guardia Civil llevan décadas trabajando en este sentido.

No son amenazas equiparables por dos motivos, indican las mismas fuentes. Primero, porque no se considera como hipótesis que una organización compleja y estructurada haya gestionado las amenazas más recientes al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; al candidato de Podemos a las elecciones madrileñas, Pablo Iglesias; a la directora de la Guardia Civil, María Gámez; o a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En el caso de la ministra Reyes Maroto ya se identificó a un hombre diagnosticado de esquizofrenia como remitente de la navaja. De todos modos, Interior evalúa el nivel de esas amenazas para determinar si refuerza la seguridad de cada uno de ellos.

Pero tampoco es comparable por el modo en que se articulan las amenazas. Las que ETA y su entorno lanzaban contra políticos vascos y navarros se gestionaban por otras vías y rara vez las remitían por carta a los políticos. En pueblos y localidades donde todos se conocen y es fácil predecir los movimientos, bastaba con pintar una diana en la fachada del ayuntamiento o de la vivienda del objetivo.

Balas, llamadas, amenazas

No eran pocas las ocasiones en las que esas amenazas cobraban una forma más evidente. La bala que ilustra este artículo se la encontró en el buzón Gregorio Ordóñez, diputado vasco, concejal del PP en San Sebastián y candidato a la alcaldía en la capital guipuzcoana. El cartucho ha formado parte de la exposición organizada por la fundación que lleva su nombre y que detallaba la trayectoria del político.

Ordóñez también recibió llamadas telefónicas: “A ver, Gregorio, estamos hasta los cojones de ti. Una declaración más tuya, y tu familia corre el riesgo de morir. Cualquiera de ellos. Estamos hasta los cojones ya de ti. Fuera de Euskadi, cabrón”. Un audio que se puede escuchar en el archivo de la Fundación Gregorio Ordóñez.

¿Cuántas amenazas de este tipo sufrieron los políticos vascos y navarros? “Imposible saberlo”, señalan fuentes de la lucha antiterrorista. En la mayoría de los casos, los amenazados obviaban los mensajes para no “provocar el miedo” entre sus familiares. Y ahora, con ETA derrotada en términos policiales, muchos mantienen su silencio.

El 'impuesto revolucionario'

Donde ETA se manifestó más prolijo en la redacción de cartas no fue en su campaña de extorsión a los políticos, sino a los empresarios. Algunos ejemplos de misivas que exigían el pago del llamado impuesto revolucionario rezaban del siguiente modo:

“En caso de que persista usted en su negativa pagar o se ponga en contacto con la policía, se hará automáticamente acreedor a las medidas de represalia, contra sus bienes y persona que la Organización estime oportunas. No habrá un próximo aviso”.

“Pasados siete meses desde que recibió la petición de aporte económico por parte de ETA, y sin que haya realizado la mínima gestión para satisfacer dicha deuda, le hacemos llegar este último aviso para que abone la cantidad de DIEZ millones de pesetas en el plazo máximo de un mes. De no ser así se convertirá automáticamente en objetivo potencial de ETA”.

Josu Ugarte cifra en 15.000 empresarios amenazados por ETA en su libro La bolsa y la vida: la extorsión y la violencia de ETA contra el mundo empresarial.

Extender el sufrimiento

"El objetivo de las amenazas de ETA a los empresarios era diferente con los empresarios que con los políticos", abordan las mismas fuentes de la lucha antiterrorista. Con los primeros buscaban dinero para financiar su maquinaria, mientras que con los segundos pretendían extender su estrategia de sufrimiento al conjunto de la sociedad.

Un candidato del PP que durante años ocupó un puesto como concejal en un municipio guipuzcoano señala que no había discriminación entre las amenazas que recibían sus compañeros de partido con las que recibían los de las filas socialistas. "En cierto modo dábamos por hecho que todos sufríamos presiones de mayor o menor envergadura".

Habla de "miradas, gente que te deja de hablar al presentarte a las elecciones, de pintadas en las paredes o de gestos que te hacen recordar de forma constante que estás bajo el punto de mira": "Algunos lo denunciaban a la Policía o a la Guardia Civil, pero muchos lo llevábamos en silencio; por no preocupar a las familias en la mayoría de los casos".

Y ahora, con ETA derrotada, ¿por qué impera cierto pudor en expresar las amenazas que se sufrieron durante tantos años? El edil reflexiona antes de responder: "Muchos compañeros no pueden hacerlo, es su memoria la que debemos recordar".

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