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España

Los resultados de Cataluña resucitan la idea de gran coalición entre PP y PSOE

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, durante la firma del acuerdo contra el terrorismo yihadista.

Al PP le ha sido imposible disfrazar el batacazo electoral en Cataluña y tampoco le está resultando sencillo esconder la grave crisis que azota al partido en comunidades como la andaluza, la navarra o la vasca, en las que las expectativas para las próximas generales son más que sombrías. Sin embargo, el PSOE ha salvado aparentemente los trastos y Miquel Iceta puede seguir bailando, a pesar de que el PSC ha cosechado los peores resultados de su historia en esta comunidad. La realidad es que el del 27-S fue un tortazo sin precedentes para los grandes partidos nacionales en esta comunidad y las secuelas que ha dejado se han trasladado a unos primeros análisis en los que ninguno de sus dirigentes descarta la necesidad apremiante de un gran Gobierno de coalición en España después de diciembre.

En los cuarteles generales del PP y PSOE se admite la posibilidad de que no haya más remedio que  gobernar en coalición

Dentro del PSOE se recuerda que algunas de las reflexiones que el expresidente Felipe González hizo en mayo apeándose de la idea de esta gran coalición, en buena parte presionado por el mal ambiente que creaban dentro de su partido, parecen haber quedado obsoletas. La tesis de González era que si hubiera un pacto de gobierno entre el PP y el PSOE, los socialistas cederían toda la alternativa de oposición a Podemos. Y en el caso de que fuera el PP el menos votado y abriera paso a un entendimiento con el PSOE, sería Mariano Rajoy quien estaría cediendo la alternativa a Ciudadanos. Sin embargo, el desplome de la formación de Pablo Iglesias que reflejan algunas encuestas puede cambiar estas cartas de navegación.

Algunos parlamentarios socialistas recogen como buena la idea de Alfonso Guerra, ahora dedicado a la lectura y a la serena contemplación. “Si el PSOE pacta con el PP, desaparece como partido; y si lo hace con Podemos, arruina a España”. Pero los números no le salen a Pedro Sánchez para poder volar en solitario, entre otras razones porque si en estos momentos se celebraran elecciones, Rajoy le aventajaría en 1,5 millones de votos. Es lo que reflejan las encuestas más solventes, las mismas que proyectan una aritmética parlamentaria imposible para que pueda constituirse a partir de enero un Gobierno mínimamente estable por parte del PP o del PSOE. Es verdad, aseguran fuentes socialistas, que este último partido tendría ahora mayores facilidades para cuajar posibles pactos con otras fuerzas políticas, pero ni siquiera el acompañamiento de Podemos, IU, ERC, el Bloque y otros pequeños grupos del Mixto le darían la mayoría absoluta de los 176 escaños. Además, con ninguno de ellos compatibilizaría Ciudadanos una tarea de Gobierno, por lo que un acuerdo bilateral entre Pedro Sánchez y Albert Rivera sería para el primero el más plausible, siempre y cuando pudiera estar sustentado en el Congreso por un mínimo de 160 diputados –la UCD llegó a gobernar con 164–, los imprescindibles, creen en el cuartel general de los socialistas, para sortear una legislatura que se prevé endiablada.

¿Puede administrarse una reforma constitucional por un partido al que le faltan casi 20 parlamentarios para la mayoría absoluta? A esta pregunta, diputados del PSOE y del PP responden con una negativa rotunda. “Si en la próxima legislatura hay que cambiar la Constitución, el sistema de financiación autonómica y enderezar con ello el problema catalán, habrá que contar con una coalición con los socialistas formal o en la sombra”, advierte un miembro del actual Gobierno, convencido de que con la suma solo de los diputados que obtenga el 20-D Albert Rivera, ninguno de los dos grandes partidos nacionales podrá encarar desafíos de esta envergadura.

A ninguno de los dos grandes partidos les salen los números que pueden abonar una legislatura estable

Más directo todavía es un parlamentario del PNV con cuatro legislaturas a sus espaldas y excelentes contactos tanto en el Gobierno como en el primer partido de la oposición. “Aunque PP o PSOE cuenten con Ciudadanos o Podemos, con nuestro apoyo, el de Convergencia y el del Grupo Mixto, les será insuficiente manejar la próxima legislatura. Hay que dar por hecho que Rajoy, Sánchez o quienes les sustituyan en caso de necesidad acabarán entendiéndose en los grandes temas, dejándonos a los nacionalistas en la cuneta”.

Esta misma previsión es compartida en las filas de Convergencia, a pesar de que hay sociólogos con gran experiencia que abonan la tesis de que en la próxima legislatura, tanto el PNV como los nacionalistas catalanes tendrán una influencia nunca vista, la mayor de toda la historia democrática desde la Transición, a pesar del empuje con el que despunta Ciudadanos y, en menor medida, la formación de Pablo Iglesias.

La consigna es el silencio: "Hablar de ello es cavarnos nuestra propia fosa", comentan en el PSOE

En la mayoría de los grupos parlamentarios consultados se concede también una gran importancia al asentamiento o no de la recuperación económica. Si, como consecuencia de la desaceleración mundial, la crisis de los emergentes o de cualquier nueva explosión geoestratégica, llegara una tercera recesión a España, la coalición de gobierno formal entre el PP y el PSOE, consideran que se haría inevitable para amortiguar los efectos devastadores del tsunami. El tablero nacional sería algo más manejable, reflexionan, si, por el contrario, la economía prosiguiera su senda de crecimiento y quien ganara las próximas elecciones pudiera concentrar todas las neuronas en solucionar los problemas políticos que ha desatendido Rajoy mientras arreglaba la economía.

De momento, en los próximos meses la consigna sobre la posibilidad de que emerja a partir de enero una gran coalición a la alemana, sin precedentes en España, va a ser la del silencio. “Hablar de ello antes de las elecciones es cavarnos nuestra propia fosa”, confiesa un colaborador de Pedro Sánchez.

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