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La jefa de la ONIF se confiesa a sus empleados con un 'email' en el que acusa a un exsocio de su marido

Alejandro Pérez Calzada, marido de la jefa de la Onif, en una imagen extraída de la página de regatas.

Margarita García-Valdecasas ha hablado. Eso sí, por correo electrónico y sólo para los trabajadores de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) que ella misma dirige. La máxima responsable de la lucha contra el fraude fiscal en España ha remitido este jueves a sus subordinados un 'email' en el que niega cualquier irregularidad en su actividad y en la de su marido, el financiero Alejandro Pérez Calzada, sólo unas horas después de que transcendiera que el juez José de la Mata había ordenado a la Guardia Civil registrar el domicilio del matrimonio en una investigación surgida de la célebre 'lista Falciani'. Con dicho mensaje, la alto cargo del Ministerio de Hacienda intenta sofocar el revuelo causado en la propia institución por la noticia aparecida esa misma mañana en varios medios de comunicación, entre ellos Vozpópuli. Para ello, echa la culpa de la entrada de los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) en su casa a las antiguas relaciones societarias de su esposo con uno de los empresarios investigados por tener cuentas ocultas en el HSBC de Ginebra.

García-Valdecasas culpa del registro de su casa a la relación de Venture Finanzas, la empresa de su marido, con el gestor estadounidense Joel David Alar

En el escrito, a cuyo contenido ha tenido acceso este diario, la jefa de la ONIF asegura que ha decidido dar el paso de ofrecer explicaciones de lo ocurrido por escrito "para garantizar la estabilidad de la oficina" con el fin de que todos los funcionarios destinados en la misma "trabajéis con el mismo espíritu de todos los días". Inmediatamente después, Margarita García-Valdecasas pasa a justificar ante sus trabajadores "el registro que la UCO realizó ayer en mi casa" dentro de una investigación por un supuesto delito de blanqueo, precisamente uno de los que el organismo que ella dirige debe combatir. Según señala en el breve 'email', el causante de todo ello no es otro que "una sociedad de valores" que su marido, Alejandro Pérez Calzada, adquirió en 2001. Se refiere, en concreto, a Venture Finanzas Sociedad de Finanzas SA, con la que "tenía un contrato de agencia" un empresario de origen estonio pero nacionalizado estadounidense al que la jefa de la ONIF sí menciona en su correo expresamente: Joel David Alar. En este punto, la responsable de Antifraude señala que dicha vinculación laboral se rompió hace años. En 2005.

García-Valdecasas añade que esta persona, "al parecer", tenía una cuenta en la oficina del HSBC de la que extrajo los datos el informático italofrancés Hervé Falciani. En este sentido, la integrante del equipo de Cristóbal Montoro recalca que tanto ella como su marido desconocían "absolutamente las actividades personales y profesionales que este señor haya podido realizar" tanto durante el tiempo que trabajó para Venture Finanzas como "posteriormente". Ahí se queda el mensaje remitido a los trabajadores de la ONIF, en el que en ningún momento menciona la 'lista Falciani' ni se vislumbra que la máxima responsable de la ONIF tenga intención de dimitir por el momento. En este sentido, desde el Ministerio de Hacienda se esforzaron este jueves en transmitir un mensaje de apoyo a su alto cargo insistiendo que "no hay motivos" para que abandonase voluntariamente su puesto o fuera destituida.

El banco suizo Mirabaud

La investigación de la Guardia Civil que provocó el registro el domicilio de García-Valdecasas y su marido intenta aclarar si éste asesoró a empresarios para que repatriaran dinero desde el extranjero a través de Suiza y Andorra burlando el control del fisco. Todo ello, supuestamente, a través de Venture Finanzas, la sociedad de valores a la que se refiera la jefa de la ONIF en su 'email' sin citarla por su nombre. Para ello, los agentes de la UCO también acudieron a las oficinas en Madrid de la filial española del banco suizo Mirabaud, que fue la que adquirió dicha compañía y en el que llegó a ser consejero el propio Pérez Calzada, y entraron en otras viviendas. Entre ellas la de Joel David Alar, el antiguo socio de Pérez Calzada mencionado expresamente en el email. De hecho, este gestor y su pareja, María Belén Pérez-Minayo Barroso, son dos de las piezas claves de las pesquisas que desembocaron este miércoles en la bautizada como 'Operación Falco'. Ambos aparecían ya en la primera relación de nombres de la 'lista Falcinai' que las autoridades francesas remitieron a Madrid antes incluso de que el informático italofrancés comenzase a colaborar con la Justicia española. Aquella información permitió entonces a Hacienda identificar a cerca de 700 defraudadores, a los que informó que conocía que tenían cuentas en el extranjero.

La investigación de la UCO ha destapado las conexiones entre Pérez Calzada y otros dos investigados a través de la sociedad de valores del primero

La mayoría de ellos, entre ellos los Botín, aprovecharon la oportunidad para saldar sus deudas con el fisco y evitar problemas con la justicia. Sin embargo, unas 40 personas y empresas decidieron ignorar el aviso, por lo que se inició un proceso penal contra ellos por delito fiscal. Entre ellos estaban, precisamente, Joel David y su compañera. Según la investigación realizada por un juzgado ordinario, que ya ha enviado a juicio la causa, el primero presuntamente defraudó 3,2 millones en 2005; idéntica cantidad al año siguiente, y 468.000 euros en 2007. La fiscalía acusa a María Belén Pérez-Minayo de un supuesto fraude de 167.000 euros. En la información que en su día aportó Falciani, ambos figuraban como titulares de sendas cuentas en el HSBC abiertas en febrero de 2004. Según reveló en su día el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ), Joel David llegó a acumular en ella 15,1 millones de euros entre 2006 y 2007, mientras que su pareja tuvo 1,04 millones en el mismo periodo.

Ambos figuran con cargos directivos en diversas empresas de consultoría, fondos e inversión colectiva. Ella, en concreto, en Azahar Servicios Financieros, en la que precisamente figuró como administrador único entre 2013 y 2015 el tercer personaje clave que ha llevado al juez De la Mata y a la UCO hasta el marido de la jefa de la ONIF. Se trata de Carlos Alberto Sánchez Bienzobas, cuyo domicilio también fue registrado este miércoles y del que el magistrado reclamó información al Banco Sabadell, ya que había trabajado para esta entidad financiera como agente externo. Este gestor de fondos también trabajó en Venture Finanzas, la empresa de Pérez Calzada que, según admitía el 'email' que García-Valdecasas ha enviado a sus subordinados, llevó a la UCO a registrar el domicilio conyugal en busca de pruebas de supuestos delitos de blanqueo de capitales. 

LAS OTRAS POLÉMICAS DE 'MARGA'

Los tres años que Margarita García-Valdecasas, lleva al frente de la ONIF se han visto salpicados por varios episodios polémicos en los que ella ha tenido un papel destacado. Curiosamente, su 'aterrizaje' también vino precedido por un escándalo que llevó a Cristóbal Montoro a renovar la cúpula de la Agencia Tributaria, incluida la de la oficina antifraude: la equivocación con el DNI de la infanta Cristina, a la que se atribuyeron erróneamente 13 fincas en un informe remitido al juez del 'caso Nóos'. Nombrada para el cargo en julio de 2013, el nombre de 'Marga' (como le gusta que le llamen) salió a los medios cuando eligió a una de sus hermanas, Rosario, como responsable de una de las jefaturas adjuntas de la ONIF. Más tarde, se resistió a elaborar un informe sobre las donaciones ilegales reflejadas en los 'papeles de Bárcenas' en los términos que le reclamaba el juez Pablo Ruz. Y, finalmente, rechazó la autoría del informe que propició la investigación sobre Rodrigo Rato. Ahora, el escándalo le llega de la mano de su marido y la 'lista Falciani'.

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