Quantcast

España

Las 107 víctimas de la yihad olvidadas en España: del restaurante El Descanso a los militares en el exterior

Grupos de corte yihadista han matado a 300 personas en España o a ciudadanos de nuestro país más allá de nuestras fronteras. Estas son sus historias

Atentado contra el restaurante El Descanso, con 18 víctimas mortales
Atentado contra el restaurante El Descanso, con 18 víctimas mortales EFE

Una explosión. Las dos plantas del restaurante El Descanso, en Madrid, se derrumban, convirtiéndose en un amasijo de hierros y cascotes. Las víctimas quedan atrapadas en ese infierno, confusas, sin saber dónde se encuentran. La onda expansiva provoca que los asistentes se dispersen en varias direcciones: los padres quedan separados de sus hijos; los amigos, antes en torno a la barra del bar, se gritan, tratando de localizarse. Algunos, sepultados, tratan de mantener la calma para no perder el escaso oxígeno del que disponen.

Son las 22.30 del 12 de abril de 1985. Dieciocho personas han perdido la vida. De forma oficial se reconocen 40 heridos, aunque algunos informes lo elevan a 85, incluyendo 15 estadounidenses destinados en la base aérea de Torrejón de Ardoz. 150 personas se encontraban en el interior del local. Muchas de las personas que perdieron a alguien en la explosión se enteraron a través de llamadas de familiares o amigos, si no por la prensa, sin ningún tipo de asistencia psicológica.

Este atentado, aún sin esclarecer, se considera el primero perpetrado en España por grupos de corte yihadista. Dos de ellos lo reivindicaron: uno, la Yihad Islámica, que realmente atendía a los chiítas de Hezbolá; otro, un grupo denominado Waad (La Promesa), en una nota remitida a la agencia Kuwait News.

En un primer momento se llegó a sospechar de algunos de los grupos terroristas españoles que, en esas fechas, trataban de poner al Estado contra las cuerdas. Principalmente, ETA, pero también los GRAPO o grupos de extrema derecha, entre otros, constituían una compleja amalgama terrorista en España.

El informe de la Sección Químico-Biológica del Gabinete Central de Información de la Policía Nacional, no obstante, determinaba que se había empleado un artefacto de baja potencia, con elementos químicos de nitrato potásico o azufre, o algún derivado del primero. Una pista que conducía inequívocamente más allá de nuestras fronteras.

Un artefacto similar estalló dos meses antes en un hotel de Atenas, frecuentado -como en el caso anterior- por militares estadounidenses. Así, la Policía Nacional considera en un informe sobre el atentado en El Descanso que “se centraron las investigaciones sobre grupos chiítas residentes en España, tanto de origen iraní, como iraquí o libanés”.

'Las víctimas de la Yihad'

Con este atentado arranca Las víctimas de la Yihad, libro editado por Espasa y escrito por las periodistas Chelo Aparicio y Ana Aizpiri; una recopilación de todos los ataques perpetrados por grupos de corte yihadista en España o en los que ciudadanos de nuestro país han resultado muertos o heridos en diferentes partes del mundo.

El 11-M, del que pronto se cumplirán veinte años, sacudió la conciencia colectiva en España. No sólo mataba ETA; también lo hacía el yihadismo. Y, además, de forma masiva: 193 asesinados y más de 2.000 heridos. Un atentado que desgarró a la sociedad española y cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo. La Unión Europea declaró el 11 de marzo como el Día de las Víctimas del Terrorismo, y su recuerdo se representa en placas, monumentos y encuentros institucionales.

Pero de acuerdo a las cifras recogidas en esta investigación, en España hay otras 107 víctimas de la yihad, cuyos nombres e historias han pasado desapercibidos o, directamente, caído en el olvido. Entre ellas, las del restaurante El Descanso, pero también las de los misioneros o militares en el exterior, o las de ciudadanos que se vieron sorprendidos en medio de un atentado en medio de un viaje turístico o de negocios.

Afganistán es un escenario grabado a fuego en la memoria de los militares españoles. Los efectivos se han enfrentado en numerosas ocasiones a tiroteos, emboscadas o artefactos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés) al paso de sus convoyes.

Las víctimas de la yihad habla del “rosario de atentados” en Afganistán: 13 ataques en los que se vieron envueltos militares, policías o guardias civiles españoles -también ONGs-, casi siempre como objetivos prioritarios de los talibanes. También recuerda la emboscada que sufrieron ocho agentes del CNI en Latifiya (Irak), donde fueron asesinados siete de ellos; o los ataques contra tropas, legaciones diplomáticas o servicios de inteligencia en este país o en el Líbano.

Ataques contra turistas en Yemen, periodistas asesinados en Burkina Faso, una matanza en Sri Lanka, dos víctimas españolas en manos de Hamás durante los ataques contra posiciones israelíes del pasado 7 de octubre, misioneros acosados y asesinados… son algunos de los escenarios por los que discurre el libro.

Porque si en España han sido asesinadas 232 personas en ataques perpetrados por grupos de corte yihadista -212 en Madrid, 16 en Cataluña, tres en Andalucía y una en Murcia-, en el extranjero la cifra se eleva hasta 68. Son las víctimas, hasta ahora, olvidadas de la yihad; todos sus nombres e historias dan forma a la investigación de Chelo Aparicio y Ana Aizpiri, prologada por Fernando Reinares y con el apoyo del Centro Memorial Víctimas del Terrorismo, la Fundación Víctimas del Terrorismo y la Biblioteca Nacional de España, y que verá la luz el próximo 14 de febrero.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • R
    RAFA PEREZ

    Los atentados yihadistas cometidos el 11 marzo 2004, tres días antes de las Elecciones Generales, desataron en España un terremoto político cuyas consecuencias aún perduran. Marcaron la historia de España. PSOE y PP utilizaron los atentados según sus intereses. La consecuencia más nefasta fue la llegada de Zapatero a la presidencia del Gobierno.
    El gobierno se precipitó con un telegrama a embajadas y organismos internacionales el mismo día 11, a las 17:30 hrs., acusando a la banda criminal ETA como autora de los atentados. Este fue el origen y causa de la manipulación mediática que vino después.
    Pedro J Ramírez, Casimiro García Abadillo y Federico Jiménez Losantos, con mentiras y medias verdades, acusaron a policías, jueces y fiscales de conspirar para encubrir a terroristas. Ahí están las hemerotecas e internet. En sus “teorías de la conspiración del 11 M”, ignoraron y despreciaron las sentencias de Audiencia Nacional (2007) y Tribunal Supremo (2008).
    Con su mala praxis periodística causaron la crispación social y política cuyas secuelas aún están presentes. Lo peor dividieron a las victimas y causaron en llas lo que se conoce como victimización secuendaria.
    Aún, en junio de 2009, CINCO años después, estos periodistas seguían insistiendo en la autoría de la banda criminal ETA con la promoción del libro "Titadyn" (nombre de dinamita utilizada por ETA) del que es coautor Casimiro García Abadillo.
    Debieron ser más prudentes, DOS horas después de las explosiones, a las 9:30, los TEDAX, antes de neutralizar dos bombas que no explosionaron (Atocha y El Pozo), observaron que la sustancia explosiva era de color BLANCO, no de color rojo como la dinamita Titadyn utilizaba ETA. Así constaba en el sumario.
    Este gran detalle lo refleja el que fuera jefe de los TEDAX, comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, en la página 30 y en el documento oficial nº 5 del anexo del libro "Las Bombas del 11-M. Relato de los hechos en primera persona". (Amazon 2014) Acceso gratuito biblioteca digital universitaria Dialnet.
    En el 2022 se estrenó un documental en Netflix, “11 M (2022)”, muy interesante e ilustrativa, con la intervención de victimas, jueces, fiscales, policías, bomberos, servicios sanitarios, periodistas, políticos, ....