Economía

La ‘España vaciada’ se rebela contra las renovables: “Colonizan sin darnos empleo”

Las zonas más despobladas son las elegidas para el despliegue de la energía ‘verde’: grandes inversiones que frustran a las organizaciones locales ante el poco impacto que tienen en sus problemas de desempleo

La rectificación de Ribera con las renovables provoca un atasco en los nuevos proyectos
Planta fotovoltaica Europa Press

El pasado 1 de agosto, Vozpópuli contaba la historia de cómo Extremadura estaba transformando su economía para dejar de ser ‘la tierra del cerdo’ para convertirse en una de las mayores granjas de energías renovables de Europa. Una senda que celebraban en el artículo empresas energéticas, expertos del sector y la propia Administración. Pero, desde entonces, han sido varias las organizaciones extremeñas, y del resto de la denominada ‘España vaciada’, que han contactado con este periódico para denunciar que ‘no es oro todo lo que reluce’ en el despliegue de las renovables.

La principal queja llega porque este multimillanario despliegue no tiene el impacto deseado en la economía local, principalmente, en el empleo. “Partimos de una realidad indudable”, comenta con este medio el presidente del Club Sénior de Extremadura, Julián Barriga. “La mitad de la riqueza industrial de Extremadura corresponde a la producción eléctrica, pero sólo mantiene 1.690 empleos estables, equivalentes al 5% del resto de los empleos industriales. La conclusión es clara: Extremadura no ha sabido aprovechar su enorme potencial en un sector tan estratégico como el energético”, protesta.

El Club Senior de Extremadura ha presentado este mis mes un amplío informe titulado Cómo evitar la tercera colonización energética de la región. "Es una investigación con destino a la Junta de Extremadura y al Gobierno central para informar, básicamente, que estos proyectos nos colonizan sin generar empleo", comentan desde este sanedrín local formado por 230 profesionales de la economía, ingeniería industrial, agrónomos e, incluso, el exdirector general de la Agencia extremeña de la Energía.

Extremadura es un ejemplo de estos movimientos que se están produciendo, principalmente, en esta ‘España vaciada’. En febrero, se daba a conocer la Alianza Energía y Territorio (Aliente) con 80 entidades y plataformas de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Aragón y de más lugares de España que se han movilizado para reclamar a la Administración un modelo energético verde, distribuido y justo. "Una transición energética capaz de afrontar los retos de la crisis climática no puede consistir en una transición meramente tecnológica, como la que está ocurriendo, en apariencia “verde” aunque carente de atención hacia el soporte sobre el que se instala dicha tecnología: el territorio", manifiesta desde Aliente.

Somos firmes defensores de conciliar los intereses de las compañías eléctricas con el interés de una comunidad que sufre más que otra sus déficit de desarrollo y de empleoJulián Barriga (Club Senior Extremadura)

"No somos contrarios a las energías renovables ni a su implantación", matiza Julián Barriga. "Somos firmes defensores de conciliar los intereses de las compañías eléctricas con el interés de una comunidad que sufre más que otra sus déficit de desarrollo y de empleo", puntualiza. El representante de esta organización regional destaca que las investigaciones que quieren hacer llegar a la Administración "apuestan por soluciones e iniciativas concretas y, la más importante de ellas, aplicar la producciones fotovoltaicas, la verdadera energía 'verde', a hacer más competitivos los regadíos y la industria agroalimentaria de la región".

150.000 empleos en renovables

Las empresas trasladan a este medio que estamos en una fase inicial de esta transición y que piden algo de paciencia a la hora de ver sus frutos en la economía local. “El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) provocará inversiones en renovables de 90.000 millones de euros en la próximas década, que traerán cerca de 150.000 nuevos empleos", comenta José María González Moya, Director General de la Asociación de Empresas de Energía Renovables (APPA). "Esas son las actuales previsiones del Gobierno, nosotros creemos que pueden aumentarse”, puntualiza.

Los representantes de las empresas no discuten que el despliegue de plantas de energía verde no es 'el maná' del empleo, principalmente, en su puesta en marcha. "En fase de construcción es un punto de gran demanda de trabajo local", explica el ejecutivo de APPA. "Luego en la operación hay que saber diferencias cuando se habla de empleo de renovables entre las diferentes fuentes de energía, mientras que la eólica y la fotovoltaica es más reducida, la biomasa por ejemplo sí necesita más tareas del día a día", defiende José María González Moya.

Imagen de un parque eólico.

El representante empresarial asegura que se está trabajando entre las empresas promotoras y las administraciones en realizar "inversiones inteligente y sostenibles" para impactar positivamente en la regiones donde se concentran estos proyectos. "También hay que pedir un análisis global de este despliegue y no caer en la comparación de la generación de empleo que tienen las fuentes de energía tradicionales. Sin olvidar tampoco el efecto arrastre que se tiene en desarrollo de infraestructuras, pago de impuestos y tasas para las arcas de los ayuntamientos", detallan desde APPA.

¿Habrá entendimiento?

“Obviamente, no es la panacea para la solución de los problemas estructurales del desempleo en muchas zonas, pero puede ser un complemento muy útil, especialmente en zonas con problemas de despoblación”, considera Diego Rodríguez, catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid e investigador asociado de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). “Pero es importante formar al empleo local en las actividades de operación y mantenimiento de esas plantas, que van a seguir operando durante muchos años. Hay que recordar que, en buena medida, es un empleo de calidad", sugiere.

No es la panacea para la solución de los problemas estructurales del desempleo en muchas zonas, pero puede ser un complemento muy útil, especialmente en zonas con problemas de despoblaciónDiego Rodríguez (Fedea)

El economista considera muy difícil alguna de las reclamaciones de las organizaciones locales, como que todos los elementos de las plantas se fabriquen en cada región como fuente de trabajo. "En relación con la creación de empresas de componentes en la industria fotovoltaica, debe recordarse que España tiene empresas punteras en componentes, como el de inversores. Las regiones donde está habiendo este ‘boom’ de despliegue renovable deberían intentar posicionarse en ese terreno, para lo que la formación es clave", aclara Diego Rodríguez.

Empresas, administraciones y ciudadanos locales están condenados a entenderse en los próximos años. Las objetivos de descarbonización, la concentración de los fondos europeos en estos proyectos y las condiciones climatológicas de estos territorios seguirá transformando sus tierras. La duda es si en el futuro se conseguirá transformar en mejores datos de empleo y reducción de despoblación.

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