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Economía

Los economistas ven inviable una recuperación del PIB este año y alargan la crisis hasta 2023

Tras repuntar un 5,1% en 2021, la economía española tendría que crecer un 6,7% este año para volver a los niveles precovid, pero los expertos creen que sólo aumentará un 4,8% por la coyuntura actual

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La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. EP

Los economistas ven inviable que la economía española recupere los niveles previos a la pandemia en el contexto actual, marcado por la guerra en Ucrania, la espiral inflacionista y los problemas de suministros. El Producto Interior Bruto (PIB) creció un 5,1% en 2021, una décima más de lo que inicialmente había estimado el Instituto Nacional de Estadística (INE), al apreciarse una mejora en el consumo, la inversión y el sector exterior. El despegue de los fondos europeos y la confianza en una relajación de los precios este año eran las claves de un mayor crecimiento este año, pero la coyuntura económica actual ha empañado todas las expectativas.

"Para volver a los niveles previos a la crisis de la covid-19 este año, la economía española tendría que crecer un 6,7%, algo que veo muy improbable en el contexto actual", explica a Vozpópuli Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas. En este sentido, el economista apunta que "habrá que esperar a 2023" para lograr esa recuperación total en el PIB.

El panel que elabora Funcas, que agrupa las estimaciones de una veintena de organismos económicos, revisó el pasado 17 de marzo sus previsiones económicas para incluir el impacto de la guerra en Ucrania y estimó que el PIB crecerá un 4,8% este año, es decir, tres décimas menos que el año pasado. Los economistas recortaron ocho décimas su última previsión de crecimiento, realizada hace sólo dos meses, retrasando aún más la recuperación que debía producirse este año para volver a los niveles de 2019.

Una inflación disparada

Por el contrario, el consenso de los 19 servicios de estudios subió en 1,9 puntos la inflación media prevista para este año, del 3,5% estimado en enero al 5,4% actual. Hay que remontarse a 1992 para encontrar una tasa similar. El año pasado, cuando los precios energéticos empezaron a inflar el índice a partir de verano, se cerró con una variación media del 3,1%, retrocediendo a niveles de 2011. Pero las elevadas tasas del primer semestre de este año y el contagio a prácticamente la totalidad de los precios de la cesta de la compra elevarán esa media en 2,3 puntos en 2022.

El panel de Funcas espera que en marzo se supere en dos décimas la subida récord de febrero, cuando el IPC repuntó un 7,6% en términos interanuales, la subida más alta desde diciembre de 1986. En abril, la inflación será ya cinco décimas inferior a la de marzo, con una variación anual del 7,3%, pero en junio todavía superará el 6%. De esta forma, aunque se espera que la inflación vaya remitiendo a lo largo del año, en el último mes todavía se situará por encima del 3%, una tasa que en cualquier caso se considera elevada si se compara con las experimentadas antes de la crisis energética.

Por tanto, "la evolución en 2022 estará fuertemente condicionada por las tensiones geopolíticas derivadas de la guerra en Ucrania, la intensa elevación de precios y problemas en el suministro de materias primas", señala Funcas. El consumo de los hogares jugará un papel crucial en la recuperación del PIB, que si bien en 2021 registró el mayor aumento anual desde 1999 tras el desplome sufrido en 2020 (-12,2%), estará condicionado por la incertidumbre y la pérdida de poder adquisitivo. También tendrán un papel relevante el consumo de las administraciones públicas y la inversión, con los fondos europeos como herramienta clave para salir de esta crisis.

Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE) explica a este periódico que la normalización de la economía se va a retrasar hasta 2023 fundamentalmente porque el consumo privado todavía está aproximadamente un 6% por debajo del nivel precrisis y el excedente bruto de explotación de las empresas también se encuentra aún muy mermado.

El presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, asegura que podríamos llegar a final de año con un crecimiento entre un 3,6% y 4,5%. “La inflación que esperamos superaría el 8% este mes, las consecuencias de la guerra y el aumento de los costes de los inputs harán caer fuertemente el consumo y la demanda interna, cuya aportación en nuestro caso es fundamental para el crecimiento PIB”, explica. En este sentido, también espera el 2022 quede “muy lejos de los objetivos de Gobierno y de alcanzar cifras previas a la pandemia”. “Esto se retrasa a bien entrado 2023”, sentencia.

La mitad de los sectores siguen afectados

Por el lado de las empresas, éstas afrontan una nueva crisis todavía 'malheridas' por el batacazo de la pandemia. Los últimos datos del INE también desvelan que un 47% de los sectores todavía no han recuperado el nivel de facturación que tenían antes de la 'primera' crisis, la covid-19. Los sectores más dañados son los más expuestos a los problemas de suministros, incremento de costes y pérdida de poder adquisitivo de los consumidores. En algunos casos, como la hostelería y el turismo, coincide también con que son los más vinculados a la pequeña empresa (más vulnerable a las crisis), pero a su vez tienen un peso estratégico en la economía española.

Sufren especialmente los sectores más vinculados al turismo, que sigue muy lastrado pese al fin de las restricciones por la correlación inversa entre la incertidumbre y el consumo. Es el caso del transporte aéreo (con una facturación todavía un 36% inferior a la del mismo mes de 2020), las agencias de viajes (-34%), otros transportes terrestres (-25%), y los servicios de alojamiento (-19%).

También destacan la industria del calzado (con unos ingresos un 22% más bajos en enero de este año que en el mismo mes de 2020) y la confección de prendas de vestir (-14%); pero también actividades del sector servicios como la hostelería (-19%), la venta de vehículos de motor (-17%), o las actividades administrativas de oficina (-15%). Las tensiones en las cadenas de suministro han mermado los ingresos en la fabricación de bebidas (-11%), en la reparación e instalación de maquinaria (-11%) y en la fabricación y reparación de vehículos de motor (-7%).

En este sentido, las patronales CEOE y Cepyme dieron un ultimátum al Gobierno este miércoles: hacen falta medidas "rápidas, concretas y efectivas". En un comunicado conjunto, aseguraron que la mayoría de los sectores empresariales de este país están en una situación "insostenible" y "el clamor de las empresas y de la sociedad amenaza con desbordarse ante la inacción política".

"Todas las empresas, en especial la pequeña y mediana empresa y los autónomos, están en una situación de máxima preocupación porque al grave momento actual se suma el desgaste de estos dos últimos años. La realidad de la pyme y de los autónomos para aguantar esta situación es el sobrendeudamiento acumulado, una mayor morosidad y una liquidez mermada, debido todo ello a la menor actividad de estos meses de pandemia, que además se ha visto compensada con menos ayudas directas que otros países de nuestro entorno", añadieron.

El Ejecutivo tiene previsto anunciar su plan económico el próximo martes, 29 de marzo, en el Consejo de Ministros. De momento, mantiene su previsión de PIB para este año en el 7%. En el último informe para inversores internacionales publicado en febrero, en plena escalada bélica, incluso aumentó el crecimiento previsto para 2022. No obstante, se espera que la rebaje en el Programa de Estabilidad que enviará actualizado a la Comisión Europea el próximo mes de abril.

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