Cumbre Goldman Sachs-Barça para financiar el Espai con la venia de Florentino Pérez

Representantes del Fútbol Club Barcelona se reunieron a finales de noviembre con pares del banco americano de inversiones Goldman Sachs para avanzar en la financiación del Espai Barça. Así lo apuntan fuentes conocedoras a Vozpópuli incidiendo en el estado "avanzado" de las negociaciones, a dos semanas de que los socios voten si permiten a la directiva de Joan Laporta endeudarse por 1.500 millones para los nuevos Camp Nou y Palau. Oficialmente, las partes han preferido no hacer comentarios.

De acuerdo a fuentes conocedoras, las negociaciones entre los de Laporta y Goldman Sachs contarían con la participación de allegados al presidente del Real Madrid y la constructora ACS, Florentino Pérez, quien ahora mismo aborda la financiación de su propio estadio, el Santiago Bernabéu, e impulsa la Superliga europea junto al propio Fútbol Club Barcelona.

El propio Laghrari fue una de las piezas clave en el desarrollo del entramado empresarial de la Superliga durante la pandemia que finalmente se dio a conocer el pasado mes de abril.

Fuentes conocedoras inciden en el aporte a las negociaciones entre Goldman Sachs y el Barcelona del banquero Anas Laghrari, socio de la firma de inversión Key Capital participada también por el expresidente de Endesa Borja Prado. El propio Laghrari fue una de las piezas clave en el desarrollo del entramado empresarial de la Superliga durante la pandemia que finalmente se dio a conocer el pasado mes de abril con Florentino Pérez como presidente.

Nueve de los doce miembros fundadores de la Superliga acabaron desmarcándose públicamente del proyecto ante el rechazo de los aficionados, pero ninguno de ellos abandonó la empresa del torneo, con sedes en Barcelona, Madrid y Luxemburgo. En mayo, una vez superada la polémica mediática, la empresa de la Superliga designó al propio Laghrari como apoderado.

Goldman Sachs es el principal acreedor del Barça

El Barça viene de sufrir pérdidas por unos 500 millones de euros el último ejercicio, lo que ha explicado la decisión de la banca española de reducir al máximo su exposición al club blaugrana. Pese a sus problemas económicos, los culés rechazaron los cerca de 300 millones que hubieran recibido por suscribir la alianza entre el fondo CVC Capital Partners y La Liga. A juicio de la patronal, dicho acuerdo hubiera permitido la continuidad en el Barça de Lionel Messi. Los culés priorizaron la promesa de ingresos de la Superliga y se mantuvieron leales a Florentino en lugar de recibir la inyección de CVC, supeditada a dejarle participar del 10% de los ingresos televisivos durante 50 años.

Durante la pandemia, Goldman Sachs desplazó a los bancos españoles como principal acreedor de la entidad culé. La devolución del préstamo por el Espai a Goldman Sachs costaría al Barça al menos unos 60-70 millones de euros al año a partir de 2026 durante 30 ejercicios, tras los cuales los ingresos revertirían por completo en el club, si bien el interés de la operación a favor de los inversores de Goldman es parte de lo que se tiene que terminar de acordar.

El Barça apunta a llegar a los 400 millones incluyendo los recintos de fútbol y baloncesto, mientras que el Madrid apuesta con fuerza por el potencial multiusos del suelo retráctil

La actual directiva blaugrana se ha comprometido con Goldman Sachs a volver a beneficios en un plazo de dos-tres años y apunta a alcanzar los 400 millones de euros de negocio anual por el Espai, lo que le ha llevado a empezar a tantear estrategias como la venta del nombre de los recintos.

Según fuentes financieras, los 400 millones anuales por el Espai son una cifra "prudente" frente a la más "arriesgada" que el fondo de capital riesgo Sixth Street ofrece ya al Real Madrid por asumir la explotación del nuevo Santiago Bernabéu vía Legends una vez este se aliste en 2022. El Barça apunta a llegar a los 400 millones incluyendo los recintos de fútbol y baloncesto, mientras que el Madrid apuesta con fuerza por el potencial multiusos del suelo retráctil que ha traído aparejado un sobrecoste de más de 200 millones.