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Economía

El Barça busca 400 millones al año por el Espai tras endeudarse con Goldman

Los culés cuentan con que sus recintos de fútbol y baloncesto se traduzcan a partir de 2026 en un negocio al menos equivalente al que avista el Real Madrid con el riesgo de Sixth Street para su inminente Bernabéu

El nuevo Espai Barça.
El nuevo Espai Barça.

El Barcelona trabaja ya en dar forma a un negocio anual de, al menos, unos 400 millones al año por el Espai Barça (fútbol y baloncesto) una vez acaben las obras, una cifra "razonablemente factible" a juicio de fuentes financieras.

La Junta de Joan Laporta cuenta con que los más de cien mil socios apoyen su proyecto para el Espai Barça de forma contundente. Restan todavía cinco días para el plazo de inscripción en el referéndum en el que se dirimirá endeudar o no al club por 1.500 millones de euros para su nuevo complejo deportivo, pero la directiva tantea ya fórmulas que potencien el negocio anual por su inmobiliario en más de un 150% a partir de 2026.

El gran sostén sería el banco estadounidense de inversiones Goldman Sachs, con el que las conversaciones están avanzadas, coinciden fuentes del mercado. La devolución del préstamo costaría al Barça al menos unos 60-70 millones de euros al año a partir de 2026 durante 30 ejercicios, tras los cuales los ingresos revertirían por completo en el club.

La actual directiva del Barça busca alcanzar cuando no rebasar los 400 millones de euros de negocio anual por el Espai, lo que le ha llevado a tantear estrategias como la venta del nombre de los recintos

900 millones irían a destinados a elevar la capacidad del Camp Nou hasta los 105.000 espectadores y modernizarlo, con un nuevo 'bowl' que haría de pantalla gigante y puente de interactividad con el público, la preparación para el uso de las ventajas del 5G y una cubierta fotovoltaica. Un estudio interno de los culés esgrime que la 'enemiga' reforma del Santiago Bernabéu costaría entre 850 y 1.000 millones de llevarse a ese aforo (sin contar el sobrecoste por el suelo retráctil), para luego concluir que, a mayor altura, mayor coste por nuevo asiento.

420 millones del préstamo financiarían el nuevo Palau, cuya capacidad crecería en un 50%, hasta los 15.000 espectadores, y se convertiría en el pabellón con mayor inversión en España. Esta línea de financiación también costearía el Petit Palau, una pista de hielo y un parking de autobuses.

Otros 100 millones se destinarían a la urbanización del entorno (con un espacio de hoteles y oficinas) y al Campus Barça, 60 millones se utilizarían para otras obras comprometidas con el ayuntamiento de Barcelona, y 20 millones se reservarían para posibles mejoras del estadio de entrenamiento Johan Cruyff.

El Espai Barça sigue al Bernabéu

Durante la pandemia, Goldman Sachs ha terminado de desplazar a los bancos españoles como principal acreedor de la entidad culé. La banca española se ha mostrado más temerosa de la capacidad del Barça para devolver préstamos tras encajar unos 500 millones de pérdidas el último ejercicio.

La actual directiva blaugrana se ha comprometido con Goldman a volver a beneficios en un plazo de dos-tres años y apunta a alcanzar, cuando no rebasar, los 400 millones de euros de negocio anual por el Espai, lo que le ha llevado a empezar a tantear estrategias como la venta del nombre de los recintos, como el del Camp Nou.

Los 400 millones anuales por el Espai son una cifra "prudente" frente a la, según fuentes financieras, más "arriesgada" que el fondo de capital riesgo Sixth Street ofrece ya al Real Madrid por asumir la explotación del nuevo Santiago Bernabéu una vez este se aliste en 2022.

En el caso del Bernabéu, el estadio se segregaría en una empresa distinta al Madrid para facilitar el reparto del riesgo entre las partes con cargo a la cuenta de resultados. El Madrid ingresaría 320-350 millones desde 2023

La operación merengue será más rápida en el tiempo, y a priori, parece más potente, si bien colean las negociaciones sobre los términos en los que se beneficiaría el fondo.

Sixth Street reclama una participación del 20% sobre los ingresos potenciales durante un tiempo aún no acordado, además de una serie de obras extras en los alrededores del campo situado en un punto estratégico de la capital. El estadio se segregaría en una empresa distinta para facilitar el reparto del riesgo entre las partes con cargo a la cuenta de resultados.

Esta potencial contraprestación favorable a los americanos se sumaría a los más de 30 millones por ejercicio durante hasta treinta años que el Real Madrid tendrá que abonar a sus financiadores con el banco de inversiones JP Morgan a la cabeza.

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