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Economía

La DGT usa ya la Inteligencia Artificial para la conservación y mejora de las carreteras

La utilización de la Inteligencia Artificial va a permitir un mejor control del estado de las carreteras y una mayor rapidez para actuar en los puntos más críticos.

La Inteligencia Artificial puede ser una herramienta clave para mejorar el estado de nuestras carreteras. DGT.

La inteligencia artificial ya circula por las vías públicas. El control del estado de las carreteras no va a necesitar del ojo humano gracias a unos dispositivos diseñados por una empresa vasca, Asimob, que permiten detectar cualquier cambio o deterioro en las señales de tráfico, en las marcas viales de la calzada, el asfalto o en zonas de obras con una precisión mayor y a un coste mucho más reducido.

Es lo que se ha dado en llamar el “inspector autónomo de carreteras” y lo están utilizando instituciones como el Ayuntamiento de Madrid, la Diputación Foral de Gipuzkoa o la Junta de Extremadura.

Un proyecto que arrancó en 2016, en una reunión de un grupo de antiguos compañeros de carrera que ejercían como ingenieros de telecomunicaciones o informáticos en la que surgió el tema de los vehículos autónomos y de cómo sería el futuro o cómo afectarían los cambios a la gestión y la conservación de las vías públicas.

Y tal fue el interés que despertó el asunto que comenzaron a trabajar sobre el tema y a finales de 2019 tuvieron un primer prototipo, basado en la inteligencia artificial y en el internet de las cosas (IoT), que chequearon con algunas instituciones. La primera, la Diputación Foral de Gipuzkoa, que comprobó que su solución era mucho más útil que la monitorización manual de la vía pública.

Respecto a los inspectores ‘manuales’, Ibon Arechalde, CEO de esta startup tecnológica, señala que, hasta ahora, la inspección manual consiste en circular a diario por la misma vía para detectar defectos: “La vista y la memoria son las herramientas principales de los inspectores tradicionales. Sacan fotos de los elementos que hay que reparar y están expuestos a situaciones de peligro solo por estar en la calzada. Con nuestro sistema, el vehículo circula a una velocidad normal y detecta y registra todas las evidencias de defectos en la vía pública. Y los dispositivos y las cámaras se colocan en vehículos que circulan frecuentemente por la zona con el fin de que el sistema sea también más sostenible”.

En la actualidad, esta empresa trabaja con 16 instituciones públicas y privadas con sede en España, Países Bajos, Canadá y Brasil, aunque como señala Arechalde, todavía les cuesta entrar en las instituciones públicas.

“Aquí nos para la burocracia, no la tecnología, que permite hacer casi todo. Muchas instituciones tienen un procedimiento de conservación de las vías públicas desde hace decenios y los cambios los ven como algo drástico”.

Trabajan con la Junta de Extremadura, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento de Cunit (Tarragona), donde ya han llevado a cabo la primera prueba en un entorno urbano con muy buenos resultados.

Mayor rapidez

Los responsables de esta empresa tecnológica tienen claro que cada vía pública, según sus características, requiere un baremo de calidad y actuaciones diferentes. “En una autopista o una concesionaria, hay que arreglar los baches o las señales en un plazo muy corto. Cuanta más velocidad permita una vía, el criterio de calidad es más exigente. Además, este sistema permite responder con mayor inmediatez a cualquier problema del entorno urbano y no es necesario que un vecino se queje para detectar que algo no va bien. Y gracias a la analítica de datos, se puede saber, por ejemplo, por qué unas zonas del pavimento se deterioran más que otras y cuál es el mejor tipo de pintura para las marcas viales”.

Audeca, empresa del Grupo Elecnor especializada en mantenimiento de infraestructuras, comenzó hace muchos años el camino de la digitalización y automatización de procesos vinculados a la gestión y tratamiento de la información. Y uno de los puntos clave de su trabajo es la identificación de incidencias viales.

Por esta razón, al tener noticia del sistema automático de Asimob, sus responsables decidieron implantarlo y probar los servicios de esta empresa bilbaína. Enseguida se formalizó un contrato de conservación de carreteras gestionado por indicadores de calidad y con técnicas de inteligencia artificial, lo cual permitía procesar imágenes rápidamente y conseguir los objetivos que esperaban.

“Así, tenemos la posibilidad de capturar un gran porcentaje de incidencias y gestionarlas de un modo más eficaz. Además, todo ello deriva en un conocimiento del estado de la red viaria mucho más preciso y en la mejora de la planificación del trabajo”, asegura Miguel Justo Fernández, director técnico de Audeca.

Y es que la tecnología desarrollada por Asimob permite detectar irregularidades de la vía pública que escapan al ojo humano en cualquier tipo de vía y carreteras, incluidas autopistas y convencionales.

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  • S
    Sor Intrepida

    Si la DGT usa o no la aplicación no lo se.Lo que tengo claro es que en la red de interés del Estado la competencia de mantenimientio,y señalización,es de la Dirección General de Carreteras.Y por su estado, lamentable, parece ser que esán sin presupuesto.Lo de las multas y tasas de la DGT se lo gastan en otras cosas.
    Por no haber no hay ni presupuestos del Estado 2.023.Ni se les espera.El gobierna de paseo con el falcón.O de turismo en Cuelgamuros o Gaza.

  • J
    jgarejula2

    El asfaltado, señalización y cubrición de socavones vendrá después, no se preocupen.

  • U
    User

    La foto es fantástica. Salvo que en el argot asfáltico exista tal vocablo, se ve claramente que la IA detecta un 'alligator' en medio de la carretera. Seguro que la DGT y los animalistas se ponen manos a la obra enseguida

  • F
    Fernandoo

    A principios de marzo me tocó ir de Barcelona a Pamplona por Huesca y se juntaban tramos de autovía, zonas de obras con varios años de retrasos y la antigua nacional 240 con más cráteres que la luna.
    Como la analicen con inteligencia artificial la vuelven loca.
    Y cuando tuve que ir de Oña a Reinosa que vamos a decir que no sea llorar.