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Economía

La senda verde condena a los europeos a viajar en tren y moverse en bicicleta

La Comisión Europea presenta el segundo capítulo del ‘Fit 55’, la hoja de ruta de Bruselas para reducir las emisiones un 55% hasta 2030 en comparación con los niveles de 1990

Un hombre monta con su bicicleta en el tren Europa Press

Viajar en avión, barco o coche irá subiendo de precio en Europa durante la próxima década. También será más caro quedarse en casa si se necesita usar la calefacción. Mientras la tecnología avanza y consigue que los ciudadanos puedan hacer uso de estas alternativas 'cero emisiones', la Comisión Europea tiene un plan cargado de desincentivos para que los europeos opten por opciones menos contaminantes.

Una hoja de ruta que desvelará nuevos detalles la próxima semana en el segundo capítulo del ‘Fit 55’, la senda verde de Bruselas para reducir las emisiones un 55% hasta 2030 en comparación con los niveles de 1990. Un plan que asentó sus bases en julio para convertirse en el motor para que Europa sea el primer continente con cero emisiones en 2050.

Los detalles actualizarán los objetivos de reducción de emisiones de CO2 para turismos y furgonetas. Propondrá nuevas cotas para la implantación de una infraestructura sencilla e interoperable de (re)carga y repostaje de combustibles alternativos (biodiesel o gas natural). La Comisión detallará sus ideas de transporte aéreo sostenible ('ReFuelEU Aviation') y combustibles renovables en el transporte marítimo ('FuelEU Maritime').

Un paquete de medidas que empuja a los europeos a viajar en tren o moverse por la ciudad en bicicleta, cuando caminar no sea una opción. Este paquete legislativo desincentiva subiendo el coste el uso de combustibles fósiles mientras que las calderas de biogas, el coche eléctrico, el avión movido con biocombustible o el barco 'cero emisiones' son una realidad. Y la mejor manera de aplicar estas 'tasas' a la movilidad y las residencias es con un mercado de derechos de emisiones, tal y como sucede en el sector industrial.

Bruselas es consciente de que este nuevo avance afectará, principalmente, a los hogares más vulnerables. Por ello, obligará a los países miembros a dedicar la totalidad de los ingresos procedentes de las subastas de los Estados miembros apoyará proyectos relacionados con el clima y la energía, en particular la descarbonización en los sectores del transporte por carretera y los edificios.

Es decir, los estados miembros obligarán a los distribuidores de combustibles a comprar 'derechos de contaminación' para sus productos, los distribuidores que repercutirán en sus clientes esta subasta y Bruselas empujará a los gobiernos a dedicar este aumento de ingresos a temas dedicados con la senda verde.

Un Fondo con dudas

Para aliviar el impacto, la Comisión quiere crear un Fondo Social para el Clima. Una vía que aglutine los ingresos 'extra' de las nuevas tasas verdes para ayudar a los hogares vulnerables, las microempresas y los usuarios del transporte.

El propio Consejo de Medio Ambiente, formado por los ministros encargados de esta temática, en el caso de España la propia Teresa Ribera, tuvo un intenso debate por este impacto social de sus objetivos el pasado 6 de octubre con la propuesta de introducir el comercio de derechos de emisión para los sectores de los edificios y el transporte por carretera. En concreto, varios países mostraron gran preocupación por las repercusiones sociales en los hogares con rentas más bajas y por el riesgo de aumentar la pobreza energética sobre la propuesta de introducir

Bruselas: la senda verde condena a los europeos a viajar en tren y moverse en bicicleta
Pedro Sánchez y Ursula von der Leyen

En Bruselas se plantean dudas sobre si el Fondo Social para el Clima propuesto será suficiente para mitigar esas repercusiones. Sí existe, por su parte, unanimidad en que el comercio de derechos de emisión en estos sectores contribuirá a descarbonizarlos de una manera rentable, y además ayudará a los Estados miembros a cumplir sus objetivos nacionales.

Este nuevo Fondo Social para el Clima se financiará con cargo al presupuesto de la Unión Europea, usando el 25% de los beneficios previstos del comercio de derechos de emisión para los combustibles de la construcción y el transporte por carretera. Aportará un total de 72.200 millones de euros en concepto de financiación a los Estados miembros para los años 2025 a 2032, sobre la base de una modificación específica del marco financiero plurianual.

"Complejas negociaciones"

El transporte es uno de los principales pilares de este 'Fit 55'. Este paquete legislativo persigue la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la próxima década y un mayor utilización de las energías renovables. También apuesta por una mayor eficiencia energética y el ajuste de las políticas fiscales a los objetivos del Pacto Verde Europeo.

Antes de presentar su segundo la próxima semana, la Comisión Europea considera que se han logrado avances satisfactorios a nivel técnico en todos los ámbitos desde que se presentó el plan en julio. Bruselas concluye que es fundamental garantizar "un enfoque coherente" en estas "complejas negociaciones".

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