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Economía

Azvalor contra Paramés: ¿Quién lo ha hecho mejor hasta verano?

La gestora fundada por Álvaro Guzmán De Lázaro consigue rendimientos positivos en su tres carteras principales en el semestre, mientras que Cobas lucha por batir a su índice de referencia, con rentabilidades negativas

Azvalor contra Paramés: ¿Quién lo ha hecho mejor hasta verano?

Cobas contra Azvalor. ¿Quién lo habrá hecho mejor? Esa es la pregunta que se hacen todos los ahorradores fans de la filosofía 'value', que llevan por bandera estas dos casas españolas. El derbi de los fondos tiene un claro ganador: el equipo gestionado por Álvaro Guzmán De Lázaro.

Azvalor gana en las tres categorías analizadas por este diario -cartera ibérica, internacional y grandes compañías o 'blue chips'- con rendimientos positivos en todas sus carteras, frente a la rentabilidad negativa del equipo de Francisco García Paramés.

Siendo más concretos, en la cartera internacional el segundo obtuvo en el segundo trimestre de 2022 una rentabilidad del -8,2%, ligeramente mejor al -8,8% de su índice de referencia, el MSCI Europe Total Return Net. Desde que el fondo Cobas Internacional comenzó a invertir en renta variable a mediados de marzo de 2017 ha obtenido una rentabilidad del -9,3%, mientras que su índice de referencia ha obtenido una rentabilidad del 24,5% para el mismo período.

Azvalor Internacional ha tenido una rentabilidad del 28% en el primer semestre frente al -13,8% de su índice de referencia en el mismo período. Hay que destacar la mejora –en términos agregados– de los fundamentales de las
compañías que componen la cartera: mejoras de los beneficios, fortalecimiento de los balances (en varios casos llevando a situaciones de caja neta), mejora de la posición competitiva, aumentos de dividendos y programas de recompra de acciones; todo ello eleva el potencial de la cartera.

En cuanto a la cartera ibérica de Cobas, la evolución del valor liquidativo durante el segundo trimestre del 2022 fue del -1,4%, la misma que su índice de referencia. Si alargamos el periodo de comparación desde que empezaron a invertir en renta variable en abril de 2017, hasta el cierre de junio de 2022, han obtenido una rentabilidad del -0,7%, mientras que el índice de referencia ha obtenido una rentabilidad del 12,6% para el mismo período.

En el caso de Azvalor el fondo ha tenido una revalorización del 5,4% durante este segundo trimestre, frente a la caída (-1,7%) de su índice de referencia en el mismo período. En lo que va de año, esa diferencia se amplía con una rentabilidad acumulada en el primer semestre del 17% en el fondo frente a la caída del -1,9% de su índice de referencia.

Por último, en las estrategias que se centran en grandes compañías, la gestora de Paramés obtuvo una rentabilidad en el segundo trimestre de -5,3% frente al -10,8% del índice de referencia, el MSCI World Net. Desde que el fondo Cobas Grandes Compañías empezó a invertir en renta variable a principios de abril de 2017 ha obtenido una rentabilidad del -11,8%. En ese periodo el índice de referencia se apreció un +52,8%.

Azvalor Blue Chips ofrece en lo que llevamos de año una rentabilidad positiva del 20,7% que compara con la caída del -13,5% del índice de referencia, marcando, como en el Azvalor Internacional, una diferencia histórica en términos comparables.

Azvalor adelanta a Cobas

Seis años después de que comenzara la lucha entre ambas casa, y con más de un tropiezo en sus inversiones, Azvalor se ha puesto por primera ver por delante de Cobas en tamaño, después de que esta la superase rápidamente. Ambas gestoras de fondo cerraron el mes de febrero con un patrimonio similar -1.306.392 millones para Paramés y 1.306.020 millones para los de Álvaro Guzmán de Lázaro-. Este dato ya sabía a victoria en la casa azul, pero se seguía tomando con cierto recelo, pues el 'sorpasso' no se había producido aún.

Pero con los datos de marzo, la gestora domiciliada en Castellana 110, descorchó el champán: superó a Paramés, en tamaño y también en rentabilidad. Esto se produjo en un entorno en el que Azvalor ha sabido rentabilizar su apuesta por las materias primas. La obsesión por invertir en lo más básico ha servido para conseguir la confianza de sus inversores, aunque por el camino han tenido más de un traspié.

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