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Economía

El Plan de Automoción presentado al Gobierno prevé que en 2040 no haya turismos diésel

La cúpula de Anfac, con su presidente José Vicente de los Mozos a la cabeza, en la reunión mantenida ayer con Pedro Sánchez en Moncloa.

Anfac se ha reunido con el Gobierno para presentar su Plan de Automoción con la vista puesta en las próximas dos décadas. Un plan de actuación 2020-2040 que la Junta Directiva de la patronal del sector con su presidente José Vicente de los Mozos a la cabeza ha querido trasladar en una reunión mantenida en el Palacio de la Moncloa y a la que asistieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acompañado de la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto y el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos.

Una reunión que llevaban ya tiempo demandando para sensibilizar al Gobierno de los problemas que atraviesa el sector, marcado en gran medida por la incertidumbre que vive el usuario, que está llevando a una nueva caída de las ventas de turismos en el mercado español, sobre todo en el caso de los clientes particulares. Una reunión en la que más que pedir medidas concretas al Gobierno han querido sobre todo trasladar la visión de futuro que tiene la patronal, una hoja de ruta diseñada por la asociación para plantar cara a la “mayor transformación” que ha sufrido el sector en su historia.

Su Plan de Automoción 2020-2040 traza la estrategia y las acciones que llevarán a la industria de la automoción en España a mantener y liderar la fabricación y venta de vehículos en Europa, adaptando e impulsando el negocio y el empleo de calidad hacia una industria de la movilidad y cumpliendo con su compromiso de descarbonización del parque, en línea con los objetivos de la Unión Europea. Sin hablar de prohibiciones, lo que sí parece claro es que llegados al año 2040 no habrá en el mercado ya turismos diésel que comprar, y serán los eléctricos, los electrificados en sus diferentes grados, el gas natural y, como apuesta destacable, el hidrógeno, las tecnologías que marcarán las ventas de coches dentro de dos décadas. Mientras tanto, el diésel seguirá poco a poco desapareciendo, al menos en lo que a los turismos se refiere, porque tanto en furgonetas como en camiones seguirá estando presente pasado incluso el 2040.

Apoyo del Gobierno

Tal y como explicó el presidente de Anfac, esta primera reunión con el Gobierno ha resultado fundamental para el trabajo conjunto y la colaboración de todas las partes con el propósito de diseñar un marco estratégico para el desarrollo de la nueva movilidad en España, que permita cumplir los objetivos de descarbonización del parque, e impulsar al país como polo de atracción de nuevas inversiones y adjudicaciones de modelos y tecnologías de futuro a las fábricas españolas.

Este Plan Estratégico aspira a mucho más que a orientar los pasos de la industria de la automoción de cara a 2040. Busca convertirse en un “proyecto país” que involucre a todos los agentes de la cadena de valor, a todo el ecosistema, a la Administración y al conjunto de la sociedad española en una “definición clara, homogénea y estable de la movilidad que quieren para España. Una movilidad inteligente, eficiente, accesible y asequible”, afirmó el presidente.

Un ecosistema y una transformación que incrementará sustancialmente el valor de la industria de la movilidad en España, hasta los 310.000 millones de euros de facturación frente a los 210.000 millones actuales, a la vez que garantiza el cumplimiento de los objetivos de descarbonización del parque hacia una movilidad cero emisiones. Este impulso supondrá la creación de hasta 1,5 millones de puestos de trabajo en el conjunto de una nueva y ampliada cadena de valor, en la que la fabricación de vehículos se acompañará por nuevos servicios de movilidad tales como la conducción compartida o autónoma, la gestión de datos o nuevos componentes de software, entre otros.

Todo ello incrementará la aportación del sector al PIB entre un 7% y un 12% anual adicional, según los cálculos realizados por KPMG, que ha colaborado en el informe. Y para captar este valor, es imprescindible la colaboración con la Administración. “España debe no solo retener capacidad productiva sino atraer inversión nueva y generar empleo de calidad. Las adjudicaciones de 2025 se están decidiendo hoy y España está compitiendo con otros países y fábricas de nuestro entorno para conseguirlas. No tenemos el efecto sede y, por lo tanto, hemos de ser mucho más competitivos y debemos crear un marco positivo, atractivo e innovador que permita a la industria ser reconocida internacionalmente haciéndola atractiva ante las casas matrices, con medidas a corto y largo plazo”, detalló José Vicente de los Mozos.

En este contexto, el plan marca una hoja de ruta, definida por cuatro fases en función del horizonte temporal. De manera inmediata, ve necesario generar mensajes positivos de certidumbre respecto al futuro de la automoción que atraigan inversiones y potencien el mercado interior. Es por ello que el primer paso ha sido presentarlo para contar con el apoyo del Gobierno en la reducción de la incertidumbre, que afecta gravemente al mercado y a la renovación del parque.

Y en lo que a las primeras medidas que el sector necesita a corto plazo, el refuerzo de una política industrial que apoye la inversión y la flexibilidad laboral, el apoyo decidido a la electromovilidad y una nueva fiscalidad para el automóvil acorde con el desarrollo esperado del sector son los planteamientos expuestos por Anfac.

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