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Valle de Arán, todo lo que debes saber sobre esta comarca del Pirineo catalán

Qué ver, dónde comer y los mejores alojamientos en el Valle de Arán, en la provincia de Lérida

Viella, Valle de Arán © Lucía Díaz Madurga

El español, el aranés y el catalán son los idiomas y glotónimo que se escuchan al pasear por las calles de la bella Viella, o Vielha, la capital del Valle de Arán. En pleno Pirineo catalán, en la provincia de Lérida se encuentra esta comarca española rodeada de montañas, ríos, preciosas casas de piedra con tejados de pizarra, alojamientos con mucho encanto y una gastronomía deliciosa. Esto es todo lo que debes saber antes de ir al Valle de Arán y los lugares que no puedes perderte.

Viella, la belleza del Valle de Arán

Atravesado por el río Nere, Viella es la gran protagonista del Valle de Arán, pero no la única. Conocida especialmente por ser uno de los destinos invernales de los amantes del esquí, este lugar es mucho más que un pueblo en el que alojarse para descender las montañas que le rodean. Sus algo más de 2.000 habitantes son los responsables de que este pueblo mantenga sus tradiciones, su historia y una arquitectura única que le dan un encanto de cuento de hadas.

Viella, Valle de Arán © Lucía Díaz Madurga

Pasear por el casco histórico de Viella es necesario para comprender el por qué de una historia que explican a la perfección en el Museo del Valle de Arán, donde se cuenta cómo era la vida antes en esta zona. A lo largo del recorrido, merece la pena hacer una parada en la Iglesia de Sant Miquèu, de estilo gótico y que guarda en el interior la talla inacabada del Cristo de Mijarán, la antigua Fábrica de Lanas y hacer la clásica foto sobre el puente del río Nere, dividiendo el pueblo en dos y con las montañas de telón de fondo.

La gastronomía es también otro de sus puntos fuertes y hay que hacer parada en Eth Bistró, donde Albert Jubany y Dolors Vilalta llevan al plato el territorio de alta montaña, el pescado y el marisco y uno de sus productos fetiche producido en la zona, el caviar Nacarii, de esturiones criados en las aguas de este pueblo. Para degustar la cocina más tradicional de la zona está Era Coquela, de Marc Nus, reconocido chef de la zona conocido por hacer los mejores guisos de Viella. Y si hablamos de alojamiento el hotel El Ciervo, en manos de la familia Barella, se convierte en un lugar acogedor en donde disfrutar de una estancia única recorriendo el Valle de Arán. Por no hablar de los desayunos degustación que preparan cada mañana ofreciendo a sus comensales hasta ocho pases que van desde los quesos y embutidos de la zona hasta platos clásicos de desayuno a los que les dan una vuelta.

Dos indispensables del Valle de Arán

Artiés es, sin lugar a dudas, una parada indispensable en cualquier viaje al Valle de Arán. A tan solo siete kilómetros de distancia se encuentra este pueblo en donde llama la atención la torre de cinco pisos de la iglesia de Santa María de Artiés de estilo románico y la Iglesia de San Juan, construida a principios del siglo XIV en estilo gótico. Otro de sus grandes atractivos son sus aguas termales, con dos piscinas termales gratuitas en donde bañarse y disfrutar de todos los beneficios a 39 grados.

Artiés, Valle de Arán © Lucía Díaz Madurga

Muy cerca de la frontera con Francia se encuentra Bossots, entre cuyo patrimonio se encuentra el templo más representativo del románico del valle, la Iglesia de Santa María de la Purificación, construida en el siglo XII. Este pueblo es especialmente conocido por contar con un sinfín de rutas de senderismo como la Ruta Protectora de las seis Ermitas, la ruta del Lavadero y la ruta del castillo medieval de la Soala de Casteràs. Si se hace parada en esta villa hay que reponer fuerzas en El Portalet, en manos de Adela y Josep Gregorio y Meritxell Valls, para disfrutar de la cocina tradicional con formato de alta cocina.

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  • C
    carloscuixart

    Estimada Lucía, puntualizaciones a su artículo:
    1. El aranés no es un idioma, es una aberración política hecha lengua oficial solo en Cataluña. A los pobres niños araneses les obligan a desaprender temas fundamentales para su crecimiento intelectual y aprender aranés de manera obligatoria. Muchos de ellos van a estudiar a Francia. Es más útil saber, además de español (496 millones de personas), francés (274 millones) que aranés (solo, atención, solo unas 2.800 personas lo manejan).
    2. Escribe mal el nombre de este pueblo, así se escribe en español Bosost​​​ y así en aranés Bossòst.
    3. Creo que usted no conoce el Valle de Arán.
    Un saludo.