La ruta por los castillos singulares más bellos de España

Según la Asociación Española de Amigos de los Castillos, España cuenta con un total 10.200 castillos singulares. Los episodios históricos vividos en nuestras tierras, sumados a la riqueza artística y cultural de nuestro país, dan fe de este gran patrimonio arquitectónico e histórico.

El Palacio Real, La Granja o el Alcázar de Segovia son probablemente algunos de los más conocidos. Sin embargo, existen otros muchos que merecen ser visitados al menos una vez en la vida y una de las mejores y más cómodas formas de hacerlo es en una ruta en autocaravana, como la que organizan desde Yescapa, permitiendo hacer un recorrido en el que no perderse ni un solo detalle.

En un pueblo abandonado

Declarado Conjunto histórico-artístico, Granadilla (Cáceres) es sin duda uno de los pueblos abandonados que, por su pasado medieval y la belleza de su entorno natural, hay que visitar. Y con él, el castillo más singular de Extremadura, la fortificación de Granadilla.

Esta fortificación con aires de defensa, fue mandada construir en el siglo XV por orden de don García Álvarez de Toledo, primer Duque de Alba. Lo hicieron sobre una antigua alcazaba árabe construyendo una torre central y cuatro torres semicirculares que le otorgan una esbeltez y una perfecta simetría de formas.

Vuelta al medievo

El castillo de Butrón, ubicado en Vizcaya, es una de esas construcciones que te traslada a la Edad Media de inmediato. Localizado sobre una colina y rodeado de un bosque centenario, este castillo de estilo neogótico fue durante muchos años el escenario de luchas entre dos familias de nobles, los Gamboinos, que eran los dueños del castillo, y los Oñacinos.

Aunque este castillo ha pasado por numerosas remodelaciones a lo largo de la historia, el aspecto actual se le debe al marqués de Cubas, quién en el siglo XIX quiso que se pareciera a un castillo de cuento y pidió que se inspirasen en edificios antiguos y castillos bávaros para darle un nuevo aire.

Un castillo singular y ejemplar

Situado en Peracense en la comarca de Calamocha, Teruel, el Castillo de Peracense es uno de los más bellos y desconocidos de Aragón.  Se encuentra ubicado en un entorno natural único donde sus constructores aprovecharon la topografía original del terreno para construir un enclave defensivo de primer nivel asentándose sobre una prolongación rocosa de rodeno fuertemente escarpada. El castillo está abierto durante todo el año y es una visita indispensable si se pasa por la provincia de Teruel.

En medio de un islote

En Oleiros, La Coruña, se encuentra un castillo al que se accede a través de una pasarela peatonal que te lleva hasta un islote enclavado en la misma ría, es el Castillo de Santa Cruz. Sureconocimiento de Bien de Interés Cultural por su alto interés histórico, sumado a su belleza natural y paisajística, hacen de él un enclave único.

Esta fortaleza comenzó a construirse en el año 1595 y sirvió para defender en varias ocasiones a la Ría de La Coruña. Una vez perdió su valor estratégico, el castillo se abandonó hasta que el marido de Emilia Pardo Bazán, lo compró para construir una residencia estival.

De sangre española

En esta villa de origen prerromano se encuentra el Castillo de la Mota, un enclave en cuyos muros estuvo encerrada en 1503 y 1504 una de las hijas de los Reyes Católicos,  Juana la Loca. Fueron los reyes Juan II y Enrique IV de Castilla, quienes a mediados del siglo XV iniciaron la construcción de esta fortaleza, y que culminaron los Reyes Católicos con la construcción de un foso y de una galería de tiro subterránea, que destaca por ser una auténtica y asombrosa obra de ingeniería.

Además de la visita libre gratuita que se puede hacer al castillo, en el Castillo de la Mota se ofrecen otro tipo de visitas como unas visitas teatralizadas que sin duda llevan a los visitantes a otra época.

Visita indispensable

Bien de Interés Cultural (BIC) y Monumento Nacional desde 1924, el Castillo de los Templarios de Ponferrada (León) es el más importante del noroeste de España. Con una extensión de 8.000 metros cuadrados, este castillo es más que una fortaleza. En este sentido, gracias a las labores de rehabilitación efectuadas, se ha desvelado gran parte de la riqueza arquitectónica de este castillo construido por la Orden del Temple en el año 1178.