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El milagro del Barça de Xavi se llama orden

La presentación del nuevo técnico azulgrana gira en torno a una palabra vieja, para muchos demasiado antigua, y casi en desuso en esta sociedad gaseosa y desjerarquizada

El nuevo entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández, junto al presidente del club, Joan Laporta. EFE

Nadie podía esperar lo que pasó este lunes en la presentación de Xavi Hernández como entrenador del Fútbol Club Barcelona. Una palabra pronunciada con intención y repetida aún con más intención se convirtió en el epicentro de este acontecimiento futbolístico. Una palabra vieja, para muchos demasiado antigua, que no es la más repetida entre los jóvenes. Una palabra casi en desuso en esta sociedad gaseosa y desjerarquizada. Una palabra de la que no pocas personas, sin duda de forma exagerada, huyen porque ven en ella matices ideológicos que les repugnan. Orden.

Lo dijo y lo repitió el nuevo técnico del Barça: hay que poner orden en ese vestuario. Le faltó añadir, aunque no sabemos si aún lo piensa, que se trata de un grupo de jugadores desmandados, ayunos de disciplina o de buenas costumbres que permitan rendir al máximo nivel. No obstante, Xavi ya dijo bastante. Porque el mensaje es inequívoco para Piqué y compañía.

"No hace falta ser duro, es un tema de cumplir unas normas, como sucede en cualquier empresa. Cuando yo he tenido normas en mi vestuario, hemos ido bien, y cuando no ha habido normas, no hemos competido. Si los resultados no salen, tenemos que ser más profesionales y trabajar más" . Ahí queda eso. A buenos entendedores, pocas palabras bastan.

El milagro del Barça de Xavi se llama orden. Porque en realidad sería milagroso que el ex jugador pudiera ordenar semejante desaguisado

Ni tiki-taka ni jogo bonito ni ADN culé ni ninguna otra de esas engañifas habituales. El milagro del Barça de Xavi se llama orden. Porque en realidad sería milagroso que el ex jugador pudiera ordenar semejante desaguisado. En todo caso, que lo consiga o no es ya casi lo de menos. Al nuevo entrenador azulgrana hay que agradecerle, aunque uno tenga los colores opuestos -no es el caso, no voy a mentirles-, que haya puesto este concepto sobre la mesa.

Que Xavi tenga el orden como meta evidencia, claro está, que sabe que va a encontrarse un vestuario desordenado, anárquico, fuera de unos cánones normales de comportamiento. Claro que en la crisis existencial que vive este Barça, aún deprimido por la hiriente marcha de Messi, no puede culparse solo a los jugadores. Todo el mundo sabe que el desorden azulgrana en el campo proviene del desastre en los despachos. De los clamorosos errores en la planificación deportiva y en la gestión económica.

En la crisis existencial que vive este Barça, aún deprimido por la marcha de Messi, no puede culparse solo a los jugadores. El desorden azulgrana en el campo proviene del desastre en los despachos

A la nefasta etapa de Josep María Bartomeu como presidente hay que sumar algunos errores que cometió Laporta, como por ejemplo no desprenderse antes de Koeman por la carestía del despido cuando era obvio que la cosa no funcionaba, no malvender -sí, malvender, porque es preferible eso a aguantarlos- a determinados futbolistas que carecen de la calidad mínima para estar en el Barça o fichar a otros que igualmente no dan la talla para jugar a ese nivel.

No es difícil vaticinar que Xavi lo hará bien en su nuevo puesto, entre otras cosas porque el listón de sus antecesores está bajísimo. Cuestión distinta, como antes decíamos, es que consiga el milagro de resucitar a este Barça durante esta temporada. Parece imposible, pero en el fútbol vemos milagros casi cada semana.

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