Sapiosexual o cuando la inteligencia es lo que más te excita

La palabra sapiosexual aún no está recogida en la Real Academia de la Lengua (RAE), pero son muchas las personas que se identifican con ella. Enamorarse de la inteligencia o que el cerebro sea la parte que más excita a alguien cuando conoce o mantiene sexo con otra persona podría ser una manera sencilla para describir que es ser sapiosexual, pero hay mucho más que debemos conocer sobre esta tendencia. 

Cuando a alguien se le pregunta qué es lo que le atrae más de otro al conocerle, muchas veces la respuesta está encaminada hacia algo físico. Esa primera impresión que suele ser muy importante pero que luego, cuando surgen los sentimientos, puede ir pasando a un segundo plano.

En el caso de la sapiosexualidad, se siente atracción sexual no por un cuerpo soñado o unos rasgos físicos muy concretos, sino por la inteligencia de la otra persona, e incluso por sus planteamientos morales o su capacidad para charlar, analizar y su manera de ver la vida y al resto del mundo.

Una conversación inteligente, una charla amena y alejada del clásico cortejo, puede encender la mente de aquellos que se excitan con características que van mucho más allá del físico. Un sapiosexual ve el cerebro del otro como la parte más atractiva y aquella que le puede llevar a la excitación máxima e incluso al orgasmo.

Este tipo de atracción no es nueva y ha existido siempre, pero ahora se le ha puesto nombre y es habitual verla en redes sociales y páginas para conocer gente como una característica más que define a la persona. 

Ellas se fijan más en el cerebro

No es un mito. Según algunos estudios, existe una mayor tendencia a la sapiosexualidad entre las mujeres que entre los hombres, ya que ellos suelen necesitar de más estímulos físicos para lograr excitarse. Mientras, ellas pueden sentir con más facilidad esa sensación de placer y atracción irrefrenable ante una persona que las conquiste por el intelecto o la locuacidad y no únicamente por el cuerpo. 

Según el libro Sapiens. De animales a dioses, del escritor e historiador israelí Yuval Noah Harari, las mujeres se excitan antes y durante el sexo gracias principalmente a los sentidos del oído y el tacto, mientras que ellos lo hacen más a través de la vista, por lo que cuando se activan esos sentidos en ellas, por una buena conversación, por ejemplo, el deseo sexual se dispara.

Además, la sapiosexualidad se da más en personas con cierta madurez emocional y no tanto en los más jóvenes, y es muy importante que la relación se dé entre iguales, para que uno no ‘domine’ al otro por esa inteligencia que el otro ‘adora’ y que le pueda hacer sentir inferior o no estar a la altura.

Esa atracción se suele hacer más notable cuando existen coincidencias entre las dos personas, como la similitud en las creencias religiosas o políticas o los valores por los que se rigen ambos miembros de la pareja y que se pueden explicar en los primeros momentos del ‘flechazo’ sapiosexual.

La admiración intelectual no es algo extraño ni poco habitual, ya que dentro del deseo sexual, se suele sentir cierta admiración por otras partes de la persona por la que se siente uno atraído, ya sea su inteligencia, su manera de hablar e incluso su forma de gesticular o moverse. 

De hecho, cuando una relación se alarga en el tiempo, la admiración es imprescindible para que funcione y es más habitual que una pareja dure si hay esa admiración mutua que va más allá del primer impulso sexual en el que uno se siente atraído por el físico de la otra persona. Debemos tener en cuenta que no solo existe la inteligencia intelectual, sino también la social, la cultural o la emocional, y que el principal órgano sexual de los seres humanos es el cerebro y que de ahí ‘sale’ cualquier tipo de interés hacia otro.

Cualquier excitación parte de la cabeza y del sistema nervioso. Incluso se ha llegado a hablar de inteligencia erótica y se refiere a esas personas que son capaces de reavivar una relación gracias a su capacidad creativa y a su elocuencia.

¿Eres sapiosexual?

Una persona sapiosexual tiene las siguientes características: 

• La rutina le aburre, siempre busca algo nuevo que le llame la atención. 
• Una buena conversación le estimula, le hace pensar, le gusta debatir y compartir conocimientos con la persona que tiene enfrente. 
• El deseo se despierta al conocer a la otra persona y ver que es inteligente y locuaz; el físico no es lo que les atrae.
• Buscan nuevos retos, nuevas experiencias y nuevos contactos con personas que tal vez no piensan de la misma manera que ellos. Son personas con una gran creatividad y una gran curiosidad.
• Se mantienen alejados de lo meramente superficial o de aquello instantáneo, van más allá a la hora de conocer a alguien.

Otros tipos de orientación sexual

Algunas veces, aquellos más adultos pueden ‘perderse’ por desconocimiento cuando las nuevas generaciones hablan con absoluta naturalidad de ciertas orientaciones sexuales. Hoy en día, en las apps para conocer a gente, ya sea para mantener una relación esporádica o para buscar pareja, se puede especificar cuál es tu orientación sexual. Por eso, conviene saber cuáles son quizá las más desconocidas para muchos:

Demisexual. Es muy frecuente pero al mismo tiempo se habla poco de ella. Consiste en sentir atracción por personas con las que con anterioridad se ha establecido ya una conexión emocional. Es una especie de conexión mental, parecida a la sapiosexualidad, pero más enfocada en la personalidad y no solo en la inteligencia que pueda tener la otra persona. Esta sería la condición previa (sentir esa atracción mental) antes de llevar a mantener relaciones sexuales. 

Pansexual. También conocida como omnisexualidad, consiste en sentirse atraído por todo tipo de personas, más allá de su sexo u orientación sexual. Se tiene en cuenta a la persona, al individuo, y no se valora el sexo que tenga. Una de las grandes representantes de este tipo de orientación sexual y que lo ha normalizado de manera pública ha sido la cantante Miley Cyrus.

Asexual y alosexual. El primer término se refiere a personas que sienten nula o muy baja atracción sexual por otra persona. Sí se pueden sentir enamorados, pero no desde un punto de vista sexual. Apenas un uno por ciento de la población es asexual. También se dan personas autosexuales, es decir, que tienen actividad sexual pero solo a través de la masturbación. Por el contrario, la alosexualidad es la que se refiere a la atracción por personas de cualquier género.