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Bienestar

Infertilidad y ansiedad: los riesgos de comer (demasiado) atún enlatado

El mercurio es uno de los metales que se encuentran en este producto y puede provocar problemas como la infertilidad si se consume en exceso

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Infertilidad y ansiedad: los riesgos de comer (demasiado) atún enlatado. Pixabay

Infertilidad, ansiedad o problemas cardíacos son algunos de los riesgos que pueden existir si comemos demasiado atún en conserva. No debemos asustarnos, ya que el atún en sí es un producto esencial en la alimentación saludable y equilibrada, pero tenemos que conocer los riesgos que puede entrañar si lo tomamos demasiado a menudo. Pero empecemos por las propiedades beneficiosas del atún -uno de los pescados más consumidos de España- para la salud.

Además de ser un producto relativamente económico, fácil y cómodo de preparar en ensaladas, tortillas o con pasta, por ejemplo, este producto contiene un alto nivel de Omega 3 (en especial EPA y DHA). Se trata de un ácido graso que nuestro cuerpo no fabrica por sí mismo y que es indispensable para mantenernos sanos y fuertes, para fortalecer las neuronas y para mantener el corazón protegido ante un accidente cardiovascular. La mejor forma de obtener este ácido es a través del pescado y de algunos vegetales y debe conformar del cinco al 10 por ciento de las calorías totales.

Además, tiene gran cantidad de proteínas y otros nutrientes como vitaminas del grupo B (B2, B3, B6, B9 y B12) y vitaminas A y D y minerales como el fósforo, el magnesio y el yodo. Todos estos componentes ayudan, entre otras cosas, a mantener el colesterol malo a raya, a mejorar nuestra piel y también a que tengamos un mejor estado de ánimo.

Sin duda, el atún en lata (más económico que el atún fresco, obviamente) es una gran fuente de energía y que apenas tiene calorías, por lo que es recomendable en cualquier dieta que llevemos a cabo. Como dato curioso, España es líder en Europa en flota atunera y el segundo productor mundial de conservas, según Efeagro.

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Un consumo excesivo de atún puede provocar infertilidad y problemas cardíacos.Pixabay

¿Por qué no es bueno tomarlo en exceso?

Pero como casi todo en la vida -y más si hablamos de alimentación-, si lo consumimos en exceso, no será tan bueno para nuestro cuerpo como creemos. El consumo de atún enlatado es hasta tres veces mayor de lo que recomiendan los expertos en nutrición, que afirman que lo ideal sería no más de dos latas a la semana, porque muchos de nosotros desconocíamos (hasta ahora) los riesgos de intoxicación alimentaria que podemos tener debido a la cantidad de mercurio que contiene. 

El mercurio es un metal que se encuentra en la atmósfera de manera natural y termina llegando a mares y océanos de una forma muy sencilla, a través de las actividades industriales, por ejemplo. En el mar, son el plancton y las algas los que lo absorben y se integran ya en la cadena alimentaria pasando primero a los peces más pequeños, luego a sus depredadores y después a los más grandes, como es el caso del atún. Cuanto mayor es y más longevo, más mercurio se acumula.

Según la OCU, el atún y el pez espada son los pescados con mayor cantidad de este metal por ser predadores, grandes y longevos; mientras que presentan proporciones mucho menores las almejas, los calamares, los langostinos, el lenguado o el salmón.

Además, en el atún se encuentra gran cantidad de sodio que, junto con el mercurio, se convierte en metilmercurio, un metal pesado que el cuerpo humano no es capaz de metabolizar y eliminarlo es un problema. Esta situación se produce además en todos los pescados azules (pescados grasos) de gran tamaño, ya hablemos de atún, tiburón o pez espada, aunque en cada uno de ellos varían los niveles de mercurio.

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Evita comer atún fresco si estás embarazada.Pixabay

No es algo para alarmarse, pero sí debemos tener en cuenta que el mercurio que ingerimos se irá acumulando en nuestro organismo a lo largo de los años y si la cantidad es excesiva puede matar células cerebrales, algo que podría afectar a la capacidad motora, la memoria y la concentración. Otros de los problemas que puede acarrear un consumo excesivo (recalcamos esta palabra porque consumir atún un par de veces a la semana es saludable y beneficioso) están relacionados con la fertilidad, o mejor dicho, la infertilidad. 

Según este estudio de 2019, un consumo excesivo de este pescado puede provocar degeneración testicular y ciclos menstruales anormales. También puede afectar a la presión sanguínea, a los niveles de colesterol malo LDL, provocar ansiedad y depresión, y se ha relacionado con un mayor riesgo de sufrir problemas cardíacos.

Mejor no tomarlo si estás embarazada

El consumo de atún no está recomendado para mujeres embarazadas, por lo que se recomienda tomarlo en la menor cantidad posible (una lata de unos 150 gramos a la semana) o quitarlo de la dieta si es fresco en los meses de gestación, ya que, según los expertos, podría provocar algunas alteraciones en el desarrollo neuronal del feto. Tampoco es recomendable para mujeres en periodo de lactancia o para niños menores de 30 meses.

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El atún en lata, mejor al natural o en aceite de oliva vírgen.Pixabay

¿Qué atún es mejor?

A la hora de comprar una conserva de atún, debemos mirar bien la etiqueta para ver qué tipo de pescado contiene y elegir siempre uno de buena calidad. Además, es preferible optar por un atún al natural o en aceite de oliva vírgen que por uno en aceite de girasol, y estar atentos al contenido en sal del producto (que no sea mayor a 0,8 gramos por cada 100 gramos). Nunca compres una lata que esté abollada o en mal estado y controla la fecha de caducidad de la conserva (aunque en aceite puede durar hasta seis años).

Si hablamos de pescado fresco, el que más mercurio acumula es el atún rojo, ya que su peso puede llegar a los 400 kilos y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) lo considera un alimento de contenido medio de mercurio.

El bonito del norte será de los que menos mercurio acumule, también tiene menos contenido la caballa. Lo recomendable es no pasarnos de las tres raciones de estos pescados a la semana o una única ración si hablamos de atún blanco y atún claro. Una opción con menos mercurio y también deliciosa es cambiar el atún por el salmón, el arenque, la sardina o la anchoa, igual de combinables en tu alimentación diaria. 

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