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Cultura

'The Idol': la polémica serie de The Weekend y del creador de 'Euphoria'

¿Estamos ante un despliegue de sexo gratuito o ante el nuevo formato de series para adultos?

Fotograma de 'The Idol'
Fotograma de 'The Idol' HBO Max

El debate está servido. Este lunes llegó a HBO Max The Idol, la nueva serie del creador de la exitosa Euphoria, Sam Levinson, protagonizada por Lily-Rose Depp, la hija de Johny Depp y Vanessa Paradis, y el músico Abel "The Weeknd" Tesfaye, también creador de la serie. En pocas horas, las críticas a las imágenes explícitas o el tono de la serie acapararon los titulares y los mensajes en las redes sociales. ¿Es esta ficción una sexualización gratuita o solo una serie para adultos? ¿Es de verdad escandalosa o es en cambio una exageración que solo infla las expectativas? ¿Es suficiente un capítulo para avivar el "hype" o, por el contrario, para pinchar el globo?

The Idol arranca con un primer plano de la cantante de éxito Jocelyn (Depp). En pocos segundos, tiene que mostrar un rostro picante, otro sexy, uno vulnerable y resultar también sensible hasta la lágrima para el fotógrafo que captura su -imaginamos- millonaria e irresistible imagen. Cuando se abre por completo la bata roja de raso que viste y aparecen sus pezones arranca la pugna entre los coordinadores de intimidad más intransigentes con las cláusulas contractuales y la versión más vendida al capital del management musical.

Jocelyn está superando el fallecimiento de su madre y afronta la inminente publicación de un nuevo trabajo que no termina de convencerla, al tiempo que prepara las coreografías con su cuerpo de baile. "La enfermedad mental es sexy", afirma uno de sus representantes a otro al tiempo que la compara con Brigitte Bardot y Sharon Tate, por lo que uno empieza a imaginar de dónde procede esta frágil cantante rubia y busca paralelismos de manera inconsciente con algunas estrellas del pop del pasado.

Justo después, llega la peor noticia: alguien ha publicado en las redes sociales una fotografía escandalosa de la artista que puede dañar y comprometer su imagen, especialmente entre la joven legión de fans que la adora. El día continúa como si nada, con un silencio absoluto a su alrededor, hasta que ella recibe la noticia y, para olvidarlo, sale de fiesta con sus amigos, que no dejan de ser también quienes trabajan con ella. En el club al que acuden conoce a su dueño, Tedros (Abel "The Weeknd" Tesfaye) y, según parece, le cambia la vida.

En el Festival de Cannes, la prensa dijo de The Idol' que se trataba de "una odisea en Pornhub" o la versión televisiva del clickbait

The Idol se presentó en la pasada edición del Festival de Cannes y allí causó cierta controversia entre quienes tuvieron la oportunidad de asomarse a la ficción más comentada del momento. Entre otras perlas, se dijo de ella que era "una odisea en Pornhub" o la versión televisiva del clickbait. Pero la serie ya había sido pasto para la polémica tiempo antes, cuando en pleno rodaje, la entonces directora, Amy Seimetz, abandonó el proyecto y, poco después, lo hizo Suzanna Roz, una de sus protagonistas.

En España de momento solo se ha podido ver un capítulo, y tampoco la prensa ha tenido acceso al visionado de más episodios, por lo que cabe preguntarse si esto es suficiente para realizar un juicio exhaustivo y si merece la pena dar una oportunidad a esta ficción, que parece caminar en una "delgada línea entre la pornografía, el arte, el poder y la explotación a la que se han enfrentado las mujeres en la música durante años", tal y como señaló el periodista Damon Wise, del medio estadounidense especializado Deadline.

En lo que sí hay cierta unanimidad es en el aspecto de the Weekend, un buen músico a juzgar por su currículum que, sin embargo, deja mucho que desear en las artes de la interpretación, al tiempo que tiene un aspecto un tanto desagradable, quizás poco glamuroso, hortera y, por qué no, creíble. En cualquier caso, el papel de dueño de un club nocturno y amante de la música al que da vida no convence a nadie, por mucho empeño que ponga, y además, ya sea buscado o no, provoca eso que ahora los millenials y los centennials llaman "cringe" y que el resto de los mortales conocen como vergüenza ajena.

The Idol y sus píldoras sexuales

Para esta redactora de Vozpópuli, lo curioso de esta serie, y lo que más puede molestar, es que Jocelyn no está tan preocupada por las imágenes íntimas que se han filtrado en la red, en las que aparece en una situación comprometida después de haber mantenido relaciones sexuales, ni por los límites de la intimidad de su cuerpo como sí lo está por el resultado de su nueva canción que, según repite en varias ocasiones, le resulta tan "superficial" que no soporta ni escucharla entera.

Si The Idol marca límites y se posiciona moralmente en un bando muy definido, o si por el contrario pretende incomodar y situar al espectador ante dilemas actuales es algo que solo podrá saberse a medida que lleguen más capítulos. Por qué no decirlo, parece que ese puede ser el truco promocional y el gancho: hacer dudar al espectador acerca de la decisión binaria que va a tomar y, por tanto, saciar su curiosidad con píldoras cargadas de tensión sexual que, sin embargo, no van demasiado lejos en este primer capítulo ni cruzan la línea de la insinuación. A veces tapar es más efectivo que mostrar.

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