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Cultura

'Scream 6': el miedo de siempre con más sangre que nunca

La franquicia del famoso slasher de los 90 de Wes Craven se muda a Nueva York en una divertida entrega

Fotograma de 'Scream 6'
Paramount Pictures

El terror ofrece eso que a otras películas les resulta imposible: una experiencia multisensorial en la que se ejercita con intensidad el olfato. No necesita el 3D al que recurren otras películas de criaturas verdes y feas ni efectos sensoriales de lluvia, viento, ruido, olores o movimiento de butacas que ofertan algunos cines porque se basta consigo mismo para poner en marcha la maquinaria fisiológica, y quizás por este motivo congrega a tantos fans, como los que se mueren por ver Scream 6, la saga clásica en el género slasher que regresa a los cines este viernes.

Han pasado cinco lustros desde que Wes Craven salvó el género del slasher (psicópatas, asesinatos, algo de sexo y a menudo drogas) y lo aupó a la posición de los taquillazos con su película Scream (1996), un éxito comercial dirigido a un público adolescente al que siguieron en el género otros títulos icónicos como Sé lo que hicisteis el último verano.

Desde entonces, la fórmula de los jóvenes que reciben llamadas misteriosas y que sufren el ataque de un asesino en serie encapuchado y con una máscara fantasmagórica inspirada en el cuadro El grito, del artista Munch, no ha dejado de hacer caja, con más o menos intensidad. Y no ha pasado ni una festividad de Halloween desde entonces sin que Ghostface (el disfraz del asesino) aparezca por las calles.

Como ocurre con todas las franquicias, el público común puede perderse entre las entregas, las secuelas, las precuelas y los reboots (disculpas si falta algún término). Sin embargo, en definitivas cuentas, lo importante es saber si lo que se va a ver merece o no la pena y si el dinero de la entrada y el canguro (en su caso) han estado bien invertidos. Para el alivio de la mayoría, también para esta redactora de Vozpópuli, esta nueva entrega aprueba con nota y además la cosa no se complica tanto como con Halloween (un total de 13 películas sin una lógica interna clara), aunque no está de más hacer un repaso.

Tras el estreno de la película que inauguró la saga, protagonizada por Neve Campbell, David Arquette y Courteney Cox y que recaudó más de 170 millones de dólares en la taquilla, llegaron otras tres entregas estrenadas en 1997, 2000 y 2011, y todas ellas dirigidas por el propio Wes Craven. Después, y tras la muerte de Craven en 2015, se estrenó en 2022 la quinta parte, ambientada 25 años después de los asesinatos originales, y con dos personajes que continúan la acción en esta sexta entrega: Jenna Ortega y Melissa Barrera.

Scream 6: de Woodsbro a Nueva York

A diferencia de las anteriores, que tienen lugar en el pueblo ficticio de Woodsboro, en esta sexta entrega la acción se traslada a Nueva York, donde las hermanas Carpenter, Sam y Tara, así como dos de sus amigos, se refugian tras la masacre vivida un año antes. Sin embargo, la tranquilidad pronto termina y pronto vuelven a sentir la amenaza de Ghostface, a quien daban por muerto y desterrado de sus peores pesadillas.

"¿Cuál es tu película de terror favorita?". La pregunta que el misterioso asesino hacía a sus víctimas por teléfono en la primera entrega de Scream dejó clara una de las intenciones de la película que inauguró esta saga y que se ha mantenido como hilo conductor del resto de la serie, que no era otra que rodar una película de terror con unas víctimas que sí conocían los trucos, los errores y las trampas de las cintas más icónicas del género.

En Scream 6, el metacine continúa con elegantes homenajes a algunos de los maestros, como Dario Argento y la camiseta de su película Cuatro moscas sobre terciopelo gris que lleva uno de los personajes, o un primer asesinato muy simbólico: el perpetrado por el psicópata disfrazado a una profesora de cine especializada en el género slasher, incapaz de anticiparse a las terribles consecuencias de caminar por un callejón oscuro. Así, a los pocos minutos de empezar, la película se mete en el bolsillo al público más fanático, que no duda además en aplaudir los guiños a las anteriores películas de la saga.

Si tener contentos a los fans es el primer paso, el segundo es satisfacer también a quienes acuden con ellos a los cines. La diversión está asegurada para todos en Scream 6, incluso a pesar del ejercicio forzado de nostalgia con el que arriesgan estas interminables sagas de historias, incluso a pesar de no seguir el hilo, de recordar vagamente la trama de la primera película. En esta ocasión, el olfato vuelve a despertarse igual que en los 90, con más sangre y más asesinatos, pero con el mismo miedo adolescente.

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