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Cultura

Cuando el frío extremo acabó con los primeros humanos de la Península

Un nuevo estudio publicado en la revista 'Science' sostiene que Europa quedó despoblada tras un periodo de "frío extremo" hace 1,12 millones de años

Arqueólogos trabajan en la Sima del Elefante, en Atapuerca. EFE

Cada verano se multiplican las olas de calor, los mapas del tiempo comienzan a aterrorizar al espectador y el calentamiento global es el principal problema al que se enfrenta la humanidad en su conjunto. El clima siempre ha determinado la historia de los hombres, con sequías, inundaciones o glaciaciones que empujaban a grupos humanos a migrar de una zona a otra. La diferencia es que por primera vez en la historia, la especie humana se acerca al precipicio por sus propias acciones. Hace más de un millón de años, fue un periodo de frío extremo el que posiblemente acabó con los primeros humanos europeos.

El año pasado, los responsables de Atapuerca anunciaban el descubrimiento de "la cara del primer europeo", los restos fósiles de un homínido que había vivido en la península entre 1,2 y 1,4 millones de años, y del que sabíamos que pertenecía a la especie humana (grupo Homo), pero sin ser capaces de concretar la especie. 

Los primeros homínidos encontrados en Europa, a partir de 1,5 millones de años, fueron descubiertos en la Península Ibérica, pero dentro de la arqueología existe un desacuerdo sobre si los grupos humanos persistieron continuamente o desaparecieron y volvieron a aparecer en el Viejo Continente con nuevas olas migratorias procedentes de África.

¿Despoblación europea?

Un nuevo estudio publicado en la revista Sciece apunta a esta teoría, explicando que hace 1,12 millones de años se produjo un periodo de enfriamiento tan extremo que debió acabar con aquellas primeras poblaciones humanas. “Nuestro hallazgo de un evento de enfriamiento glacial extremo hace alrededor de 1,1 millones de años desafía la idea de una continua ocupación humana temprana de Europa”, explicó el profesor Chronis Tzedakis del University College de Londres. 

Es decir, aquellos primeras comunidades humanas de cazadores recolectores, sin habilidades tecnológicas como el control del fuego o la vestimenta y posiblemente sin acumulación de grasa corporal suficiente, no fueron capaces de sobrevivir en tales condiciones y desaparecieron.

La hipótesis de la despoblación ibérica también estaría apoyada en el silencio fósil que encontramos entre los 1,1 millones de años y los 800.000 en los que volvemos a encontrar restos humanos en la Península. Aunque como es bien sabido en arqueología, esta ausencia de restos no es concluyente y puede deberse a que simplemente todavía no los hemos encontrado.

Con todos estos hallazgos es necesario tomar perspectiva y tener en mente de que estamos hablando de horquillas temporales inmensas recordando datos como que el ser humano actual desarrolló la agricultura hace unos 12.000 años y comenzó a escribir unos 6.000 años después. 

Algas y polen 

Los investigadores se han servido de la composición química de los microorganismos marinos frente a las costas de Lisboa, para determinar la temperatura del mar en aquel momento; y la cantidad de polen depositado en sedimientos en aguas profundas para determinar el nivel de vegetación terrestre de aquel momento. La conclusión, pasada por un modelo supercomputacional, es que el pico de frío extremo se prolongó durante unos 4.000 años, en los que apenas quedó vegetación. La Península se convirtió en una especie de Siberia, un erial sin apenas árboles y en el que hubo una expansión de plantas esteparias.

“Para nuestra sorpresa, descubrimos que este enfriamiento de hace 1,1 millones de años fue comparable a algunos de los eventos más severos de las últimas glaciaciones”, señaló Vasiliki Margari del University College de Londres. Según concluye el artículo, la nueva repoblación humana en Europa podría haberse dado hace unos 900.000 años “por Homo antecessor, que pudo haber sido una especie más resiliente con cambios evolutivos o conductuales que permitieron la supervivencia bajo la creciente intensidad de las condiciones glaciales”.

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