Emma Suárez acumula casi cinco lustros de películas, series y obras de teatro a sus espaldas y, a pesar de su dilatada experiencia como actriz, mantiene intacta la ilusión y la sed por experimentar el riesgo que traen consigo las primeras veces, como es el caso de su nuevo proyecto cinematográfico, el debut en el largometraje de Aitor Echevarría. Desmontando un elefante, el título de la película, es un drama familiar que narra el regreso a casa de Marga, una arquitecta casa y con dos hijas que tiene que afrontar una adicción dolorosa, pero también cambiar su entorno para encontrar la fuerza que le falta. Más allá de la dependencia de las sustancias, también aborda la cesión y la resistencia en los cuidados, en la dependencia emocional y en los lazos que se convierten en ataduras.
Natalia de Molina y Dario Grandinetti acompañan a la actriz en este viaje, que busca poner nombres y apellidos a lo que en muchas ocasiones se evita. En Vozpópuli hemos hablado con Emma Suárez sobre el reto de interpretar a una adicta, la diversidad de personajes femeninos en la actualidad, los problemas actuales que le preocupan o el "me too".
Pregunta: ¿Qué te ha gusta de las óperas primas y, en concreto, del debut de Aitor Echevarría?
Respuesta: Me gustan las buenas películas, los buenos guiones y las historias que provocan la curiosidad, que me despiertan, que me hacen aprender, o que me llevan a entrar en territorios que me parecen interesantes.
P. En este caso, interpretas a una mujer alcohólica. ¿Cómo has afrontado en la ficción una enfermedad tan delicada, de la que no se habla tanto? A diferencia de otras adicciones y de otras drogas, todos se preguntan por qué uno deja de beber, pero nadie se pregunta por qué alguien consume alcohol.
R. Socialmente está normalizado. El alcohol está completamente integrado en nuestro imaginario desde nuestra infancia, en las fiestas y las celebraciones. Nos hemos puesto en contacto con profesionales para elaborar el personaje y tener información sobre las pautas que lleva a cabo el personaje en la película, lo que es el proceso de construcción de la identidad de un personaje, que es a lo que se enfrenta la protagonista cuando sale de una clínica de desintoxicación.
P. ¿Te ha removido esta película de manera especial?
R. Obviamente. El hecho de escuchar testimonios en vivo y en directo de gente que está viviendo el proceso de desintoxicación te implica cuando sabes además que vas a interpretar un personaje. De alguna forma, me he sensibilizado y por supuesto con las personas que generosamente transmitían su experiencia.
P. En los últimos tiempos hemos visto personajes femeninos variados. ¿Ha huido la ficción del reflejo de un mismo tipo de mujer, especialmente a partir de cierta edad?
R. Sobre todo ya no el hecho de interpretar a mujeres maduras, sino que hay un cine mucho más diverso en cuanto a temas se refiere.
P. Después de 45 años de carrera, ¿qué imagen te gustaría que tuvieran los espectadores de ti o qué poso esperas haber dejado?
R. No es algo que me plantee, dejar algún poso. No pienso en eso, sino en vivir de la manera más digna posible, tratando de salir adelante cada día e implicarme en proyectos que me gustan y agradeciendo dedicarme a un oficio que siempre me ha gustado.
Crispación, violencia y tensión
P. Con tantas películas, series y obras de teatro a sus espaldas, ¿cuál es hoy el reto para ti?
R. El hecho de levantarme cada mañana ya es un desafío. Cada día es un desafío, porque uno nunca sabe uno lo que se va a encontrar. Vivir ahora mismo se ha vuelto complicado tal y como se ha vuelto el mundo.
P. ¿Qué es lo que más te afecta?
R. Vivir en paz, es muy complicado viendo todo lo que sucede a nuestro alrededor. Es difícil mantenerse al margen. Hay muchos problemas de salud mental, de violencia de género, estamos viviendo momentos de muchísima crispación, muchas tensiones políticas y mucha violencia. Así que vivir con optimismo no es fácil.
"Sería interesante preguntar a los hombres si han presenciado, han visto o han estado cerca"
P. Hablabas de la violencia y de crispación. A partir del caso Weinstein, en 2017, las mujeres cerraron filas respecto a los abusos y el acoso sexual. ¿Has notado desde entonces cambios en la industria española en este sentido?
R. Estas preguntas hay que hacérselas también a los hombres, hay que implicarles también a ellos y no solo preguntarles a las mujeres. Sería interesante preguntarles si han presenciado, han visto o han estado cerca de alguna situación así. Es un punto de partida interesante y es una manera de comenzar a transformar el panorama en ese sentido.
P. ¿Notas cierta carga o responsabilidad?
R. No, creo que hablar, de la violencia de género y de los temas que nos conciernen y que nos preocupan. No se pueden convertir en elefantes o no se deberían convertir. Somos una sociedad formada por muchos individuos, no solo un género. Hay que implicar a todo el mundo y hacer partícipe al otro.
P. Te encuentras en plena gira con El cuarto de atrás, la adaptación al teatro de la novela homónima de Carmen Martín Gaite, y estás inmersa en promoción de esta película. ¿Tienes tiempo para ir al cine?
R. No. Lo último que he visto ha sido Cónclave y La sustancia, en Navidades, y casi me las pierdo.
logowa4117
17/01/2025 09:30
Vaya. Ahora resulta que también es experta en alcoholismo. Estos actores que se estudian un guion y se creen en situación de dar lecciones son, simplemente, ridículos.