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Cultura

El Asturias: un premio sin Princesa, entre el incendio natural y el independentista

El premio se entrega en el Teatro Campoamor, en Oviedo.

Este viernes, a las seis y media de la tarde, se entregan los Premios Princesa de Asturias. No será la princesa Leonor tampoco este año quien presida el acto en el teatro Campoamor de Oviedo. Lo harán los reyes. Le correspondería a ella, en función del cambio de nombre de la institución en 2015, tras el ascenso de su padre al trono. Debido a la presencia de mandatarios de la UE, asistirá por primera vez en 36 años el presidente de Gobierno. Mariano Rajoy llegará a Oviedo procedente de Bruselas, una circunstancia que no se produce desde 1981 cuando acudió Leopoldo Calvo Sotelo.

La ceremonia de entrega de esta edición, la número 37, va servida en lo que a tensión respecta. Una ola de incendios, la de los bosques en Galicia y Asturias, pero también la del artículo 155 en Cataluña, calientan el ambiente. Como en años precedentes, el discurso del Rey clausurará el acto de entrega de los galardones en el Teatro Campoamor. Será el primero que dé en público desde el día 3 de octubre, cuando se pronunció ante la celebración de referéndum ilegal del 1-O.

La ceremonia de entrega de esta edición, la número 37, va servida en lo que a tensión respecta

A la ceremonia de este año acuden para recibir el reconocimiento la pensadora británica Karen Armstrong, quien recibirá el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Autora de una obra en la que destaca A través de la puerta estrecha, Armstrong abandonó la vida religiosa para estudiar y profundizar en las creencias monoteístas desde fuera de los dogmas, en el Reino Unido. En su visita a Oviedo, la investigadora ha criticado los nacionalismos, concretamente el caso de Cataluña, y también ha señalado el daño que ocasionan procesos como el Brexit.

El escritor polaco Adam Zagajewski acude a recibir el Princesa de Asturias de las Letras. Se trata de uno de los más respetados poetas contemporáneos, adscrito a la llamada Generación del 68 o de la Nueva Ola y en el que coinciden una serie de autores decididos a comprometerse políticamente en sus obras como Julian Kornhauser, Kipska, Krynicki o Baranczak. Sus ideas políticas lo obligaron, en 1982, a marcharse a París. En los años siguientes continuó su exilio en Alemania y EE.UU. Desde 2007 su nombre suena firmemente para obtener el Premio Nobel. En esta oportunidad, su candidatura fue propuesta por los Premios Princesa de Asturias de las Letras John Banville (2014) y Richard Ford (2016).

En su visita a Oviedo, la investigadora Karen AMstring ha criticado los nacionalismos

Completan los premiados de la ceremonia el artista sudafricano William Kentridge (Artes), así como el grupo cómico Les Luthiers (Comunicación y Humanidades),   la Unión Europea (Concordia), la selección masculina de rugby de Nueva Zelanda, All Blacks (Deportes),  la Hispanic Society of America (Cooperación Internacional) y los físicos estadounidenses Rainer Weiss, Kip S. Thorne y Barry C. Barish y la Colaboración Científica LIGO (Investigación Científica y Técnica).

Además del Rey, en la ceremonia del viernes tomarán la palabra, en nombre de la UE, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y el del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. Hablarán también el polaco Adam Zagajewski y Marcos Mundstock, uno de los miembros de Les Luthiers. 

La historia del premio 

Cuando Felipe de Borbón entregó su primer Premio Príncipe de Asturias, tenía apenas 13 años. El heredero de la corona española comenzaba así la larga lista de ediciones de un galardón que cambió de nombre en 2015 -adoptó el de la heredera, Leonor, princesa de Asturias-  y con el que -tanto entonces como hoy- se pretende “consolidar los vínculos existentes entre el Principado y el Príncipe de Asturias y contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, culturales y humanísticos son patrimonio universal”.

A lo largo de sus 36 ediciones, el premio ha distinguido a figuras muy distintas entre sí –desde Miguel Delibes hasta J.K Rowling, la creadora de Harry Potter- que tienen en común sus aportes al quehacer creativo humano. Aunque la primera entrega se realizó en 1981, su origen es algo anterior. Se remonta al 24 de septiembre de 1980, cuando, en el salón Covadonga del Hotel de La Reconquista, se firmó el acta constitutiva de la Fundación Príncipe de Asturias.

En ese acto participaron, por supuesto, los Reyes de España y el Príncipe de Asturias, así como el entonces secretario general de la Casa del Rey, el general asturiano Sabino Fernández Campo, quien junto al periodista Graciano García, dio forma e impulso a la idea de premiar la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, equipos de trabajo o instituciones tanto en el ámbito nacional como internacional.

Una imagen de Felipe de Borbón en 1981, el año en que se celebró la primera edición de los Premios Príncipe de Asturias.

Un año después de la constitución de la Fundación, un joven y prácticamente adolescente Felipe entregaba los primeros Premios Príncipe de Asturias en las categorías de Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Cooperación Internacional, Investigación Científica y Técnica y Letras, que fue compartido entre los escritores Miguel Delibes y Gonzalo Torrente Ballester.

Desde ese entonces, tan sólo en las áreas dedicadas a la literatura, ciencias sociales, comunicación  y humanidades, han sido distinguidos con este Premio figuras como el mexicano Juan Rulfo (1983),Camilo José Cela (1987),el peruano Mario Vargas Llosa (1986), Carmen Martín Gaite (1988), Octavio Paz (1993)Susan Sontang (2003), el reportero Ryszard Kapuscinski (2003), Jürgen Habermas (2003), Doris Lessing (2001), Francisco Umbral (1996), Arthur Miller (2002), Günter Grass (1999), Claudio Magris (2004) o Paul Auster (2006), entre otros. Sin embargo, en su categoría dedicada a las Artes, el registro es igual de amplio, desde Luis Berlanga, Antonio López, Antoni Tàpies ó Eduardo Chillida hasta Pedro Almodóvar, Woody Allen o Bob Dylan.

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