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Leonés, 32 años y uno de los talentos que cambiarán el mundo: "Me gusta rodearme de gente de la que aprender"

El leonés Carlos Castro

No todo el mundo aspira a escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo. Hay quienes se marcan la meta de hacer del mundo un lugar mejor. Entre ellos se encuentra Carlos Castro, cuyo sistema médico para llevar a cabo análisis sin necesidad de extraer una sola gota de sangre le ha valido para ser distinguido como uno de los diez mejores talentos españoles menores de 35 años.

Este leonés de 32 años ha desarrollado desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Leuko, un dispositivo médico que permitirá a pacientes sometidos a quimioterapia monitorizar sus niveles de glóbulos blancos "de manera simple, indolora y de forma más frecuente que con los métodos actuales". El sistema, con varios prototipos en fase de desarrollo y que podría llegar al mercado a principios de 2019, también servirá para detectar infecciones graves.

"Es realmente motivador trabajar en algo que tiene una posibilidad real de llegar a manos de los pacientes", sostiene Castro

Cuando a su compañero de piso le diagnosticaron un linfoma no Hodgkin, Castro empezó a tomar conciencia de la importancia del control de glóbulos blancos para el tratamiento y de lo poco práctico que resulta depender de la extracción de sangre y su análisis por un especialista. "De igual manera que los diabéticos pueden controlar sus niveles de glucosa con un glucómetro, estos pacientes podrán controlar el estado de su sistema inmune con nuestro dispositivo", cuenta a Vozpópuli, apuntando como ventaja que el control puede realizarse desde casa ya que no se necesita la extracción de una muestra de sangre.

"Otro de los puntos a favor es que al permitir medidas más frecuentes, se abren posibilidades diagnósticas que no existían hasta ahora favoreciendo, por ejemplo, una mayor personalización para conseguir que los tratamientos de quimioterapia sean más efectivos para cada paciente", añade sobre Leuko, un proyecto fruto del Consorcio M+Vision, una colaboración entre la Comunidad de Madrid y el MIT. No obstante, aclara que su objetivo no es reemplazar los análisis de sangre en los hospitales, sino "dar acceso a pruebas más frecuentes, de manera que se pueda detectar qué pacientes están en riesgo de infección o cuáles están preparados para recibir un nuevo ciclo de quimioterapia".

"Nosotros queremos proporcionar al médico más información para que pueda realizar el balance de glóbulos blancos de forma más informada y adaptarlo a las necesidades de cada paciente de manera que se maximice la eficacia del tratamiento mientras se reducen los efectos secundarios", declara el ingeniero especializado en biomedicina, que dio sus primeros pasos en el mundo de la investigación en un máster que cursó en el Royal Institute of Technology de Estocolmo. "Tenía que implementar un sistema de localización del habla. Se me ocurrieron formas de combinar la información de los sensores para mejorar su precisión. Aquella fue la primera innovación seria de mi vida", recuerda. Después realizó su tesis doctoral en la Universidad Politécnica de Madrid, donde se especializó en el desarrollo de algoritmos de procesamiento de imágenes biomédicas.

"Mejorará la calidad de vida de muchas personas"

Castro, seleccionado como uno de los diez jóvenes españoles con el potencial de cambiar el mundo a través de la tecnología, considera que Leuko "abre la posibilidad real de mejorar la calidad de vida y de supervivencia para millones de pacientes". No olvida que, adicionalmente, el proyecto reduciría los costes para el sistema sanitario y que está generando nuevos puestos de trabajo.

Así lo certifica también el jurado de los premios MIT Technology Review, cuya ceremonia de entrega se celebrará este jueves en la Fundación Rafael del Pino en Madrid. Subraya que la contribución de Castro a la sociedad "es alta ya que tiene la posibilidad real de modificar la manera en la que se administra la quimioterapia".

"Leuko abre la posibilidad real de mejorar la calidad de vida y la posibilidad de supervivencia para millones de pacientes", apunta el leonés

Se define como una "mente inquieta" y asegura que detrás de tal talento hay "un gran equipo". "Es posible que en el siglo XIX un sólo talento fuese capaz de resolver algunos de los grandes problemas de la época pero hoy se necesita la colaboración de múltiples expertos de diferentes disciplinas", reconoce. "Desde pequeño siempre tuve una gran curiosidad por el mundo que me rodeaba. Las matemáticas y la física se me daban bien, pero también me encantaba leer las páginas de economía o discutir de literatura. Siempre me ha gustado rodearme de gente de la que podía aprender cosas. Recuerdo que un amigo, tras conocerse que me habían admitido en el MIT, me dijo que me habían aceptado no porque fuera experto en un área, sino porque me interesaba por todas", relata.

Modo de empleo

Castro explica que el dispositivo se coloca en el dedo del paciente mediante una pequeña pinza o dedal, que se aplica en la punta del dedo de forma similar al funcionamiento de los pulsioxímetros que se utilizan en los hospitales para medir los niveles de oxígeno en sangre.

"El dispositivo usa un sistema óptico que permite obtener imágenes de capilares muy superficiales bajo la piel. Nuestras imágenes posibilitan captar el flujo sanguíneo en ellos. A determinadas longitudes de onda, los glóbulos rojos absorben la luz mientras que los glóbulos blancos son transparentes a ella. Esto hace que los leucocitos aparezcan como partículas brillantes en nuestros vídeos", explica.

Por el momento, el dispositivo ya se ha probado en 31 pacientes en el Hospital de Fuenlabrada y en diez más en el Massachusetts General Hospital. "Los datos preliminares son prometedores", relata Castro. Unos resultados que además les han permitido obtener una financiación externa de 400.000 euros del Center For Future Technologies in Cancer Care y de la Fundación Coulter para continuar con el desarrollo técnico. Y es que ahora sus planes no pasan por nada que no gire en torno a la identificación de problemas médicos y el desarrollo de nuevas tecnologías para darles solución. "Es realmente motivador trabajar en algo que tiene una posibilidad real de llegar a manos de los pacientes y ser utilizado en su beneficio", concluye.

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