En total, los supermercados han disminuido la presencia de productos de marca un 23% desde el año 2018, un hecho acrecentado especialmente estos últimos meses, con el crecimiento desbocado de la inflación. Después de semanas de silencio, las grandes compañías ya comienzan a aceptar la nueva realidad en la que la marca blanca mandará sobre las de fabricante y aceptan que tendrán que lanzarse a nuevas estrategias para sobrevivir.
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