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Economía

Scope Ratings: "Francia da miedo. Tendremos un problema allí en cuanto suban los tipos"

Torsten Hinrich, CEO de Scope Ratings

"It's all about reforms". Las reformas -para muchos insuficientes- que ha habido en España, y las reformas que no se han hecho en Francia y en Italia, son la madre del cordero de la recuperación económica europea, aún frágil y pendiente de un hilo, aún asistida por el oxígeno del dinero barato del BCE, un 'ibuprofeno' para el dolor, que no cura la inflamación.

Así opina Torsten Hinrichs, CEO de la agencia Scope Ratings, que pretende desde Berlín crear un proyecto paneuropeo de una agencia de calificación que compita con las norteamericanas (S&P, Moody's y Fitch) y que permita añadir "valores europeos" a las calificaciones crediticias de empresas. Ya ha contactado con inversores españoles para invitarles que se sumen a la aventura. Y en Madrid, después de Berlín y Londres, abrirá su tercera oficina con un equipo de analistas españoles.

"Ya sabemos de los problemas italianos y quizá de los franceses se habla menos. Nosotros los vigilamos diariamente"

Hinrichs, mentalidad cartesiana germánica, cree que España ha hecho bien las reformas aunque avisa de que "hay miedo en Europa de que España pueda coger el mismo camino que Grecia" cuando se le pregunta por Podemos. "España está mejorando mucho su competitividad, y no estoy hablando de que haya que hacer sólo austeridad, pero sí un buen mix para crear empleo sin disparar el déficit. Hasta ahora se ha hecho muy bien y se ha mantenido la paz social". El problema de España podría venir de partidos que no estén comprometidos con seguir la senda actual, advierte, pero mucho más allá, el problema se sitúa en Italia y en Francia. "Ya sabemos los problemas italianos y quizá de los franceses se habla menos. La realidad es que la situación de Francia da más miedo y la vigilamos continuamente. Mientras los tipos de interés estén bajos, todo irá bien, pero si suben los intereses tendremos un problema". El problema del sur de Europa, asegura, es, en general, el mismo para todos los países: "producen menos de lo que consumen".

En España, continúa, se ven signos de una incipiente nueva burbuja inmobiliaria, "que nunca será tan grande como la previa a la crisis". Y también pide paciencia para que el país pueda enjugar el déficit, que según el FMI, será del 5,9% en 2014, el mayor de la zona euro: "Llevó mucho tiempo meterse en la crisis y llevará mucho tiempo salir de ella. Hay que ser paciente".

El colapso griego

Mientras tanto, el caos en Grecia distrae de todo lo demás. El alemán (15 años de experiencia en Standard & Poor's) cree que el caso griego afectará a los bancos pequeños y menos diversificados, "son los que tienen más posibilidades de que se amplíen sus diferenciales". Sin embargo, señala cómo ha cambiado la situación desde 2011-2012. "Entonces, muchos de los bancos a los que hacíamos rating tenían exposición a la deuda griega. Ahora ninguno de los 25 primeros bancos que calificamos tiene una exposición a Grecia que pudiera lastrar su capital". La deuda, en efecto, ha sido trasladada al sector público.

El alemán parece compartir la doctrina económica instaurada por el gobierno de Angela Merkel, centrada en la advertencia de que la recuperación podría truncarse "si se producen cambios políticos en los países periféricos con presión de partidos extremos", algo que considera de momento poco probable. Sin embargo, destaca su independencia respecto a Berlín: "Ellos conocen de nuestra existencia y creen que es bueno que haya una agencia europea fuerte, pero ni nos financian ni nos apoyan, porque si fuéramos vistos como una agencia apoyada por un gobierno, los mercados no creerían en nosotros y nos restaría credibilidad".

Berlín está a favor de que Scope crezca, pero aseguran que ni los financia ni apoya, lo que "restaría credibilidad para los inversores"

En otros países, aún se ve a Scope Ratings con recelo (en Francia los medios han hablado de ellos como una agencia 'alemana', no 'europea'). Para solucionar esto, y aunque la sede central siga estando en Berlín, el objetivo de la compañía es hacer sucesivas ampliaciones de capital con las que meter a inversores de todo el continente. También a españoles, algunos de los cuales ya han contactado con Scope. "Nuestro objetivo es ser vistos como empresa realmente europea, está claro que la sensibilidad europea es diferente a la anglosajona, y hasta ahora los ratings siempre se han visto con prisma anglosajón". Hinrichs pone el ejemplo de ciertos activos o pasivos que quedan fuera o dentro del balance según una contabilidad u otra, y que se ven de distinta forma a uno u otro lado del Atlántico. "S&P hizo un cambio metodológico en 2002 y ello cambió completamente la calificación que daba a las empresas europeas, que pasó a ser mucho peor. Nada había cambiado en realidad. Estamos de acuerdo en que parte de un balance puede ser deuda, pero hay deuda que no es estrictamente financiera y eso no debería quitar rating. Desde un prisma europeo, se ven desde otra posición situaciones como esta".

En cualquier caso, asegura, su agencia Scope no competirá en los ratings soberanos, aunque "los hacemos y tenemos para nosotros, pero no los hacemos públicos". En primer lugar, porque están concebidos como empresa que debe ser rentable, y los ratings soberanos no se pagan. En segundo lugar, porque ya hay una gran competencia en este ámbito y "aportaríamos poco valor nuevo".

Las grandes agencias... por dentro

El principal objetivo de Scope es darse a conocer en España. Demostrar el interés por el país con el fichaje de analistas españoles y que trabajarán en España. Alejarse del modelo norteamericano-británico, en ocasiones con falta de sensibilidad a lo que les viene de fuera. ¿Responden las agencias anglosajonas a intereses anglosajones? "Ellas dicen claramente que no y parece ser que no están políticamente motivadas. Moody's y Standard & Poor's tienen una historia de 150 años y es muy difícil competir con eso de la noche a la mañana". La desregulación, asegura el experto alemán, ha creado un monopolio con las tres agencias que debe ser quebrado. En la actualidad, las tres grandes controlan el 95% del mercado.

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