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Seis meses después del Madrid Arena, Botella reformará por cuarta vez su Gobierno

Botella durante la reapertura del Palacio Municipal de Congresos, la semana pasada.

Un año y cuatro meses lleva Ana Botella como alcaldesa de Madrid, y en ese tiempo ya ha padecido más desdichas que su predecesor Alberto Ruiz-Gallardón (nueve años en el cargo). Y eso que en los primeros ocho meses nada se desmadró: la capital soportaba una fuerte deuda, se tardaba mucho tiempo en pagar a proveedores (un retraso habitual para el Ayuntamiento) y se aspiraba (por tercera vez) a organizar unos Juegos Olímpicos. Pero tuvo que llegar la tragedia del pabellón Madrid Arena para llevárselo todo por delante, incluidos a varios de los responsables políticos. Y desde aquella fatídica madrugada del 1 de noviembre, noche de Halloween, el equipo de confianza de Botella ha estallado varias veces en mil pedazos.

El último estallido no se ha producido aún, pero está al caer, y no tiene nada que ver con el Madrid Arena, sino con el fallo del Tribunal Constitucional del martes según el cual solo pueden formar parte de un equipo de Gobierno local aquellos concejales electos en las listas municipales. Y eso afectaría a dos delegados de Botella que no iban en las listas, Juan Villalonga y Juan Antonio Gómez-Angulo. Aunque la alcaldesa ha dicho que de momento las cosas seguirán como están -"tendremos que esperar al Contenido de la sentencia"-, la salida de los dos parece solo cuestión de tiempo, por lo que Botella se verá obligada a remodelar por cuarta vez en seis meses su equipo de Gobierno.   

Caen Calvo y Villanueva

Seis meses es lo que ha transcurrido desde la avalancha mortal en el pabellón municipal. A los pocos días, presentó su dimisión Pedro Calvo, concejal de Economía y presidente de Madrid Espacios y Congresos, gestora del Madrid Arena. Calvo cesó cuando se informó de que iba a ser imputado, aunque nunca ha recibido la notificación del juez que instruye el caso por lo que tampoco ha tenido que prestar declaración. Asumió brevemente el puesto de Calvo el concejal Enrique Núñez.

A principios de enero, cuando ya se había iniciado una purga en la dirección de la empresa Madrid Espacios y Congresos, el vicealcalde Miguel Ángel Villanueva causó un auténtico revuelo al anunciar su cese, que luego se supo fue forzado. Su dimisión/despido fue aprovechado por Botella para remozar a fondo la Junta de Gobierno, aupando a Núñez a la portavocía y a su amiga Concepción Dancausa a combinar las carteras de Economía y Hacienda.

Poco duró el invento. El juez del Madrid Arena, Eduardo López Palop, instruye lenta pero firmemente, sin dar un paso en falso. Así, las informaciones sobre la negligencia del área de Movilidad, Medio Ambiente y Seguridad debilitaron la posición del delegado responsable, Antonio de Guindos. El hermano del ministro de Economía anunció que si el juez le imputaba, él se marcharía. López Palop lo imputó y Guindos cesó a finales de enero.

Una lista municipal ajada

Entonces Botella dividió el área de Guindos en dos (Movilidad y Medio Ambiente, para Juan Antonio Gómez Angulo, y Seguridad para Enrique Núñez), a la vez que aupaba a la Junta a un conocido de la familia Aznar-Botella, el joven Diego Sanjuanbenito. Dancausa fue nombrada primera teniente de alcalde. Era la tercera remodelación del Gobierno local.

Ahora, un recurso interpuesto por la Generalitat a la Ley de Grandes Ciudades de 2003 puede arruinar la relativa tranquilidad que se había instalado en el Consistorio en las últimas semanas. Lo malo es que Botella tendrá que tirar de la lista del PP al Ayuntamiento de Madrid y entre dimisiones, jubilaciones, duplicidades (hay diputados nacionales y consejeros autonómicos) y huidas al Ejecutivo de Mariano Rajoy (Gallardón, Juan Bravo), apenas queda una decena de nombres. Quién iba a decir que un partido que gana unas elecciones con más del 50% de los votos iba a tener tantos problemas para gobernar. 

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