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Hidely: esta app asegura mantener tus selfies eróticos a salvo de mirones

La actriz Jennifer Lawrence es una de las víctimas del Celebgate.

La información almacenada en las memorias internas y las tarjetas extraíbles de los teléfonos móviles esconde en muchas ocasiones imágenes íntimas y mensajes personales que resultan más fáciles de robar de lo que uno piensa. Tanto los ladrones de teléfono como los hackers logran llegar hasta ellos sin dificultad, con el peligro que eso supone. Primero, para nuestra intimidad, y segundo, para nuestra propia seguridad, al convertirnos en víctimas susceptibles de chantajes. Una nueva app llamada Hidely asegura lidiar con ese problema gracias a un sistema de doble encriptado que mantendrá las imágenes a salvo de accesos indiscretos.

Contraseña para todo

A pesar de la complejidad del sistema de encriptado de Hidely, su funcionamiento resulta sencillo de explicar. Cuando tomamos una fotografía con nuestro teléfono, la podemos guardar en el directorio del propio teléfono que más queramos igual que haríamos con cualquier otro archivo. Sin embargo, en este caso los archivos son encriptados y requieren de una contraseña para poder ser abiertos.

El método para compartir imágenes a través de Hidely resulta farragoso, pero a la vez seguro.

En Hidely (gratuita, disponible para iOS) no hay posibilidad de phishing con la contraseña: aquí no hay recordatorios, lo que puede ser una ventaja a la hora de evitar accesos indeseados, pero también un riesgo para los más olvidadizos. Al carecer de esta posibilidad, quien olvide su clave de acceso perderá para siempre las imágenes que hubiera almacenado a través de esta app.

Se supone que en esto del sexting, la gracia no solo está en nuestras fotos, sino en compartirlas con alguien. Las imágenes pueden ser compartidas con otros usuarios a través de un enlace de un solo uso, pero es necesario que estos también tengan la app para poder verlas. Este método, un tanto farragoso para compartir un archivo, puede suponer, sin embargo, un ahorro en disgustos digitales al evitar que nuestras fotografías más naturales acaben en una galería online de erotismo amateur por culpa de alguna ex pareja retorcidamente envidiosa. Y es que a veces el amor, como los teléfonos móviles, se rompe de tanto usarlo.

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