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El "agravio comparativo" del País Vasco con Madrid, Andalucía o Valencia en los informes técnicos publicados por Sanidad

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso

Después de semanas esperando, el Ministerio de Sanidad publicó por fin todos los informes con los que justifica sus decisiones de cambio de fase para cada comunidad autónoma. Una documentación que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya anunció que harían pública una vez la todo el país hubiera pasado a la fase 1, condición que se cumplió este mismo lunes.

En estos informes, que presentan algunas incongruencias, se detalla punto por punto cuáles han sido los criterios para dejar pasar de fase -o no- a cada comunidad autónoma durante las últimas semanas. Están fechados entre el 3 de mayo, cuando las islas de La Graciosa, El Hierro y La Gomera, Canarias, y de Formentera, en Baleares, avanzaron a fase 1, y el 22 de mayo, cuando el ministro anunció que toda España ya estaba en esa etapa.

Uno de los principales focos de controversia durante el proceso de 'desescalada' ha sido, por un lado, la falta de transparencia por parte de Sanidad a la hora de determinar qué criterios ha utilizado para tomar estas decisiones y por otro, la indignación que ha surgido entre algunos líderes autonómicos, como es el caso de Ximo Puig, en Valencia, o Juanma Romero, en Andalucía, que han acusado al Ministerio de Sanidad de “agravio comparativo” -una calificación que hizo el propio Puig en su día- cuando rechazó alguna de sus solicitudes de fase, algo que no ha ocurrido en otras regiones, como es el caso de País Vasco, Navarra o Aragón.

El País Vasco es uno de los ejemplos más utilizados entre los líderes autonómicos para criticar las divergencias que hay entre las decisiones de Sanidad en función de la comunidad autónoma, a raíz del pacto con el PNV y al hecho de que la región ha sido una de las que ha logrado avanzar sin negativas por parte del Gobierno. Tanto es así que desde el Gobierno de Euskadi, donde acaban de entrar en la fase 2, plantean solicitar que, de cara a la próxima semana, se permita la movilidad entre provincias. 

Andalucía cree que se han usado "criterios políticos"

Este último punto ha caído especialmente mal en Andalucía, donde el consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior y portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo (PP-A), criticaba que la publicación de estos informes certifica que “hubo criterio político” detrás de la toma de decisiones de Sanidad. Desde la Junta están airados contra el Ministerio por no permitir que dos de sus provincias, Málaga y Granada, avancen al mismo ritmo que el resto de la comunidad autónoma. Se encuentran rezagadas con una semana de diferencia en la fase 1, mientras el resto de la región disfruta ya de la fase 2. 

Cuando Sanidad cuando acordó dejar a Málaga y Granada en la fase 0, uno de los argumentos fue la “elevada” tasa de incidencia del virus en las dos provincias 

En concreto, Bendodo hace referencia al informe técnico del Ministerio fechado el pasado 8 de mayo, cuando acordó dejar a Málaga y Granada en la fase 0. En concreto, de acuerdo con el documento consultado por este diario, uno de los argumentos de Sanidad fue la “elevada” tasa de incidencia del virus en las dos provincias durante los últimos 14 días y porque “no se podía garantizar el control de movilidad” entre ellas. 

En el informe del País Vasco, señalan que la incidencia con fecha del 8 de mayo era de 42,89 casos por cada 100.000 personas, mientras que en el mismo periodo la incidencia en Granada era de 21,1 casos por cada 100.000 personas y en Málaga de 7,2 casos por cada 100.000 personas. No obstante, lo que ha omitido señalar el consejero andaluz es que el País Vasco fue capaz de reducir ese número para entonces a 11,4 casos de PCR por cada 100.000 personas en cuestión de una semana.

No obstante, Bendodo también ha criticado que a día de hoy la tasa de casos positivos de coronavirus confirmados por PCR por 100.000 habitantes en los últimos 14 días se sitúa en Málaga en 2,6, y en Granada en 3,98, mientras que la del conjunto de Andalucía es de 1,96, menor no sólo que la de el País Vasco, sino también inferior a la de Navarra o Aragón, entre otras comunidades.

La Rioja y el País Vasco, las que más PCR hacen

La realidad es que el País Vasco logró pasar de fase no por presentar una menor incidencia del virus, sino porque logró desde un primer momento organizar a sus servicios sanitarios para vigilar y detectar nuevos casos de covid-19, según explica Sanidad en el informe técnico. También, según el informe de Sanidad, porque solo La Rioja superó su capacidad diagnóstica, que el Ministerio tacha de "muy elevada".

El límite máximo de PCR diarias en esta comunidad podría incrementarse a 9.450 pruebas diarias que, en caso de necesidad, podrían llegar a ser de 6.000 más cada día. Entre las incongruencias antes citadas que se pueden observar en los informes del Ministerio está que, mientras en algunas comunidades, como en el caso de Euskadi, Sanidad detalla su capacidad de PCR diarias, en otras, como Galicia, se indica que existe "capacidad diagnóstica" en las cuatro provincias, pero solo se especifica las PCR que se han hecho a los casos sospechosos.

Euskadi tenía más casos sospechosos que Valencia 

No obstante, Andalucía no es la única región que siente que no se ha tratado por igual a todas las comunidades. Usando una vez más el ejemplo del País Vasco, tal y como adelantaba este martes el diario El Mundo, la región también logró pasar de fase pese a tener más casos sospechosos que la Comunidad Valenciana. Uno de los criterios básicos para determinar los cambios de fase es la capacidad de hacer PCR a los casos sospechosos. 

Según los informes, aunque el País Vasco realizaba más pruebas que Valencia a pacientes sospechosos, el número de casos sin detectar era más elevado en Euskadi

En el informe del 8 de mayo de la Comunidad Valenciana, se establece que no podría pasar de fase ya que presentaba 2.969 casos sospechosos a la semana (con una tasa de PCR del 20,7%), mientras que el País Vasco logró acceder a la fase 1 con un promedio diario de 1.309 casos sospechosos (con una tasa de realización de PCR del 41%).

Estos datos no parecen suponer problema alguno a priori. No obstante, en el caso del País Vasco se habla en todo momento del promedio diario, lo que implica que, a lo largo de una semana la región habría registrado muchos más casos que la Comunidad Valenciana. Es decir, que si bien el País Vasco realizaba más pruebas que Valencia a pacientes sospechosos de padecer covid-19, el número de casos sin detectar era más elevado en Euskadi: 2.355 en el caso valenciano, frente a los 4.000 que alcanzaría la autonomía vasca.

El "importante esfuerzo" de Madrid

En el caso de Madrid, en el informe del 8 de mayo, se recomienda ampliar la capacidad de realización de ese tipo de pruebas porque, según el Ministerio, podría resultar insuficiente en caso de rebrote. En el del 15 de mayo, se valora que la Comunidad había hecho "un esfuerzo importante" respecto a la semana anterior para reforzar su capacidad diagnóstica y su sistema de detección precoz y seguimiento de contactos en Atención Primaria pero se aconsejaba consolidar ese sistema en los días posteriores.

Ya es en el informe fechado el 22 de mayo, con la Comunidad a punto de pasar a la fase 1, es cuando Sanidad admite que la Comunidad presenta unos indicadores de diagnóstico temprano "aceptables" y, además, subraya que, en el caso de las PCR, ha incrementado "notablemente" su capacidad de realizarlas, pasando de 10.977 a 15.529 pruebas al día.

El ítem de las camas de UCI

Pero, si en los informes del 8 y el 15 de mayo Madrid, que todavía aspiraba a pasar a la ansiada fase 1, destaca por algo es porque esta comunidad -con 72,2 camas de agudos por 10.000 y de 2,8 camas de UCI por 10.000- estaba  "muy por encima de los mínimos establecidos" en su capacidad de camas de críticos y agudos.

Sanidad  subraya la capacidad demostrada por la Comunidad de Madrid para "aumentar sus capacidades de asistencia hospitalaria durante la onda epidémica, acreditando su capacidad de asumir en este ámbito los incrementos en la transmisión". 

Hay que recordar que Sanidad estableció dos requisitos imprescindibles para ese cambio de fase que eran, precisamente,que las comunidades dispusieran de entre 1,5 y 2 camas de UCI (justo el doble que antes de la pandemia) y entre 37 y 40 camas de enfermos agudos por cada 10.000 habitantes. De Extremadura, por ejemplo, se destaca que "se ha hecho un gran esfuerzo" para disponer de camas adicionales en caso de rebrote de la epidemia (las camas de agudos se han incrementado en 1.139).

El informe relativo al País Vasco indica que tiene una capacidad asistencial elevada. Sobre todo de cara a un posible rebrote. Y que la comunidad autónoma puede disponer de un total de 620 camas de críticos (2,8 por 10.000 habitantes) y de 8.509 camas de hospitalización de agudos (38,9 por 10.000 habitantes), superando la capacidad recomendada por Sanidad. 

Elevado nivel de coordinación en Euskadi

Euskadi vuelve a aparecer como ejemplo en cuanto al "elevado nivel de coordinación entre los distintos niveles asistenciales sanitarios, los servicios sociosanitarios y los servicios de salud pública" en los informes de Sanidad. El Ministerio destaca que se han establecido sistemas de triaje telefónico y circuitos de derivación para los posibles sospechosos, entre otras medidas.

En Madrid, en el informe fechado el 15 de mayo, el Ministerio admite que se está desarrollando un plan integral de 'desescalada' con acciones en diferentes ámbitos, aunque, matiza, no se especifican las acciones implementadas y las planificadas para la siguiente fase. Ya en el informe del 22 de mayo, se admite que la Comunidad está "consolidando" las mejoras que ha ido alcanzando en fechas anteriores y reforzando tanto Atención Primaria como Salud Pública y el control de las residencias.

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