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Política

Las cinco cabriolas de Podemos en el manejo de su moción de censura

Iglesias y los portavoces de Unidos Podemos-En Comú-En Marea durante el anuncio de la moción de censura.

Desde que el pasado 27 de abril el líder de Podemos, Pablo Iglesias, volviera a tratar de marcar la agenda política con el anuncio de una moción de censura contra Mariano Rajoy -el instrumento parlamentario más poderoso para desbancar al presidente del Gobierno- han sido varios los giros "estratégicos" dado por la formación morada. Unas veces por la necesidad mantener la tensión sobre esta iniciativa, que nacía muerta al carecer de apoyos parlamentarios suficientes, y otras veces por la premura de ir modulando el sentido de la moción a sus mejores intereses en función del curso de los acontecimientos. 

La última pirueta del partido de Iglesias es buscar la abstención del PSOE como "salida digna" a esta moción de censura. Hasta las primarias socialistas del pasado domingo, los distintos portavoces de la formación morada han estado reclamando al PSOE que se siente a negociar esta moción. Ahora, con la victoria de Pedro Sánchez sobre Susana Díaz y Patxi López, a la dirección de Podemos ya le vale con una abstención socialista para comprobar que el PSOE arranca su nueva etapa con otra predisposición al entendimiento. "Queremos hechos aquí y ahora", decía este martes la portavoz parlamentaria de Unidos Podemos, Irene Montero. La abstención del PSOE iría en esa línea. Lo contrario, el voto en contra, según afirma Podemos, será "sostener al partido de la corrupción en el Gobierno".

También el partido de Iglesias ha virado sobre sus propios pasos al ofrecer al PSOE, tras la proclamación de Sánchez como nuevo secretario general socialista, que presente ya (el plazo acaba este jueves) una moción de censura alternativa, lo que llevaría a la formación morada a apoyarla tras retirar la suya. ¿Por qué Podemos no hizo tal ofrecimiento antes de las primarias del PSOE? La moción de censura había estado anunciada desde el 27 de abril y en ningún momento sus promotores amagaron con no registrarla. La cuestión está en que Unidos Podemos ha mantenido reuniones contra otras fuerzas parlamentarias sin mucho éxito, pues sólo tiene asegurado el voto favorable de Compromís.

A la dirección de Podemos ya le vale con una abstención socialista para comprobar que el PSOE arranca su nueva etapa con otra predisposición al entendimiento

A ello se añade, en otra voltereta de Podemos para meter más presión a los socialistas, la manifestación que convocó la organización de Iglesias en la Puerta del Sol un día antes de la jornada de votación en las Casas del Pueblo. Y ello, pese a haber declarado previamente "máximo respeto por el proceso interno de otra formación política", en alusión al PSOE. "Tendrán que ser los militantes de ese partido los que elijan a su secretario general y nosotros no debemos interferir", manifestó Iglesias, al tiempo que pedía al futuro ganador de esas primarias, al que iba a ser elegido por las bases, que pensara "fundamentalmente en España y no en su partido" y apoyara la moción de censura tras el 21-M.

22 días después

Una cuarta cabriola ejecutada por el equipo de Iglesias ha sido la relativa al manejo de los tiempos. Iglesias compareció el día 27 de abril rodeado de los principales portavoces de Unidos Podemos-En Comú-En Marea y habló de la "urgencia" en debatir esta moción de censura para "echar al PP del Gobierno" después del estallido de la 'Operación Lezo' y de observar, según la formación morada, un "uso parasitario de las instituciones y del aparato del Estado" por parte de los populares. Sin embargo, el grupo confederal no registró la moción hasta el 19 de mayo, 22 días después de aquella rueda de prensa.

Tres semanas de diferencia que tienen una explicación concreta en el relato de fuentes internas: la cúpula morada varió su calendario inicial y decidió acercar lo más posibles el registro de la iniciativa a las primarias socialistas, decisivas para el rumbo del principal partido de la oposición. No pareció importar a Podemos que con el reglamento en la mano, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, podía alargar la convocatoria del debate más allá de los cinco días posteriores a la calificación de la moción por parte de la Mesa de la Cámara. Al final, el debate tendrá lugar el 13 de junio.

El candidato globo-sonda

El brinco más llamativo, el quinto de la lista, es el que llegó en forma de globo-sonda, cuando el propio Iglesias abrió la puerta a que el candidato de Unidos Podemos en la moción de censura fuera un independiente o una figura de consenso negociada con otras fuerzas. Este gesto sólo buscó ver cómo respiraba el PSOE, pues Iglesias siempre fue el favorito de la dirección morada, donde sonaron, no obstante, otros perfiles como José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del Tribunal Supremo, o el catedrático Vicenç Navarro, miembro del Consejo Ciudadano estatal de Podemos y del 'Gobierno en la sombra' de Iglesias. Hasta el pasado 19 de mayo la formación violeta no desojó la margarita. Y lo hizo con el nombre de su líder señalando que él no tiene ninguna hipoteca con los poderes fácticos y que es el activo de la formación morada que mejor llevaría a cabo un proyecto de gobierno alternativo.

Quedará por saber si realmente Iglesias no convenció a nadie para subir a la tribuna por él, tal y como sostienen fuentes parlamentarios de grupos contrarios a la moción. La respuesta de Podemos ante ello es recalcar que podrían haber "escondido" a Iglesias para "no quemarlo" y que, en cambio, han querido que sea él quien dé defienda esta iniciativa para "desalojar" a Rajoy del Gobierno.

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