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Opinión

Turismo y saqueo

Es difícil encontrar un miembro del Gobierno que haya causado más daño a las economías de la familia y las pymes que Teresa Ribera

El bloqueo administrativo compromete el objetivo de energías renovables del Gobierno
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera Europa Press

En la situación actual el determinante principal del turismo a nivel mundial es la covid-19 y, si concretamos más, podríamos hablar del fracaso relativo de las "vacunas" por su pérdida de eficacia en el tiempo, que es algo de lo que se conocía hace tiempo, de Israel y Reino Unido, pero que se confirmó definitivamente hace un mes con un estudio sobre 800.000 personas, publicado en la revista Science, y que también citamos al hablar de los riesgos bursátiles próximos. A todo esto hay que añadir, 8M aparte, la mala gestión de los políticos y su nula pedagogía, demostrándose una vez más su falta de criterio, su total desconexión con los ciudadanos y su codicia depredadora.

Un sector clave

Para España todo esto ha sido letal dada la importancia del turismo en nuestra economía, que el INE estima en torno al 12,8% del PIB en 2019 y, según el Banco de España, el neto del rubro "viajes y turismo" de la Balanza de Pagos (turismo extranjero), llegó a un máximo del PIB del 4,1% en 2018, aunque siempre se ha utilizado informalmente el baremo de que la mitad del turismo es exterior.

Lo cierto es que este año, de supuesta apertura, el número de turistas extranjeros ha caído (ver gráfica anterior) en plena campaña turística al peor nivel estacional, tras pasar una sequía casi absoluta en ciertos momentos. Por si fuera poco, el sector sufre el azote de políticos como Colau, que va a saco, al punto que la cadena AC Hoteles ha parado sus inversiones en Barcelona y, si no se va, es por no vender a precio de saldo. ¿La comprarían los amigos de la Colau?

Garzón, otro economista

Es difícil pensar en nuestro sector turístico y no acordarse de la tontería que dijo sobre el mismo el ministro Alberto Garzón, otro economista político como Pedro Sánchez, también conocido como el neozelandés por unas fotos muy pijas que compartió en RR.SS. sobre su viaje a las antípodas, sitio donde tampoco encontró el sentido común.

Sus declaraciones en plena crisis por la pandemia despertaron las alarmas en el sector pues, dada "nuestra" forma de Gobierno, tan pronto un cabestro salta una valla los otros van detrás. Por lo visto al señorito, en el peor sentido del término, que igual no ha trabajado nunca, la actividad turística le parece poco productiva; podríamos ponerle a este admirador de los Castro y la narco dictadura venezolana cientos de ejemplos de actividades y empleos de alta remuneración (pilotos, mecánicos, tripulaciones, etc.) que dependen del turismo y que, a diferencia de él, si no lo evitamos, mantendremos de por vida, son importantes contribuyentes netos, pero sería perder el tiempo con un sujeto cuya ideología impulsa a todos los niveles el parasitismo, la educación depauperada, los okupas, la inmigración masiva irregular, el saqueo fiscal y leyes que impiden a la policía hacer su trabajo. No extraña pues que cada día más personas y empresas planeen irse de España o no residir aquí.

¿Pero de dónde salen estos individuos? Pues del sistema electoral de esta partitocracia, como hemos explicado aquí tantas veces, una aberración política que cada día que pase degenerará más. La mejor demostración de eso tal vez sea la que da en un video, que debe verse aunque el personaje es bastante "aburrido", un diputado compañero de escaño del mismo Garzón. En él explica la desconexión total entre ciudadanos y unos diputados que simplemente hacen lo que les dice el órgano director del partido, que vayan Ustedes a saber para quién trabajan, pues algunos parecen a sueldo de Marruecos u otros gobiernos aficionados a repartir sobres. Ante esto siempre aparece alguno que dice "disfruten lo votado", como si en una partitocracia votar sirviera de algo (salvo para legitimarla), y si no, pregúntenles a los votantes del PP en Baleares o Galicia.

La economía de las familias

En un sector donde la parte exterior se ha hundido, con visitas en verano factura similares al invierno, solo le queda aguantar con el empuje doméstico, también muy afectado por la pandemia y por el aumento del saqueo fiscal; recordemos que los sectores de comercio, transporte, hostelería y actividades recreativas generan un 25,7% del PIB. Para hundir esto está Teresa Ribera, que ya es difícil encontrar una ministra que haya hecho más daño a la economía de las familias y de las empresas, sobre todo a los más pobres y a esas grandes empleadoras que son las pymes; digo difícil, porque la competencia entre los ministros por saquearnos es durísima.

Teresa Ribera, una abogada que, por lo visto, no ha sido (ni lo será) contribuyente neta en su vida, y que aterrizó con un programa integral de sostenibilidad (¿de quién?) de tal calibre que de inmediato produjo la sospecha de que se lo hizo un lobby. ¿Cuál? No sabemos, pero pertenece a varios organismos globalistas, como el Foro Económico Mundial o Foro de Davos, ese que dice que "no tendrás nada" (porque te saquearán) "y serás feliz" (según sus criterios, claro), todas instituciones sin ninguna legitimidad democrática, como "nuestro" Parlamento, que no es representativo de los españoles. ¿Algún diputado o diputados a dedo investigará eso? No, obviamente, como tantas cosas. Además, aquí no hay lobbies, que lo dicen los políticos.

La adversa gestión de esta ministra y sus colegas, que parece que nos toman por idiotas, ya la denunciamos desde el primer momento cuando entró en tromba con "su" plan. No contenta con eso, ahora va incitando a los municipios pequeños a perseguir a los propietarios de vehículos con motores de combustión interna igual que hace algún municipio grande con problemas de contaminación; ya verán como algún cabestro saltará la valla tras la "sugerencia". Por si fuera poco, el Gobierno avisa de nuevos impuestos al gasóleo, el gas y el transporte, destacándose otra mal idea para mantener parásitos: los peajes a las autovías, que como la nunca aplicada tasa Tobin, pensada para reducir el número de transacciones y no para recaudar, reducirán el número de viajes, el turismo de fin de semana y la recaudación por combustibles, produciendo más paro, déficit y récords históricos de deuda pública, es forma de expoliarnos a futuro.

El saqueo de los políticos es permanente. Tras hacerlo con la burbuja inmobiliaria, en las costas y cargarse la energía nuclear, pasaron a expoliarnos por el uso de la vivienda y por el transporte (verdadera causa de la inflación actual, como demostrarnos) y ahora con el uso del segundo activo de las familias: el automóvil, en especial con los de motores a gasoil, el más común entre los españoles más pobres. Y eso sin olvidarnos de su amancebamiento con otros oligopolios, como el bancario, siempre haciendo méritos para que los nacionalicen, que se ha lanzado a expoliar al ahorrista vía comisiones "porque tú, porque te", uno de los cuales se fundió parte de la explotación oligopólica acumulada en una, más que dudosa y descomunal, inversión exterior justo antes de una maxidevaluación. ¿Raro no? ¿Piensa hacer algo el gobernador del Banco de España? Obviamente no, como los diputados a dedo de antes. No extraña pues que, al menor resfriado, el ruinoso Ibex se caiga mil puntos. Padecemos un todo disfuncional, antieconómico y depredador.

¿Alguna buena noticia?

Como su invento económico no funciona, utilizaron la vacuna como solución, a ver si la economía, a la cola de la OCDE, arrancaba, hasta que los vacunados empezaron, por su culpa, que ya había estudios que lo indicaban, a contagiarse entre sí. ¿Ante el desastre qué hicieron? Distraer de su mala gestión utilizando una vieja argucia muy española: jalearon a vacunados contra los no vacunados, una minoría ínfima, en su mayoría extremadamente cuidadosa y que además es una especie de "grupo de control".

Bajo este estado de acoso gubernativo y a pesar de sus "expertos", de sus algoritmos, de sus verificadores y cártel televisivo, de pasaportes inútiles e ilegales, de las manadas de parásitos que te llaman "facha", "bebe lejía" o "tierraplanista" por criticarles, aún quedan personas valientes que hacen sentir su voz y que, con racionalidad, criterio científico y sentido común, critican al gobierno por la mala gestión de la pandemia; tal es el caso de Fernando del Pino, quien en su artículo "Caza de brujas vacunal" (no se lo pierdan), les ha hecho la mejor crítica hasta el momento y que ojalá estuviera con los que queremos acabar con esta partitocracia depredadora.

La otra buena noticia, sin duda de muchísimo mayor calado, es que cuando se analiza el último dato de crecimiento del PIB tras la apertura, un raquítico 2.7% en tasa anual sobre un año pésimo como el 2020, encontramos que 1,2 puntos (de esos 2,7; el resto, 1,5 puntos, son por demanda interna) son aportación neta del sector exterior, y eso en un año con el turismo exterior en mínimos estacionales y con el gas y el petróleo mucho más caros, demostrándose que, quienes menos dependen de esta forma de gobierno que facilita el saqueo político, producen buenos resultados para todos. Ese es el camino, que además nos señala un gran propósito para 2022: librarnos de la partitocracia. ¡Feliz Navidad!

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