La creación de relatos propagandísticos exitosos, tan bien divulgados como falaces y tan demagógicos como triunfantes, ha sido una constante en el sanchismo durante casi ocho años. Creaban una realidad virtual, la edulcoraban con buenismo magnético, contaban -y siguen contando- con un aparato mediático militante y sumiso, e imponían en el ideario colectivo versiones de los hechos que siempre mantenían la apariencia de creíbles. Eran maestros en eso. Sembraban mentiras tan bien diseñadas y adornadas de buenismo trascendental que pasaban por verdades absolutas. Las terrazas y los aeropuertos están repletos… ergo España va como un cohete. Y si no hay vivienda y los jóvenes andan con precariedades raras de fijos discontinuos y con la lengua fuera, eso es sólo una mala herencia de gobiernos rancios, derechistas y privatizadores cuyas fórmulas están tan caducas como las democracias liberales. Oye, y el sanchismo ganaba en la jerarquización del mensaje porque, a fin de cuentas, las tragaderas son infinitas y nadie lee el BOE. Demasiada letra pequeña.
Sin embargo, en estos días de sudores fríos y fracasos parlamentarios hemos asistido a tres relatos del férreo argumentario de la izquierda que han retratado la inmensa contradicción iliberal con la que Pedro Sánchez se propone seguir ahogando a los españoles a la vez que se debilita. Tres relatos, por cierto, que han quedado en evidencia por insostenibles. E incluso, por burdos. Primero, Trump y la amnistía concedida a los trumpistas. Por partes. Los separatistas catalanes que invadieron la Delegación de Hacienda en Barcelona en 2017 y forzaron a una funcionaria judicial a salir por el tejado son ya hoy, gracias al Gobierno, un ejemplo de convivencia, normalización, concordia y perdón justificado. En cambio, los indultos concedidos por Trump al del gorro orejero con cuernos de bisonte, al de las plumas indias y al tuerto con un parche en el ojo son la concesión indigna de una ultraderecha peligrosa capaz de liberar a delincuentes a sueldo para seguir desguazando un régimen de garantías. Los indultos de la izquierda son bonhomía política y justicia poética hacia una paz gandhiana. Los indultos de Trump son abusos arbitrarios para blanquear los ataques de criminales a las libertades cívicas contra una democracia ejemplar.
Los indultos de Trump son guerracivilistas, y los de Sánchez, pacificadores. El PP no gobierna pero maltrata a los pensionistas. Y la ‘tecno-casta’ es odiosa… salvo cuando la tienes en casa
Esta doble vara de medir con relatos fabricados es relevante por dos motivos complementarios. Trump lo ha hecho por convencimiento, pero Sánchez lo hizo por necesidad. Lo cierto es que Trump se comprometió a conceder los indultos durante su campaña, de modo abierto y sin complejos, y la ciudadanía votó en libertad avalando esa promesa. Sánchez en cambio se comprometió exactamente a lo contrario porque lo de Junqueras y Puigdemont era “una rebelión de libro”. Además, Trump no necesitaba hacerlo porque tiene mayoría sobrada. Pero Sánchez lo hizo exactamente por lo contrario, porque era su oxígeno para poder transformar una minoría deforme en una mayoría epiléptica. En esta izquierda estrábica y sectaria -la misma que calla cuando Biden indulta a cinco familiares, ¡cinco, eh!-, el relato ambivalente sobre los indultos está basado solo en el prejuicio ideológico, en el sectarismo identitario y en la pura aritmética parlamentaria. Por eso cae por su propio peso. Unos indultos son buenos y otros malos no en virtud de sus consecuencias, sino de la ideología de quien los impulsa. ¿Conclusión? Sánchez es el genuino pacificador progresista, y Trump, un revanchista capaz de poner en la calle a asesinos en potencia.
Segundo. Si no tienes vivienda, es culpa de Aznar, que dejó de gobernar en 2004. Si no tienes un empleo próspero, es culpa de Rajoy, que dejó de gobernar en 2018. Y si no revalorizas la pensión, es culpa de Núñez Feijóo. Relato: si apruebas una ley que excarcela terroristas o violadores, eres el “puto amo”. Y si no logras sacar adelante tus leyes como Gobierno, movilizas a los sindicatos contra la oposición que no gobierna... y asunto resuelto. Para eso son los manguerazos de fondos europeos. Sánchez decía “no es no” al PP por principios, por ética política, porque no podía apoyar nada de la derecha. Pero si hoy la derecha hace lo mismo, causa “dolor social”. El Sánchez opositor sólo practicaba el izquierdismo y lo justificaba con lógica aplastante: no siendo de derechas, ¿por qué iba a votar a favor de políticas de derechas? Pero si la oposición hoy hace de oposición, es decir, si hace lo que debe, que para eso cobra, es “oposición destructiva”. El argumentario no deja de ser inquietante. Sánchez decía “no” y era el eje constructor de un Estado social de progreso y de derecho. Pero cuando el PP o Vox dicen “no”, son solo monstruos destructivos de las clases medias y del merecido descanso de los pensionistas.
Si no tienes vivienda, es culpa de Aznar. Si no tienes un empleo próspero, es culpa de Rajoy. Y si no revalorizas la pensión, es culpa de Núñez Feijóo. Relato: si apruebas una ley que excarcela terroristas o violadores, eres el “puto amo”
Bien podía Sánchez hacerse un Trump, firmar 80 decretos por separado, someterlos a votación, ganar unos cuantos de ellos con sus socios y con la oposición -porque son de sentido común-, y regalar después los rotuladores usados para la firma mientras sonríe a la chusma como si le hubiese garantizado su salvación eterna. Como Trump. El mero planteamiento de este relato del que tan burdamente ha abusado el PSOE estos días resulta casi insultante de puro simplismo.
Finalmente, de los creadores de la ‘fachosfera’, llega la ‘tecnocasta’. Sánchez ha pasado de ser el adalid de la digitalización, el gurú de la innovación tecnológica y el sustento del emprendimiento a ser el azote de los elonmusks del planeta. Todos los ‘tecno-woke’ reculan, imploran ahora un hueco junto a Trump, se desentienden del ultrafeminismo irracional prefabricado… y llega Sánchez, se inmola ante el presidente norteamericano, y se erige en frontón contra la ‘Internacional ultraderechista’ para defender valores de progreso incuestionables. La fabricación de lemas siempre es brillante en la izquierda. No puede negarse el alarde imaginativo de asustar con el miedo y el horror a la llegada inminente de dictaduras incipientes. “Acojone persistente”, dicen los ideólogos de La Moncloa.
Esta izquierda de neo-autócratas de diseño tendría más éxito si no tuviese un conflicto cada vez más enredado con esos ‘softwares’ diseñados a la medida de primeras damas
Pero probablemente esta izquierda de neo-autócratas de diseño tendría más éxito si no tuviese un conflicto cada vez más enredado con esos ‘softwares’ diseñados a la medida de primeras damas que querían promover, pastizal en el bolso mediante, exactamente lo mismo que esa odiada ‘tecnocasta’ de la que el sanchismo abomina: digitalización, innovación tecnológica y emprendimiento. ¿Tener a la ‘tecnocasta’ en casa y despreciar a la ‘tecnocasta’ al mismo tiempo? No sé. Hay algo que no cuadra en el relato. De hecho, ya nada cuadra en los relatos del sanchismo. Gurús sin buenas ideas, argumentarios endebles, carencias imaginativas… Estas milongas de ahora son demasiado básicas, demasiado facilonas. Montajes como el del ‘Aquarius’ y el drama inmigrante eran igual de demagógicos, pero más elaborados. Hoy los pensadores del ‘Gobierno bonito’, los cerebros de la manipulación, andan de capa caída.
lareforma2024
27/01/2025 08:51
Como la gente no es tonta, muy, muy pocos creen el relato. Pero muchos son clientes en sentido romano. Seguirán votando a quien les mantiene sin tener que esforzarse, sabiendo que aunque dilapide la riqueza y no se repone, que arreen los que vengan detrás, aun siendo sus propios hijos los que tengan que arrear. Antes los padres luchábamos por mejorar el futuro de nuestros hijos. Ahora los padres clientelares han decidido que la vida es corta y hay que aprovecharla, aunque sean sus hijos los que sufran las consecuencias que, siendo generoso, es posible que ni se planteen el futuro que les dejan a sus hijos. Saludos.
Messidor
¿Ah, sí? ¿Kamala es la Yoli? ¿Y dónde está el pico del tucán, listo? XD
Techlogic
100 !!
MataNarcisos
27/01/2025 09:06
Pero si dice que va a buscar votos hasta debajo de las piedras..... Para seguir en el Palacio, y volando en los avioncitos pagados por los contribuyentes.... Así de desesperado anda, el mismo lo corrobora, y da fe de ello.
rrg000
27/01/2025 09:57
A sanchez no hay que seguirle el juego. Es un manipulador sin escrúpulos.
Ratwulf
27/01/2025 12:15
Lamentablemente y a nuestro pesar tenemos Sachismo para rato. No confundamos deseo con realidad.
Sinama-Pongolle
27/01/2025 13:03
Apaga y vámonos señor director. Si por algo se caracteriza Sanchez es por ser una persona ruin. Es como pedirle peras al olmo.
Sinama-Pongolle
27/01/2025 13:05
Ratwulf esa no es la actitud, no hay que tirar la toalla. Meter presión, salir a la calle, hacerse oír… Es nuestro momento.
polplancon
28/01/2025 10:02
El poder del déspota criado a los pechos de una arpía se desmorona inexorablemente. Tardará más o menos en caer dependiendo de la correlación de fuerzas, pero ya no hay vuelta atrás. El hedor de la corrupción absoluta ha hecho que se caiga su máscara y se vea la podredumbre que tapaba.
ses_
28/01/2025 11:04
Gracias por el análisis, muy triste realidad