El ambiente del hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, tras la aprobación de la Ley de Amnistía, fue el pasado jueves tristemente fúnebre y los débiles aplausos del Grupo Socialista sonaron a campanilla en misa funeral. En el libro colectivo de obligada lectura para todo el que quiera comprender el alcance y significado de esta infausta norma La amnistía en España. Constitución y Estado de Derecho, coordinado y dirigido por Manuel Aragón, magistrado emérito del Tribunal Constitucional, Enrique Gimbernat, catedrático emérito de Derecho Penal y Agustín Ruiz Robledo, catedrático de Derecho Constitucional, se reúnen setenta y tres contribuciones de juristas de reconocida solvencia más cinco de pensadores de primer nivel tras cuya lectura la conclusión no es otra que la de su palmaria inconstitucionalidad. Este es un dato para tener en cuenta a la hora de seguir los acontecimientos que se producirán tras la ominosa sesión plenaria del Congreso referida.
Ahora bien, si este hecho evidente no fuera ya por sí solo un motivo plenamente justificado de escándalo e indignación, los efectos de esta ley van mucho más allá de su estricto ámbito, el borrado de los graves delitos cometidos por los auspiciadores, impulsores y ejecutores del llamado procés que culminó en la consulta ilegal del 1 de octubre de 2017 y la fugaz declaración de independencia posterior. Por duro que suene, lo que se ha perpetrado en la votación de la Ley de Amnistía ha sido el entierro del legado de la Transición y el resquebrajamiento del orden constitucional vigente, la reapertura de las heridas en el cuerpo de la Nación que se cerraron hace cuarenta y seis años y el inicio de una nueva etapa de nuestra historia de resultado incierto y de muy posible desgarramiento traumático de nuestra sociedad.
Según su desaprensivo promotor, esta ley traería la pacificación de la cuestión catalana, la concordia nacional, la “desjudialización” de la política y una era feliz de estabilidad, armonía y prosperidad. La exultante declaración del triministro Bolaños junto a las puertas del Parlamento en la que se autofelicitó por tan notable logro y proclamó que los socialistas estaban “orgullosos” de esta tropelía jurídica y moral, refleja hasta qué punto el impudor y la desfachatez más repulsivas se han adueñado de un partido que fue en su día un sólido pilar de la unidad y la concordia entre españoles.
El largo y pedregoso camino que sin duda recorrerá la Ley de Amnistía hasta su eventual entrada en vigor a su paso por el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y el Tribunal de la Unión Europea, permiten augurar un tiempo de sobresaltos, inestabilidad y agitación social
Ninguna de sus predicciones se está cumpliendo. Los separatistas se han apresurado a dejar bien sentado que la independencia de Cataluña es su invariable objetivo y que el próximo paso que van a exigir a Pedro Sánchez es la celebración de un referéndum de autodeterminación, lo que indica que su beligerancia no ha disminuido ni un ápice. Por otra parte, la convocatoria sorpresa de elecciones autonómicas anticipadas por Pere Aragonés demuestra la nula consideración que los secesionistas tienen por su aliado de la Moncloa, al que otorgan una categoría puramente instrumental.
Todo apunta a que la etapa sanchista está llegando a su final, pero el empecinamiento del presidente del Gobierno, su absoluto desprecio por el interés general, sus probadas capacidades de mendacidad y traición y su egolatría patológica pueden todavía causar un daño considerable, quizá difícilmente reversible. El largo y pedregoso camino que sin duda recorrerá la Ley de Amnistía hasta su eventual entrada en vigor a su paso por el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional y el Tribunal de la Unión Europea, permiten augurar un tiempo de sobresaltos, inestabilidad y agitación social enormemente perjudicial para nuestra economía y para nuestra reputación a nivel internacional.
Cabe la tenue esperanza de que esta crisis aguda de nuestro sistema institucional y político haga reflexionar a la futura mayoría sobre la necesidad de emprender reformas estructurales quirúrgicas de nuestra arquitectura constitucional o, por lo menos, de nuestra legislación en muchos campos clave para nuestra convivencia en paz, cohesión, igualdad y libertad. España se acerca peligrosamente al abismo y el margen que nos queda para evitar la caída definitiva es cada vez más estrecho.
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No lo van a conseguir, no van a cargarse los valores de la Transición, cuando ellos son la personificación negra de los antivalores, todo lo contrario de lo que queremos los españoles, nos llevan por una senda disparatada, ver a ese hortera con pelo de adolescente y cabeza de chorlito autofelicitándose demuestra su incapacidad de conducir esta nación. ¡No lo lograrán, el sentido común, como ha hecho en Galicia, los irá apartado.
No hay duda de que el Sr. Vidal Quadras acierta en su diagnóstico. La contemplación de la realidad de la España de hoy en día no deja lugar a muchas interpretaciones. Pero lo realmente importante no es acertar con el diagnostico sino acertar con el tratamiento.
Pero un partido como el PP propone como solución actuar de la misma forma ante medidas inconstitucionales que ante las constitucionales. Cuando todo el mundo en la judicatura, jueces, fiscales, abogados, etc. se están manifestando contra la manifiesta inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía no puede ser que en el Senado, con mayoría absoluta del PP, se dé tratamiento a esta Ley inconstitucional como si fuera una Ley Constitucional y no puede ser, que ante la indignación de la judicatura, el PP se reúna con el PSOE, con la presencia de un mediador internacional, para repartirse los miembros del CGPJ como si no pasara nada.
Afortunadamente hay otros partidos con representación parlamentaria que proponen otras medidas perfectamente constitucionales pero que son obviamente medidas excepcionales ante esta situación de excepcionalidad.
El Sr. Vidal deposita su tenue esperanza en la aparición de un nueva mayoría, supongo que conformada en cuanto a representación por PP y VOX, pero que como ya hemos visto hasta la saciedad el PP pretenderá manejar como si fuera su mayoría absoluta, que haga las “reformas estructurales quirúrgicas” necesarias.
Vista la actuación del PP y sus proyectos de futuro me parece que el Sr. Vidal Cuadras es demasiado optimista sobre la futura efectividad de las recetas de esta mayoría si los españoles deciden que esté muy descompensada hacia el PP.
La única posibilidad de reencontrar el camino hacia una España decente, cristiana, honorable y que tenga importancia en el Mundo, es qque en ese funeral que observamos el día 14, es que en esa Misa-aquelarre hubiera un féretro de más de dos metros encabezando el entierro. Un féretro de un indigno, tapizado de rojo y morado y, encima de él la figura de un Leviatán. Las lloronas y llorones por un día, caerían como moscas ante pútrido féretros y se dispersarían pidiendo limosna en cualquier callejuela. Si cayera el árbol, la fruta podrida caería, sus siervos abandonarían toda esperanza porque no son nada ni nadie sin el amo que les encontró tan miserable trabajo. Los españoles de bien respiraríamos tras ese funeral gótico de tan nefasto personaje. Un abrazo, una vez más, de un pariente que te estima y se alegra de tu recuperación.
En tv3 lo saben quien negoció y pacto la llegada de Tarradellas, en este medio la censura del medio impide poder poner el nombre.
Suárez dio, a Tarradellas por orden de Juan Carlos unos cientos de millones y en título de presidente en el exilio, que entre 1975 a 1978 pacto y negoció con todas las partes que crearon esa transición y la constitución, para ser el rey y jefe de estado. Pero Vidal Quadras no es capaz de reconocer que en Portugal los acontecimientos en el país llevaron a los Nixon, Ford, el gobierno de la RFA y el SPD a intervenir tanto en Portugal y España, por el miedo a los partidos comunistas ibéricos, Italia, Grecia, Francia.
Alejo no se ha leído, se interpreta al no reconocer que Portugal tiene una constitución, que dice que es estadio autonómico como aquí, sin representación de partidos no nacionales en la única cámara de representantes nacional.
Eso no les interesa a uno solo de los que protestan por escrito cobrando, o por hablar como opinadores de lo que pasa en España
Aznar a propuesta de Pujol le saco de su cargo, pero prefiere no reconocer que el acepto por interés personal que Pujol tuviera en sus manos la construcción de las estructuras para crear la nación catalana, Pujol puso a eso su proyecto desde el poder entregado. Creo la Crida por lo que paso con Losantos. y a Alejo como dirigente del PP en el que estaba Marhuenda, no movieron un dedo.
Señor Vidal-Quadras, el espíritu de la supuesta reconciliación que su entender selló la Transición fue primero dinamitado por el Sr. Aznar (si, si el mismo que pacto con el Sr. Pujol apartarle del PP catalán) con su condena al régimen de Franco 25 años después de su muerte y luego enterrado con la Ley de memoria histórica de Zapatero, respetada y acatada por Rajoy y sus secuallas. Ese espíritu de reconciliación no ha existido. Más bien lo que tenemos es una imposición de una agenda cultural bolivariana por parte de la psoe con la complacencia del PP que está a otras cosas y no se entera de que va el juego. Ese es nuestro drama.
No perdamos el tiempo. ¿Qué esperaba que dijese Bolaños a la salida del Congreso?
En un sentido diferente a la que entiendes "éstos", la transición está vieja, el régimen del 78, obsoleto.
El telégrafo cambió el Mundo pero ahora usamos "ífon", o "sansun".
"Por duro que suene, lo que se ha perpetrado en la votación de la Ley de Amnistía ha sido el entierro del legado de la Transición y el resquebrajamiento del orden constitucional vigente, la reapertura de las heridas en el cuerpo de la Nación que se cerraron hace cuarenta y seis años y el inicio de una nueva etapa de nuestra historia de resultado incierto y de muy posible desgarramiento traumático de nuestra sociedad."
En primer lugar, el cierre de algunas de esas heridas se hizo en falso porque no se afrontó con valor la secular aspiración de los catalanes y de los vascos a ser dueños de su futuro, sin depender del estado español; en segundo lugar, la herida más peligrosa para la paz entre los españoles no es la fractura entre los centralistas y los separatistas sino entre la izquierda y la derecha, que provocó la Guerra Civil de 1.936.
Nunca más debe producirse otra guerra entre españoles de derecha y de izquierda, ni entre centralistas y separatistas, porque todos somos europeos y pertenecemos a la misma civilización, la occidental. La verdadera amenaza para la supervivencia de España como nación del mundo cristiano y occidental es la masiva inmigración islámica y la casi inevitable guerra con Marruecos a causa de las ciudades de Ceuta y de Melilla.
Por otra parte, la inestabilidad parlamentaria y la parálisis administrativa que se producen repetidamente en España se deben a una Ley Electoral completamente absurda. Las elecciones generales se deberían celebrar en circunscripción única, que abarque todo el territorio nacional, y si ningún partido o coalición pre-electoral obtuviera la mayoría absoluta de escaños en el Congreso (el Senado es irrelevante y, por tanto, debería desaparecer) se realizaría una segunda vuelta, en un plazo de dos semanas, entre los dos partidos o coaliciones que hubieran obtenido más votos en la primera vuelta.
"...pero el empecinamiento del presidente del Gobierno, su absoluto desprecio por el interés general, sus probadas capacidades de mendacidad y traición y su egolatría patológica pueden todavía causar un daño considerable, quizá difícilmente reversible..."
¿Cómo que difícilmente reversible? Absolutamente irreversible. Estos tipos ya han consagrado la existencia de españoles cinco estrellas (Cataluña y País vasco/Navarra), algunas tres estrellas (Valencia, Madrid, Baleares) y el resto en fondas y pensiones.
Naturalmente, no se puede negar que lo que sí ha conseguido la izquierda ha sido aplazar la secesión de Cataluña (y la del País Vasco) por tiempo indefinido. Les falta decirnos que semejante logro se ha conseguido a costa de que ambos... territorios (último hallazgo de lenguaje para no decir comunidades autónomas: eso parece que no les gusta, y como mandan ellos...), de que ambos territorios, digo, vivan mejor con nuestro dinero ¿Independencia, dice usted? Estuviéramos tontos.
Los nacionalismos han jugado muy bien sus cartas y han aprovechado los abundantes resquicios que les brinda la Constitución para conseguir sus propósitos.
Se puede decir sin tapujos que la Transición ha sido un rotundo fracaso.
Acuerdo con el artículo.
Me quedo con "la necesidad de emprender reformas estructurales quirúrgicas de nuestra arquitectura constitucional o, por lo menos, de nuestra legislación en muchos campos clave para nuestra convivencia".
¿Vd. ha visto que el PP se plantea siquiera en algo en tal sentido?