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Opinión

Cuando Pedro Sánchez perdió la 'virginidad' en la tele de Berlusconi

Pedro Sánchez perdió la 'virginidad' televisiva con 25 años, un sábado por la noche de 1997. Aún era un estudiante, pero atesoraba ya el arrojo suficiente como para agarrar un micrófono y soltar una diatriba en un programa de máxima audiencia. Su intervención en 'Moros y Cristianos' marcó el arranque simbólico de una carrera política meteórica, marcada por una ambición exuberante y un don insuperable para adaptar su relato a los vaivenes de la realidad.

"¿Por qué nos ha mentido tanto? Tengo una larga lista", le espetó Carlos Alsina este lunes al mismo joven que se estrenó en el plató de Xavier Sardà y que llegó, 21 años más tarde, a presidente del Gobierno. La escena es hoy una joya de los archivos de Telecinco, de su era dorada, cuando arrasaban las 'mamachichos' y aquellos tertulianos que disparaban palabras por la boca como metralletas. Por ahí pasaron el Padre Apeles, Juan Adriansens, Javier Nart o Ramoncín. Y Pedro Sánchez, barbilampiño, pero absolutamente seguro de sí mismo, criticando a los jueces y a los medios que agitaban el Caso Gal. "Nació para ser presidente y, probablemente, él mismo siempre estuvo convencido de ello", ironiza un asesor que ha trabajado para altos cargos socialistas.

Es casi inevitable rememorar ese 'cachito' televisivo en una semana como la presente, que arrancó el lunes con un Sánchez defendiéndose con entereza en Onda Cero y continuó el martes con un 'masaje' agradable en El Intermedio. El Gran Wyoming le extendió la alfombra de La Sexta para que el político mostrara a la persona que lleva dentro. Confesó hasta su mote favorito: "Bizcochito".

Este miércoles hubo tiempo también para un encuentro bastante surrealista, en el que el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, era entrevistado… por el propio el presidente del Gobierno. Si Sánchez había usado el 'interrogatorio' de Alsina para demostrar osadía en territorio hostil, el presidente aprovechó el diálogo con su ministro para apuntarse los 'méritos' en materia laboral de su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Pedro Sánchez en estado puro.

Pedro Sánchez Escrivá
Pedro Sánchez, durante su entrevista en Ferraz al ministro de Inclusión, José Luis Escrivá.EP

El líder socialista repetirá la jugada de aquí a los comicios del 23-J. Tras Escrivá, acudirá al 'plató' de Ferraz el titular de Agricultura, Luis Planas. Es un ministro de las filas del PSOE y un candidato ideal para repasar lo que el Gobierno ha hecho para intentar atajar la subida del precio de los alimentos. La ocasión servirá a Pedro Sánchez para colgarse otra de las medallas por las que siempre ha competido Díaz, máxima defensora de limitar el coste de la cesta de la compra.

¿Entrevistará Pedro Sánchez a Calviño?

A Moncloa sólo le queda agendar la más que probable entrevista del presidente con Nadia Calviño, convertida en uno de sus estandartes de campaña y entregadísima a la causa. Algunos economistas tuvieron que visionar este miércoles dos veces su entrevista en Espejo Público, donde la vicepresidenta económica responsabilizaba a Luis de Guindos y a Pablo Hernández de Cos de la subida brutal de las hipotecas. Ambos están al frente de dos instituciones independientes, el Banco Central Europeo y el Banco de España. Las conoce bien Calviño, que fue alta funcionaria europea. Ver para creer.

A Pedro Sánchez sólo le queda un partido difícil en 'campo ajeno'. Tras la segunda entrevista de la semana en La Sexta (este domingo en 'Lo de Évole'), Pablo Motos le recibirá el próximo martes en el plató de El Hormiguero. No es descartable que el líder socialista salga airoso del encuentro, por mucho que le aprieten el presentador y sus hormigas. Alguien que se atrevió con 25 años a polemizar en la tele de Berlusconi es capaz de casi todo. Sobre todo, si tiene mucho poder... y está a punto de perderlo.

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