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Opinión

Notoriedad y discrepancia

La presencia de Page anuncia más debate del esperado por Sánchez en el comité federal
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EUROPA PRESS/Fernando Sánchez.

Están los medios informativos vuelta y dale con Emiliano García-Page, presidente de la Junta de Castilla La Mancha, posición a la que ha llegado no por designación graciosa de algún dedo ubicado en ese lugar de los prodigios que es el complejo de la Moncloa, sino por haber ganado con mayoría absoluta, sin mezcla de populismo ni de nacionalismo alguno, las elecciones autonómicas del domingo 28 de mayo de 2023, lo que la misma moche del escrutinio se averiguó ser una rareza única dentro del panorama de grave derrota para las candidaturas socialistas concurrentes a los comicios. Hubiera podido pensarse que esos resultados inatacables por los ácidos habrían proyectado su figura y agrandado su influencia en las filas del PSOE, pero sólo han servido para que pasara a infundir sospechas crecientes, hasta situarle al borde de la exclusión. Se diría que las jerarquías de Ferraz prefieren a los suyos derrotados y sumisos antes que victoriosos e inclinados a campar por libre en actitudes levantiscas y refractarias a la estricta obediencia.

Discutían los expertos, al inicio de la campaña de mayo para las elecciones de las Asambleas Parlamentarias de las Comunidades Autónomas, sobre los efectos que podrían derivarse de la intensidad con la que Pedro Sánchez se implicara porque sus afinidades con los indepes de Esquerra y Junts y con los abertzales de EH Bildu herederos de la banda etarra se calculaba que podía lastrar los resultados de las urnas en las municipales y autonómicas. Por eso, en Castilla La Mancha, Sánchez no estuvo invitado y si compareció lo hizo en ausencia de García-Page. El candidato, a partir de ahí, con el aval de los resultados, se consideró autorizado para distanciarse de las posiciones sanchistas en torno a las amnistías, los puigdemones y las indulgencias plenarias a quienes habiendo incendiado las calles, bloqueado las autovías, paralizado los ferrocarriles e interrumpido el tráfico en los aeropuertos, además incurrir en el delito de malversación llevándose los dineros del erario público para financiar tan denodados esfuerzos, eso sí con intenciones tan impecables como las de contribuir a la independencia y ayudar a las mejores causas de la Cataluña, Una, Grande y Libre.

Los que controlan el Partido Socialista de 2024 encajan mal la disidencia, la consideran un síntoma de decadencia. Por eso, sus portavoces han querido invalidar a Page con el reproche de que pretende edificar su notoriedad sobre la base de discrepancias

En las antípodas del “haz bien y no mires a quien” aparece el recurso de Maurice Joly empeñado en que el fin justifica los medios. Pero hemos de descartar de raíz que las buenas intenciones justifiquen sin más cualquier acción y advertir que la verificación de la bondad requeriría que nos dotáramos de un arco capaz de detectar esa cualidad que algunos invocan para auto amnistiarse. Volviendo a nuestro caso, Emiliano García-Page, sabe bien quiénes son sus electores y, por eso, dice lo que dice. Pero sus afirmaciones son tan insuficientes para los que le escuchan desde la orilla del desistimiento como excesivas para los que acampan en el área de la adhesión inquebrantable. Los que controlan el Partido Socialista de 2024 encajan mal la disidencia, la consideran un síntoma de decadencia. Por eso, sus portavoces han querido invalidar a Page con el reproche de que pretende edificar su notoriedad sobre la base de discrepancias. Sin embargo, una consideración más detenida esclarecería que la notoriedad de Page no deriva de la discrepancia en sí, sino del prestigio que en su caso le añade la escasez. Una escasez, rareza o improbabilidad, que multiplica siempre la noticiabilidad de un acontecimiento. Porque es indiscutible que, en nuestros días, la discrepancia respecto de lo que marquen Moncloa o Ferraz es un verdadero acontecimiento. Y quien entrara por esas veredas enseguida averiguaría que arriesga ser arrojado a la fachosfera. ¿Entendido?

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  • C
    Caballeria

    Joder, con perdón, magnifico comentario....no se puede añadir nada mas....

  • V
    vallecas

    Entendido.
    Siempre y cuando sea de uno en uno.
    Alguien sin mucha "sesera" invoca a la responsabilidad, al patriotismo de 3 ó 4 diputados socialistas que se quemen a lo "bonzo" contra Sánchez.
    Lo deseable es que hubiera una revolución interna y cuasi privada de no menos de 50 Diputados socialistas que le dijeran a Sánchez "se acabo".

    España está perdida, el PSOE está perdido si no es capaz de auto-limpiarse. Si el PSOE se alía con los enemigos de España. El PSOE se convierte en el enemigo mas terrible de España.