Opinión

Lazos de sangre y de impunidad en forma de ley

Tendrán que archivarse las causas contra la esposa, el hermano, el fiscal general y medio gobierno y partido del guapérrimo presidente

  • David, el hermanísimo, camino de la impunidad

El hermano de nuestro presidente declara ante la jueza que lleva su caso y nos deja a todos perplejos. Tras afirmar que trabaja mucho, todos los días, reconoce que es incapaz de localizar su oficina en un mapa. Se le pregunta cómo puede realizar tareas de organización para diputaciones que no conoce y responde que a él le gusta mucho Portugal, pero que Badajoz no le suena demasiado. El afortunado que afirma haber encontrado un chollo de puestazo mediante Google y que tuvo más fortuna aún cuando fue elegido frente a otras personas con un CV mejor que el suyo y mayor experiencia, no es capaz de nombrar ni siquiera a dos compañeros de trabajo.

 

Cuando se le pregunta qué es la oficina de artes escénicas su respuesta es para enmarcar: “Pues la oficina que se encarga de las artes escénicas, supongo”. No me imagino a Pérez Reverte explicando que la Real Academia de la Lengua Española es la Real Academia que se encarga de la lengua española. No, al menos, ante una jueza, porque no subestimo el sentido del humor de don Arturo en otros ámbitos.

Este hombre tiene las santas narices de sentarse en el banquillo sin haberse preparado absolutamente nada, ni siquiera ha sido capaz de buscar en el Google Maps dónde se encuentra la oficina donde supuestamente acude a trabajar todos los días

Me parece especialmente clave la explicación que hace la magistrada, antes de comenzar con las preguntas, para dejar claro que no se está juzgando que este señor vaya o no a trabajar, ya que el absentismo laboral no es un delito. Aunque, en mi humilde opinión, en puestos públicos, si no lo es debería serlo, ya que me parece que es una apropiación indebida del dinero que pagamos todos. La buena mujer insiste en que lo que se está juzgando es si hay algún tipo de uso de influencia para obtener ese trabajo y adaptarlo a sus necesidades concretas y no a las que requiere la Administración. Todas estas respuestas, con las que este señor deja claro que no sabe dónde trabaja, qué hace ni con quién, entiendo que enfurezcan a la mayoría de la gente, pero a mí no.

 

Quizá hay que ser un iluminado para no necesitar que David Sánchez se siente a contar milongas para saber qué pasa y ha pasado con el puestecito público del hermano del presidente y quizá yo pertenezco a ese grupo de privilegiados que ven un líquido blanco y en botella en el frigorífico y se aventuran a decir que es leche, pero a mí estas declaraciones no me rompen ningún esquema.

 

Lo que sí me preocupa es el sentimiento de impunidad que emanan. Porque, seamos honestos, si uno sabe que le van a preguntar y cuestionar sobre un tema concreto en un juicio, aunque vaya a decir la verdad, se lo prepara un poco antes. Este hombre tiene las santas narices de sentarse en el banquillo sin haberse preparado absolutamente nada, ni siquiera ha sido capaz de buscar en el Google Maps dónde se encuentra la oficina donde supuestamente acude a trabajar todos los días. Este comportamiento es el de alguien muy estúpido o el de alguien que está muy tranquilo y al que todo el proceso le importa un pepino de mar, porque se siente intocable. Y eso es lo verdaderamente preocupante. Esto es lo que debería indignarnos y enfurecernos a todos. Da mucho más miedo que el que miente, el que no teme mentir.

Menos mal que no gobierna la derecha

Desde el Gobierno nos dicen ahora que los que cobran el SMI van a estar obligados, por primera vez, a pagar el IRPF. Para todos los defensores del actual Gobierno, que le aplauden la implantación y reiteradas subidas del salario mínimo interprofesional, supone toda una bofetada de realidad: te subo el sueldo pero luego te quito una parte y me la das a mí, de manera que terminas cobrando lo mismo que antes, pero dame las gracias, que te he subido el sueldo. No nos engañemos: la función sináptica de estas personas está tan desconectada que lo único que pueden responder cuando se les reduce el sueldo, se les amplía la fecha de jubilación, se les retrata cómo se regalan tapaderas públicas para repartir sueldos millonarios a familiares y amiguetes… Es que menos mal que no gobierna la derecha.

 

Hablando de saberse impune, tal vez tenga algo que ver el registro de la nueva ley del Gobierno para limitar a los jueces y las acusaciones populares. Puede que a alguien le parezca normal redactar una ley para que los jueces no puedan expresar su opinión públicamente en su tiempo libre y en sus redes sociales, pero sí que puedan hacerlo los políticos, incluso dentro de su actividad laboral en el Congreso, donde pueden usar todos los calificativos que les plazca hacia sus oponentes y los votantes que no les dan su apoyo. Quizá a alguien le parezca excelente que solo pueda ser la fiscalía la que pueda acusar a los políticos de corrupción, pero que sí se pueda denunciar a los jueces de prevaricar mediante una acusación popular. Quizá a estas personas les parezca incluso fantástico que se aplique esta ley con carácter retroactivo, de manera que se tengan que archivar las causas populares iniciadas contra la esposa, el hermano y prácticamente medio partido de nuestro guapérrimo presidente.

 

No dudo de que estarán muy satisfechas porque, al fin y al cabo, menos mal que no gobierna la derecha.

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