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Opinión

EL DARDO DE ARRANZ

De Jesús Cintora al caso del tertuliano que manda ‘rayos de amor’ a Hitler

El concepto de la programación veraniega es cambiar la chaqueta por una prenda hortera y una mesa de tertulia que podría no haberse conformado jamás

Rafael Santandreu
Rafael Santandreu RTVE

Debe ser una fortuna huir en agosto de Madrid y poder mantener el televisor desenchufado, pero habrá quien se ha visto obligado a quedarse con Televisión Española puesta y se haya encontrado este lunes con un grupo de personas con camisas hawaianas, a cada cual más inconfesable. El concepto de la programación veraniega es cambiar la chaqueta por una prenda hortera y una mesa de tertulia que podría no haberse conformado jamás.

Porque este lunes era el primer día de la historia después de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y La 1 estrenaba su nuevo magacín matinal, del que no formaba parte Jesús Cintora, que fue despedido el 22 de julio. En el lugar de Javier Aroca y compañía se encontraba un grupo de contertulios que ha departido sobre asuntos tan relevantes como los memes que usted recibió en su WhatsApp hace una semana, en los que se apreciaba a un gimnasta chino cuyo nombre era Kago Shen Tao.

Cuando el usuario de esta aplicación vio la imagen, pudo pensar que el muchacho asiático se llamaba así o que le habían colado un chiste de los que hacían gracia en 1965. Pero, por si quedaba alguna duda, un periodista de TVE ha alertado de que era un bulo, como ha ocurrido en días precedentes con otros nombres chinos que han inventado los bromistas. “Esas denominaciones son racistas y han ofendido a la comunidad china”, explicaba un contertulio.

Lo que no dijo nadie es que la taewkondista taiwanesa Su Po-Ya perdió en primera ronda del torneo, con su nombre verdadero. Pero bueno, no es cuestión de ser muy exigentes.

Digamos que el programa no logró que el lunes agostizo madrileño se viera salpimentado con contenidos estimulantes. Los reporteros hicieron un trabajo digno con algunos temas sensibles, como el sanitario, pero la tertulia planteó temas terribles, como el relativo a si es mejor llenar las redes sociales de fotografías con filtro o sin él. No fue diferente a otras similares, en las que se debatió sobre la intención del Ejecutivo de impartir matemáticas con perspectiva de género -y hubo quien lo defendió- o sobre el último motivo por el que la tal Rosa Benito no duerme bien por las noches.

Así es la televisión de hoy en día: una interminable mesa de tertulia en la que los cebos políticos se caramelizan con argumentos débiles y lugares comunes insoportables; y en las que politólogos y expertos sobre la bondad y la maldad humana gozan de horas y horas de atención.

Perdonar a Hitler

Sin ir más lejos, la televisión pública era señalada hace unas horas por la supuesta incorporación a La hora de La 1 -que él confirmó y que RTVE ahora niega- de un psicólogo llamado Rafael Santandreu, que sostiene que la depresión es provocada por quien la sufre y que, en su día, defendió la necesidad de tener “aceptación incondicional” con Hitler. “De acuerdo que esa persona estaba muy loca, pero, en el fondo, su potencial era maravilloso (…) No guardemos rencor por nadie; hemos de perdonar a todo el mundo”.

El caso tiene su gracia, pues el tipo se dedica a publicar libros de autoayuda, que son a la solución de los problemas lo mismo que Cuarto Milenio al cartesianismo.  Y es uno de tantos especialistas televisivos que transmiten a los españoles su conocimiento de nulo valor. Como los politólogos o los periodistas expertos en siensia, que se contradicen cada cuatro días, en función de lo que diga el Ministerio de Sanidad. En algunos casos, como el de Risto Mejide, la desfachatez y altivez son tales que cuesta asimilarlas.

Quizás sus intervenciones son más nocivas que el meme del inexistente Kago Shen Tao. Pero es que la falta de ideas de los directivos televisivos es tan evidente que, sin estos charlatanes, con o sin camisa hawaiana, con o sin Aroca, con o sin Cintora, no sabrían llenar la parrilla de programación. Santandreu se ha convertido en una serpiente veraniega porque su 'mensaje de confirmación oficial lo han recogido varios medios, pero en RTVE afirman no saber ni de lo que habla. La vida es dura, pero agosto lo es más.

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