Opinión

¿A la izquierda de qué?

Depósitos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el Congreso, en una imagen de archivo. EUROPA PRESS / Eduardo Parra.

Según algunos analistas políticos, Pedro Sánchez le ha hecho un gran favor a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con la sorprendente convocatoria de elecciones generales en el próximo mes de julio. Era público y notorio que Sumar es una propuesta política que se aleja de los partidos políticos. En el pabellón Magariños, Díaz gritó que “Sumar no va de partidos ni de siglas, va de sumar un país mejor”.

Poco ha tardado la vicepresidenta segunda en desdecirse de lo dicho. El pasado 31 de mayo, nada más conocer la convocatoria de elecciones generales, Díaz registró Sumar como “partido instrumental para unir a la izquierda”. Es decir, como los demás partidos, o es que acaso los otros partidos no son más que instrumentos para representar a la parte de la sociedad que se sienta identificada con ellos.

Ya dijo Pablo Iglesias, fundador de Podemos, que la premura de la convocatoria impide la celebración de elecciones primarias y que la posición que ocupe cada candidato tendrá que decidirse en un despacho

El presidente Sánchez le ha hecho un favor a Yolanda Díaz porque la rapidez con la que han tenido que inscribirse las coaliciones le evita el trago de someterse a una primarias para saber si efectivamente es ella, por decreto, la que encabece la lista para tratar de ser la primera mujer presidenta del Gobierno de España. Ya dijo Pablo Iglesias, fundador de Podemos, y factótum de la colocación de Díaz en el Gobierno, que la premura de la convocatoria impide la celebración de elecciones primarias y que la posición que ocupe cada candidato a diputado o senador tendrá que decidirse en un despacho. Y así ha sido.

Todos quieren la unión de la izquierda a la izquierda del PSOE, sin que sepamos las razones por las que el lugar a ocupar en el espectro político lo decida quienes no han demostrado nada que nos permita localizarlos en esa situación. Si desde Sumar, desde Podemos, desde la confluencias, desde Más Madrid, etc., se teme que Vox deteriore o difumine el Estado del Bienestar, se está reconociendo que la izquierda que realmente es merecedora de ese nombre se llama Partido Socialista Obrero Español. Ese querido Estado del Bienestar es obra de los socialistas españoles. Fueron los gobiernos de Felipe González los que incorporaron al sistema de pensiones a millones de españoles, hombres y mujeres, que no percibían nada por su jubilación. Nadie había cotizado por ellos tras años de duro y, en ocasiones, humillantes trabajos. Las pensiones no contributivas fue una autentica medida revolucionaria realizada desde el gobierno democrático. Como revolucionaria fue la creación del sistema sanitario universal, público y gratuito. Millones de españoles pudimos disponer de una sanidad que hasta entonces estaba vedado para la gente más humilde de la sociedad. Los centros de salud fueron una creación de los socialistas para liberar a los médicos y ATS que, en los pueblos permanecían 24 horas de guardia durante los 365 días del año, sin más recursos a su alcance que el fonendo, el talonario de recetas y la jeringuilla para las inyecciones. Y revolucionario fue clavar a todos los alumnos, independientemente de la renta o situación familiar en los centros escolares hasta los 16 años, universalizando la educación escolar obligatoria.

Después de 4.500 años de supremacía del hombre sobre la mujer, los españoles, con el concurso de los socialistas, hemos sido capaces de nivelar en poco tiempo los derechos y los géneros

Y revolucionarias fueron las leyes que diferentes gobiernos socialistas fueron enviando a las Cortes para aumentar los derechos que la Constitución reconocía y que durante tantísimos años habían pasado de largo por la puerta de cada español. Tal vez haya sido la igualdad entre mujeres y hombres la conquista más llamativa de cuantas figuran en el haber del PSOE. Después de 4.500 años de supremacía del hombre sobre la mujer, los españoles, con el concurso de los socialistas, hemos sido capaces de nivelar en poco tiempo los derechos y los géneros. Con los gobiernos socialistas se acabó que la mujer dependiera o del padre o del marido.

La nómina de conquistas en el haber socialista no admite comparación alguna con los que se sitúan a la izquierda del PSOE. Se van tan a la izquierda que, en vista de que el mundo es redondo, terminan a la derecha del PSOE.

Militante del PCE

Así que Sumar se ha inscrito como partido político. Los más veteranos recordarán la llamada Operación Roca, surgida tras el descalabro y desintegración de UCD. A instancias del político catalán, Miquel Roca, surgió el Partido Reformista Democrático (PDR). Se presentaron a las elecciones generales de 1986 y no obtuvieron ni un solo diputado, incluido en esa debacle el propio líder del nuevo partido, Roca, que tampoco obtuvo acta de diputado. Se dio la circunstancia de que no militaba en el partido que creó porque era ya afiliado de Convergencia de Cataluña, la formación de Jordi Pujol. Nadie lo entendió, como tampoco hubieran entendido la doble militancia si hubiera sido depositario de ambos carnet. Con Sumar podría ocurrir algo parecido. O bien su impulsora ha renunciado a su militancia en el Partido Comunista de España y se ha afiliado al nuevo partido Sumar o mantienen una doble militancia o sigue siendo afiliada del PCE y no tiene ficha de Sumar, lo que nos recordaría lo del capitán Araña.

 

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